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No cabe duda de que el siglo XXI es el siglo de la tecnología. El exponencial avance que esta ha experimentado en las últimas proporcionó a la humanidad un conjunto de herramientas antes insospechadas, como el servicio de internet y las telecomunicaciones en general. Y no se trata solamente del auge de los teléfonos inteligentes o de los ordenadores más completos del mercado, sino de todo lo que esto ha acarreado en la vida cotidiana de las personas (automatización de procesos, acceso a información, comunicación en tiempo real). Uno de esos ámbitos beneficiados es, claramente, la educación, en la que las TIC son, hoy en día, imprescindibles.
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Como la tecnología integra innovaciones constantemente, en lo que sigue, te contamos las 5 principales tendencias educativas y tecnológicas 2023. ¡Quédate hasta el final porque esto te interesa!
En los últimos años, se ha hablado mucho sobre el rol de la motivación en el aprendizaje. En efecto, sin importar la asignatura o la dificultad que implique, el acercamiento a esta puede ser más divertido, accesible e interesante en función de los métodos de enseñanza aplicados. Los juegos, en este sentido, contribuyen con que los/as estudiantes puedan aproximarse a los contenidos desde lo lúdico, el trabajo colaborativo y la superación de desafíos, tanto individuales como grupales. De esta manera, la inclusión de recompensas, puntos, superación de niveles, entre otros, es bastante eficaz en el momento de generar interés y participación.
Entonces, la gamificación, como técnica de aprendizaje, recupera las dinámicas de los juegos y las traslada al contexto educativo. Entre sus objetivos no solo se encuentra la motivación, sino también la mejora en la interiorización de conocimientos, desarrollo de habilidades y socialización. Las aplicaciones móviles, las plataformas virtuales y demás herramientas tecnológicas permiten implementar dinámicas antes insospechadas. Además, considerando que los dispositivos electrónicos inteligentes están cada vez más presentes en las escuelas y centros de formación, recurrir a la gamificación ya no es solo una opción, sino, por el contrario, una técnica imprescindible para asegurar la calidad de la educación.
Inteligencia artificial. Diríamos que, en la actualidad, estas dos palabras están en boca de todos. Y no es para menos. El desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha desembocado no solo en dispositivos inteligentes, sino también en aplicaciones que destacan por el aprendizaje automático (machine learning). Sin tener una programación específica para tal efecto, los sistemas lo utilizan tienen la capacidad de aprender y mejorar automáticamente, todo esto a partir de recabar información proporcionada por los hábitos y utilización del usuario.
Esto, que en apariencia podría no significar mucho para la educación, realmente sí tiene un lugar protagónico para docentes y estudiantes. Por ejemplo, la IA puede permitir asesorías virtuales automatizadas, es decir, sin la presencia del docente. Un asistente virtual, también denominado chatbot, puede resolver dudas sobre aspectos administrativos, como evaluaciones, sesiones de tutorías y demás. El potencial se intuye: a través de conversaciones realistas, los/as estudiantes reciben información relevante de manera inmediata, con fiabilidad y en cualquier momento. Otros usos de la IA en educación están relacionados con gestores de evaluación, registro de información académica, entornos colaborativos y diseño de material educativo personalizado.
Pero, si tenemos que mencionar la herramienta que revolucionará la educación, esta es indudablemente el ChatGPT de OpenAI. Tras pocos meses desde su lanzamiento (noviembre de 2022), se ha convertido en el recurso más consultado por los usuarios, entre ellos, estudiantes. Su capacidad de producir textos con sentido e información confiable la han situado como apoyo para muchas actividades académicas y profesionales. Aunque implica muchos riesgos y retos, posee un gran potencial para la educación. Esta es una de las tendencias educativas y tecnológicas 2023 con más expectativas.
Pensar en realidad virtual (RV) evoca necesariamente una experiencia inmersiva, es decir, que el usuario puede experimentar, a través de todos sus sentidos, diferentes estímulos provenientes de un ambiente recreado con recursos virtuales. En este sentido, se habla de simulación, la cual, en pocas palabras, emula situaciones reales, ya sean históricas o no. Por ejemplo, los/as estudiantes podrían tener un viaje a través del sistema solar gracias a la realidad virtual.
En cuanto a la realidad aumentada (RA), se trata de una tecnología que permite integrar elementos visuales en la experiencia de la realidad. Un claro ejemplo, y que es muy común hoy en día, es la traducción inmediata de textos capturados con un teléfono inteligente. Ahora bien, en el ámbito educativo, las posibilidades son muchas. Entre ellas, resalta la visualización animaciones para ilustrar conceptos o ideas, lo que hace que el aprendizaje sea más interactivo y autónomo.
Si consideramos ambos casos, los/as estudiantes pueden recrear hechos históricos, aproximarse a diferentes ciencias, como la astronomía, simular situaciones, gamificar las clases, entre otros. Las innovaciones introducidas durante 2022 en materia de realidad virtual y realidad aumentada tendrán un gran efecto en las nuevas formas en que se promueve el aprendizaje significativo con el uso de las TIC.
Hasta antes de la pandemia, muchas escuelas y centros de formación se encontraban en proceso de incluir, de manera generalizada, diferentes herramientas tecnológicas para el apoyo a la docencia y al aprendizaje. Se consideraban, por ejemplo, los proyectores, las computadoras e, incluso, el fortalecimiento de los servicios virtuales, como la mejora de los servidores institucionales para dar soporte a Moodle. Sin embargo, a partir de 2020, tales instituciones educativas debieron acelerar sus procesos de tecnologización para enfrentar las necesidades de docentes, estudiantes y administrativos.
Se incluyeron, así, clases 100 % virtuales como medida de contención frente a la imposibilidad de asistir a un aula física. Desde los primeros meses del retorno a la presencialidad hasta, incluso, finales de 2022, la modalidad presencial se solapó con las sesiones sincrónicas por videoconferencia; es decir, permitió que los/as estudiantes eligieran asistir o no a las instalaciones del centro. Este formato, conocido también como híbrido, contempla que el/la docente brinda las clases desde una locación física que comparte con algunos/as estudiantes, mientras que otros –desde sus casas– pueden observar, escuchar y participar como si estuviesen presentes.
La educación híbrida ha logrado reconocimiento por su efectividad y se espera que durante 2023 se fortalezca. Así, será más que una opción en escuelas, universidades y centros de formación como una manera legítima de seguir y concluir estudios. Esto, desde luego, se suma al prestigio cada vez más asentado de la educación en modalidad online, en la que la asincronía favorece a los/as estudiantes desde muchos aspectos, como compaginar los estudios el trabajo y otras actividades.
Dentro de las tendencias educativas y tecnológicas 2023, también se encuentra una de las iniciativas por la que poco a poco se decantan las instituciones educativas: las aplicaciones personalizadas. Son estas instituciones las que solicitan el diseño de software para facilitar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es así como, según determinado proyecto del centro, se personalizan aplicaciones. El objetivo es claro: integrar un conjunto de características y herramientas para gestionar cursos y materiales, comunicación con los/as estudiantes, herramientas de evaluación y seguimiento, así como la posibilidad de consultar todo lo anterior en cualquier momento desde cualquier lugar. Se conocen también como "súper apps" ya que contienen muchos servicios en una sola aplicación.
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Cristina Polo Calvo
COPYWRITER
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