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El derrame articular, comúnmente conocido como "líquido en la rodilla", es una condición médica que se produce cuando se acumula un exceso de líquido sinovial en la articulación de la rodilla. Este fenómeno puede deberse a una variedad de causas, desde lesiones hasta enfermedades inflamatorias. El líquido sinovial juega un papel crucial en la salud de nuestras articulaciones, funcionando como un lubricante, como una manera de aportar nutrientes a nuestro cartílago y un amortiguador que facilita el movimiento suave deslizante de las mismas.
Sin embargo, cuando la producción de este líquido excede los niveles normales o su drenaje es insuficiente, puede dar lugar a problemas de movilidad, dolor y otros síntomas que afectan significativamente la calidad de vida del individuo.
Identificar la presencia de líquido en la rodilla puede realizarse a través de varios métodos. Los síntomas físicos son a menudo el primer indicador. La rodilla puede aparecer hinchada y sentirse más cálida al tacto comparada con la otra rodilla. Además, la articulación puede mostrar signos de tener un líquido que se mueve dentro cuando se la palpa. Para un diagnóstico preciso, los profesionales de la salud pueden utilizar pruebas de imagen como ultrasonidos o resonancias magnéticas, que permiten visualizar el exceso de líquido dentro de la cápsula articular. En algunos casos, se puede realizar una artrocentesis, que implica la extracción de una muestra del líquido sinovial con una aguja para su análisis.
Los síntomas más comunes de la presencia de líquido en la rodilla incluyen:
Las causas del derrame articular son variadas e incluyen:
Las lesiones son una de las causas más comunes de acumulación de líquido en la rodilla. Las más habituales incluyen:
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De manera normal debemos estar tranquilos. Este tipo de situaciones suelen ser muy infrecuentes, como indicábamos, únicamente asociados a momentos traumáticos y transitorios, donde en pocas semanas de reposo suelen reducir bastante tanto sus síntomas como su tamaño.
En caso de que llevemos tiempo con líquido en las rodillas o con características similares que nos hagan sospechar del mismo, es crucial consultar a nuestro médico, especialmente si el dolor es severo, si hay signos de infección como fiebre o si la hinchazón aparece repentinamente. El tratamiento adecuado dependerá de la causa subyacente y puede incluir desde reposo y medicación hasta intervenciones quirúrgicas o fisioterapia.
Una manera de diagnosticar si existe su presencia es a través de la prueba del barrido o test de la ola (Knee Sweeling test o Sweep test). En este realizamos trazos ascendentes del compartimento interno de la rodilla para drenar este líquido. Posteriormente, realizamos un barrido descendente del compartimento externo. Si aparece abultamiento, deformación o la presencia clara de una masa líquida visible, daríamos el test como positivo.
Esperamos que este post te haya servido para entender un poco mejor en qué situación puede aparecer líquido en la rodilla, que patologías pueden presentar este síntoma y a qué profesional puedes acudir para aliviar los mismos.
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