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El proceso de educación en la etapa preescolar es un período crucial en el desarrollo de los niños. Durante estos años, los pequeños absorben conocimientos, habilidades y valores que sentarán las bases para su futuro académico y personal.
En este sentido, el ambiente de aprendizaje en preescolar juega un papel fundamental en el desarrollo integral de los niños. Pero ¿cómo pueden las aulas desarrollar un correcto ambiente de aprendizaje en preescolar? ¡Vamos a estudiarlo!

Los espacios de aprendizaje se definen como los entornos en los que se realizan actividades pedagógicas conducentes al desarrollo de habilidades y la adquisición de conocimientos. Integran, por lo tanto, aspectos tanto físicos como sociales, ya que, en ellos, los estudiantes recurren a su cognición mientras progresan en su formación socioemocional. Dicho esto, entre los elementos que los componen, se encuentran la infraestructura (física o virtual), normas de convencia, recursos curriculares y herramientas para el estudio. Como veremos más adelante, para Reggio Emilia, el ambiente se presenta como tecer educador encuanoto actua con intencionalidad pedagógica.
En la educación preescolar, el ambiente se convierte en un tercer educador, junto con los padres y los maestros. Los niños pasan gran parte de su tiempo en el entorno escolar, por lo que este debe estar cuidadosamente diseñado para promover el aprendizaje significativo y el desarrollo holístico. El ambiente de aprendizaje debe ser un espacio acogedor, seguro y atractivo que invite a la exploración y al descubrimiento.
Estos ambientes se encuentran en lo que hoy denominaríamos "espacios tradicionales", ya que se circunscriben a las aulas u otros espacios (véanse los laboratorios, por ejemplo). En ellos, los docentes interactúan con los estudiantes: los primeros enseñan, guían y mentorizan el aprendizaje, mientras que los segundos adquieren conocimientos, competencias y son el destinatario del aparato metodológico y pedagógico que los acercan al currículo según su etapa formativa. Las clases se realizan, de manera usual, en horas pedagógicas con pausas entre asignaturas.
Los espacios virtuales ofrecen entornos interactivos que implementan recursos variados para el aprendizaje. Se incluyen las aulas virtuales para las sesiones síncronas y asíncronas, además de otras opciones de los campus donde los estudiantes pueden encontrar grabaciones, libros, test, foros, calendarios, entre otros. Se accede a estos ambientes mediante ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes.
La educación formal se rige por un currículo o plan de estudio, lo que quiere decir que está asociada a instituciones, ya sean de formación básica, técnica o superior. Centros de educación infantil, escuelas y universidad, por ejemplo, se encuentran dentro de esta tipología. El sistema exige, por lo tanto, la superación de los requisitos académicos para finalizar un nivel o adquirir una titulación.
Se entiende por ambiente informal a aquel en el que se adquieren competencias o conocimientos en programas no oficiales. Se incluyen, por tanto, todas las actividades formativas externas a escuelas, institutos o universidades. Los talleres, los circulos de lectura, los museos, los conversatorios, entre otros, ingresan en esta categoría.
Entonces, ¿por qué son tan relevante construir un buen espacio de aprendizaje? Esto se explica en los siguientes puntos:
Un ambiente de aprendizaje bien planificado ofrece una variedad de estímulos sensoriales que despiertan la curiosidad de los niños. Los colores, las texturas, los sonidos y los materiales de juego diversificados estimulan los sentidos y fomentan el desarrollo cognitivo. Los niños aprenden a través de la observación y la experimentación, por lo que un ambiente enriquecido les brinda oportunidades para explorar y aprender de manera activa.
Desde una edad temprana, los niños utilizan sus sentidos para explorar su entorno. Tocan, ven, escuchan, huelen y saborean lo que encuentran; esta exploración activa es fundamental para su desarrollo cognitivo. Cuando se les proporciona un ambiente de aprendizaje rico en estímulos sensoriales, se fomenta su curiosidad y se les anima a hacer preguntas, observar y experimentar.
La experimentación es una parte esencial del proceso de aprendizaje en preescolar. Cuando los niños interactúan con materiales y objetos diversos, construyen sus habilidades cognitivas. La manipulación de bloques, rompecabezas, cuentos y otros recursos les ayuda a fortalecer habilidades motoras finas, resolución de problemas y pensamiento lógico.
La estimulación sensorial también está estrechamente relacionada con el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Los niños aprenden a través de la interacción con los demás, y un ambiente que promueva la conversación, el juego de roles y la narración de historias contribuye significativamente al desarrollo del lenguaje.
El ambiente de aprendizaje en preescolar también es un espacio donde los niños comienzan a comprender la importancia de la diversidad y la inclusión.
Las aulas preescolares son diversas en términos de origen étnico, cultural y socioeconómico. Los maestros tienen la oportunidad de promover la aceptación y el respeto por las diferencias, lo que contribuye a una sociedad más inclusiva en el futuro.
El juego es una parte esencial del proceso de aprendizaje en preescolar. Mediante el juego, los niños desarrollan de manera natural habilidades emocionales, sociales y cognitivas. Un ambiente de aprendizaje que fomente el juego y la creatividad permite a los niños expresarse libremente, resolver problemas y desarrollar su imaginación.
Los maestros desempeñan un papel importante al proporcionar oportunidades para el juego estructurado y no estructurado.
La interacción con sus pares y adultos en el ambiente de aprendizaje es esencial para el desarrollo social y emocional de los niños. En un entorno preescolar, los niños aprenden a compartir, cooperar y resolver conflictos de manera constructiva.
Los maestros actúan como modelos a seguir y guías para fomentar relaciones positivas y enseñar habilidades sociales clave.
La transición a la educación preescolar puede ser un momento emocionante, pero desafiante para los niños. Un ambiente de aprendizaje que prioriza el bienestar emocional ayuda a los pequeños a adaptarse más fácilmente.
Los maestros deben estar atentos a las necesidades emocionales, brindar apoyo y crear un ambiente seguro donde los niños se sientan cómodos expresando sus sentimientos.
Los maestros desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la motivación intrínseca de los niños. Cuando crean un ambiente de aprendizaje interesante y desafiante, los niños se sienten motivados a explorar, aprender y descubrir por sí mismos.
Además, el rol del maestro como guía y facilitador del aprendizaje es esencial para apoyar el desarrollo cognitivo y socioemocional de los niños en la educación preescolar.
El ambiente de aprendizaje en preescolar desempeña un papel vital en el desarrollo infantil. Proporciona oportunidades para la estimulación sensorial y cognitiva, el aprendizaje lúdico y creativo, la interacción social y emocional, y la adaptación al entorno escolar.
Los maestros tienen la responsabilidad de crear un ambiente enriquecedor que fomente el aprendizaje significativo y siente las bases para un futuro exitoso. Al reconocer su importancia, contribuimos al desarrollo integral de los niños en su camino hacia la educación y el crecimiento personal.
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