Design Thinking: utilidades y etapas

El Design Thinking es una metodología innovadora que tiene como principal objetivo facilitar el proceso de resolución de problemas, mejora, diseño y desarrollo de productos y servicios de todo tipo. El Design Thinking es una técnica creativa e innovadora centrada en las personas como centro de enfoque con base en el diseño de productos. Se basa, por lo tanto, en aportar soluciones innovadoras que se ajusten a las necesidades de las personas.

El DT puede aplicarse prácticamente a cualquier sector y a cualquier problemática planteada, ya sea en empresas con o sin fines de lucro, privadas o públicas, tradicionales o digitalizadas.

Algunas de las utilidades principales que tiene el Design Thiking son:

• Dotar de solución a problemas gracias a la innovación y al pensamiento creativo.
• Fomentar un pensamiento de diseño innovador para crear y mejorar productos o servicios.
• Cuestionar y rediseñar los procesos del negocio.
• Ofrecer ideas innovadoras a la que contribuyan al emprendimiento y a la creación de empresas o startups.
• Ofrecer un plan B para cualquier cuestión.

El Design Thinking ha pasado a ser una metodología muy conocida en las diferentes business school, en las cuales se imparte a los alumnos del ámbito empresarial. El proceso de design thinking cuenta además con varias etapas que deben diferenciarse:

• Empatizar: Esta etapa del proceso es clave para identificar las necesidades reales de los clientes o usuarios potenciales, requiere de técnicas específicas según el caso de análisis como son:
  • Entrevistas cuantitativas y entrevistas en profundidad.
  • Cuestionarse qué, cómo, por qué, para qué y dónde.
  • Observación.
  • Grabación de videos.
  • Moodboard.
  • Focus group.
• Definir: una vez se han identificado las carencias o problemas de nuestro target objetivo hay que pasar a definir el problema. La definición del problema debe ser clara y específica.
• Idear: La etapa de idear la solución de problemas es aquella que demanda un mayor grado de creatividad, innovación y realismo simultáneamente. Deben presentarse ideas diversas, por alocadas que sean. En esta etapa se pueden utilizar diferentes herramientas y técnicas de creatividad como pueden ser el brainstorming.
• Prototipar: En base a la idea previamente seleccionada, se debe aplicar un prototipado de esta en el cual tratamos de acercar esta a la realidad y a su ejecución. Pasamos de pensar a hacer, y ello requiere de los recursos necesarios.
• Testear. Una vez hemos realizado el diseño de productos, es la hora de exponer estos a la realidad para comprobar si funcionan o encajan correctamente con la solución que pretendíamos resolver.

A la hora de aplicar el Design Thinking es crucial tener en cuenta que el trabajo en equipo será esencial. Es recomendable disponer de equipos multidisciplinarios que ofrezcan diferentes puntos de vista con el objetivo de llegar a ideas y conclusiones consensuadas. Es importante tener al menos un representante de cada área técnica que influya en el diseño y gestión del producto o servicio, de tal manera que se minimice el riesgo de error al dejar escapar algún detalle. La comunicación entre los participantes y el sentimiento de grupo frente a un objetivo común será crucial para aplicarlo con garantías de éxito.

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