¿Qué es la psicomotricidad y cómo se usa en la vida real?

En el ámbito del crecimiento personal, hay una palabra clave que quizás no siempre esté al frente de los temas de educación, pero es esencial para el desarrollo y el aprendizaje desde que somos pequeños: la psicomotricidad. Este concepto, intrincadamente ligado a la psicomotricidad infantil, abarca mucho más que simples movimientos físicos.

Se trata de la unión del pensamiento, las emociones y la habilidad para moverse, que se combinan para permitir a los niños descubrir y entender el mundo a su alrededor. Para saber más sobre la psicomotricidad, te invitamos a continuar con la lectura…

¿Cómo se originó este término?

La psicomotricidad, como disciplina, no surgió de la noche a la mañana. Se remonta a principios del siglo XX, cuando el neurólogo Ernest Dupré acuñó el término para describir las interacciones entre la función motora y la psique. Pero fue Henri Wallon, un prominente psicólogo francés, quien realmente expandió el concepto de psicomotricidad, vinculándolo estrechamente con el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

Psicomotricidad infantil

La psicomotricidad infantil no se limita a mejorar la coordinación o la destreza física; Es un método completo que ayuda en su crecimiento mental, emocional y social. Mediante juegos y actividades planeadas, se anima a los niños a ser más independientes y seguros de sí mismos. Así pueden expresarse mejor y relacionarse más fácilmente con todo lo que los rodea.

Principios y aplicaciones prácticas

La psicomotricidad se basa en ideas importantes. Se destaca lo vital que es para los niños experimentar a través de sus sentidos y movimientos, explorar su alrededor y aprender jugando. Los expertos en este campo crean espacios llenos de estímulos que animan a los niños a moverse, jugar y explorar, ayudándoles a aprender de manera natural y profunda.

La influencia de la psicomotricidad se extiende más allá de los confines del aula. En la terapia psicomotriz, los profesionales trabajan con niños que enfrentan diversos desafíos, desde dificultades de coordinación hasta problemas emocionales y de comportamiento, utilizando técnicas adaptadas a las necesidades individuales de cada niño para promover su bienestar integral.

Tipos de psicomotricidad

Cuando hablamos de psicomotricidad, no estamos refiriéndonos a un solo camino, sino a varias rutas que pueden tomar diferentes direcciones según lo que necesites o busques. Cada tipo de psicomotricidad tiene su propio enfoque y beneficios, y aquí te los presento de una manera clara y sencilla:

• Psicomotricidad fina: Piensa en las actividades que requieren precisión y detalle, como dibujar, escribir o abrocharse los botones. La psicomotricidad fina se centra en esos pequeños movimientos que usamos en tareas delicadas, ayudando a mejorar la destreza de las manos y dedos.
• Psicomotricidad gruesa: Aquí entran en juego los movimientos grandes y amplios, como saltar, correr o trepar. Este tipo de psicomotricidad pone a trabajar los músculos grandes, mejorando la coordinación general, el equilibrio y la fuerza.
• Psicomotricidad relacional: Este enfoque se enfoca en cómo nos movemos y relacionamos con los demás y nuestro entorno. A través de juegos y actividades grupales, se fomenta la interacción social, el respeto por el espacio personal de los demás y la colaboración.

Beneficios de trabajar la psicomotricidad

Trabajar la psicomotricidad es como darle a tu cuerpo y mente un regalo que sigue dando. A través de actividades simples y divertidas, podemos desbloquear un montón de ventajas para nuestro bienestar y desarrollo. Algunos de estos beneficios increíbles son:

• Mejora de la coordinación: Imagínate jugando al balón o saltando la cuerda; estas actividades mejoran la forma en que tus manos y pies trabajan juntos. Con la psicomotricidad, esta coordinación se afina aún más, haciendo que las tareas cotidianas sean más fáciles y fluidas.
• Desarrollo cognitivo: Cada vez que participas en una actividad psicomotriz, tu cerebro está en plena acción, pensando, planeando y resolviendo problemas. Es como un ejercicio para tu mente, que se vuelve más aguda y lista para enfrentar desafíos.
• Conciencia y control corporal: A través de la psicomotricidad, llegas a conocer mejor tu cuerpo: qué tan rápido puede moverse, cómo equilibrarse y cómo navegar por diferentes espacios. Es como ser el capitán de tu propio barco.
• Expresión emocional: A veces, las palabras no son suficientes para expresar cómo nos sentimos. La psicomotricidad ofrece otra vía, permitiendo que niños y adultos expresen sus emociones y alivien el estrés a través del movimiento.
• Fortalecimiento de habilidades sociales: Al participar en juegos y actividades grupales, aprendes a jugar limpio, a trabajar en equipo y a respetar los turnos. Son habilidades sociales fundamentales que te ayudarán en todas las áreas de la vida.

La psicomotricidad va más allá de cómo la mente y el cuerpo trabajan juntos. Es sobre entender cómo crecemos, pensamos y sentimos, y cómo todo esto se refleja en nuestra forma de movernos. Al aprender sobre su historia, cómo funciona y cómo se usa en la vida real, nos damos cuenta de que mejorar de forma completa es algo muy real y posible.

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• DIPLOMADO EN SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
• MAESTRÍA EN ARTETERAPIA