Curso de Urgencias Cardiovasculares para Enfermería (Titulación Universitaria + 8 Créditos ECTS)
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Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de mortalidad a nivel global, por lo que su impacto en la salud pública es significativo. Estas afecciones, que impactan en la salud del corazón y los vasos sanguíneos, varían en tipo y complejidad, y están influenciadas por una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. La comprensión de su sintomatología y factores de riesgo permite desarrollar estrategias de prevención, respuesta ante urgencias y tratamiento.
En este post, se describen las principales enfermedades cardiovasculares, la sintomatología común entre estas y las medidas necesarias para prevenir el desarrollo de estas afecciones. ¡Sigue leyendo!
Las enfermedades cardiovasculares con un conjunto de afecciones, con distinta etiología, que impactan en la salud del corazón, donde se ven afectados el músculo y válvulas cardiacos, así como las arterias.
Las condiciones se producen de manera congénita o se desarrollan debido a cuestiones ambientales, estilo de vida, antecedentes familiares o hábitos como el tabaquismo. Derivan en enfermedades coronarias, arteriopatías y cardiopatías isquémicas.
De hecho, la cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte en el mundo según la Organización Mundial de la Salud. Estas enfermedades suelen estar asociadas a una acumulación de depósitos grasos en las paredes de las arterias (aterosclerosis) y a un riesgo aumentado de coágulos sanguíneos.
Otros factores también contribuyen significativamente al desarrollo de las enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares representan un grupo de trastornos que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. Estas enfermedades pueden manifestarse de diversas formas, desde hipertensión arterial hasta insuficiencia cardíaca, pasando por enfermedades de las válvulas del corazón.
La hipertensión arterial es una condición crónica en la que la presión arterial se eleva, lo que puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de ataque al corazón, angina de pecho, y accidente cerebrovascular. A menudo denominada el “asesino silencioso”, puede ser asintomática durante años antes de que se manifieste con síntomas como falta de aire o dolores de cabeza.
Los factores de riesgo incluyen:
La aterosclerosis es una enfermedad en la que se produce una acumulación de placa en las paredes internas de las arterias, lo que puede restringir el flujo de sangre oxigenada y nutrir a los órganos vitales. Las arterias coronarias, responsables de suministrar sangre al músculo cardíaco, son a menudo las más afectadas, lo que puede llevar a un ataque al corazón.
Las enfermedades de las válvulas cardíacas ocurren cuando las válvulas del corazón no funcionan correctamente, lo que puede causar una interrupción en el flujo normal de la sangre a través del corazón. Esto puede resultar en falta de aire, fatiga y, si no se trata, es insuficiencia cardíaca.
La insuficiencia cardíaca es una condición debilitante en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. Padecer una enfermedad como la hipertensión arterial o la enfermedad de las arterias coronarias puede aumentar el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca.
Se recomienda llevar un estilo de vida saludable para no padecer esta alteración cardiovascular:
Los síntomas de las enfermedades cardiovasculares varían según la afección específica y su severidad. Algunos de los más comunes incluyen:
El dolor en el pecho –angina de pecho– es un síntoma típico de las cardiopatías. ¿Cómo se manifiesta? Se percibe como una sensación de presión en el pecho, que puede irradiar hacia la zona del esternón.
Los dolores en los brazos, sobre todo en el izquierdo, parte del pecho y se extiende hasta el cuello, la mandíbula y, desde luego, hasta el brazo y antebrazo.
El entumecimiento de los músculos y la debilidad general puede indicar un accidente cerebrovascular, considerada una urgencia médica de alto riesgo. Si este síntoma se concentra en un solo lado del cuerpo, puede ser efectivamente un signo de un ACV.
La dificultad para respirar es también común en la sintomatología de las cardiopatías e insuficiencia cardíaca. Esta se suma a la opresión en el pecho y los dolores en los brazos.
Los mareos o vértigos pueden ser indicativos de un problema cardiovascular, como arritmias o problemas con las válvulas. Se acompañan de taquicardia o bradicardia, molestias en el cuello y dolor en el pecho.
Las alteraciones en la frecuencia cardíaca, como un ritmo acelerado (taquicardia, más de 100 latidos por minuto) o lento (bradicardia, menos de 60 latidos por minuto), pueden ser signos de problemas en el corazón.
Diversos factores incrementan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares:
El riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares incrementa considerablemente con la edad. Hombres y mujeres pueden padecer alguno según envejecen.
Los hombres tienen un riesgo mayor de enfermedades cardiovasculares a una edad más temprana que las mujeres, aunque las mujeres también presentan un riesgo elevado después de la menopausia.
La historia familiar puede incrementar significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En este caso, se toman en cuenta los factores genéticos, que pueden incidir en las cardiopatías de miocardio y la ocurrencia de accidentes cerebrovasculares.
El tabaquismo daña las paredes arteriales, incrementa la tensión arterial y reduce los niveles de oxígeno en sangre. Es el principal causante de cardiopatías isquémicas mortales y el principal factor de riesgo de enfermedades coronarias.
Las dietas ricas en grasas saturadas, grasas trans, sodio y azúcares contribuye a la acumulación de plata en las arterias y el incremento de la presión arterial. Como consecuencia, se incrementan las posibilidades de desarrollar cardiopatías.
El consumo excesivo de alcohol puede elevar la presión arterial, contribuir al desarrollo de miocardiopatía y aumentar el riesgo de arritmias.
La presión arterial alta o hipertensión obliga al corazón a trabajar más duro en el bombeo de sangre, lo que incremente el riesgo de daño en el músculo y válvulas cardíacos.
La diabetes, cuando no se controla adecuadamente, incide en el desarrollo de hipertensión arterial. Los niveles altos de glucosa impactan en los vasos sanguíneos, sobre todo aquellos que conducen oxígeno al corazón y al cerebro.
El exceso de peso corporal está asociado a la hipertensión, diabetes, colesterol alto y riesgo de cardiopatía isquémica mortal.
La prevención de las enfermedades cardiovasculares se logra a través de las siguientes medidas y cuidados:
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