Síndrome del retrovisor: en qué consiste y cómo tratarlo

El síndrome del retrovisor no es una patología psicológica recogida en el manual diagnóstico DSM-5 sobre trastornos mentales, sin embargo, se trata de un concepto popular que hace referencia a algo muy importante: mirar en exceso al pasado nos puede hacer mucho daño.

Al final, este síndrome hace referencia a una situación muy común. Imagina por un momento que vas conduciendo, pero continuamente miras por el retrovisor del coche. ¿Qué provoca esto? Que no podemos mirar hacia delante, obviando cualquier detalle y provocando, con mucha probabilidad, un accidente.

En el ámbito mental pasa igual: si te centras demasiado en el pasado, dejar de vivir el presente y, ni por asomo, vas a pensar en el futuro. Continuamente te van a inundar pensamientos del pasado y, además, negativos.

En definitiva, podemos definir este síndrome del retrovisor como ese estancamiento en el pasado. ¿Y a quién afecta más este trastorno mental? A las personas que sobrepasan el ecuador de la vida y se enfrentan a los 55-60 años.

Pensamientos que atrae el síndrome del retrovisor

Para que te hagas una idea, diversos especialistas y estudios indican que tenemos unos 60.000 pensamientos a lo largo del día. ¿Una auténtica barbaridad, verdad? Pues bien, el 95 % se repiten y suelen ser negativos.

Esto es un problema global que se está afrontando desde muchos ámbitos. La salud mental está pasando a un primer plano y cada vez contamos con profesionales más preparados. Y es que la formación es muy importante, por lo que, si te interesa especializarte en este tema, te recomendamos este Curso de Psicoterapia Cognitivo Conductual.

Entre los 60.000 pensamientos que puede tener una persona con síndrome del retrovisor, destacan los siguientes:

• Arrepentimientos por decisiones tomadas.
• Culpabilidad por sucesos o maneras de actuar.
• Decepción por el comportamiento de otras personas.
• Traumas no superados.
• Baja autoestima por no haber conseguido objetivos.

Un aspecto que debes tener en cuenta es que nuestra forma de pensar es la que determina nuestra forma de actuar. Es muy importante indagar en cómo te hablas a ti mismo, porque de ahí saldrán tus comportamientos. Un pensamiento se convierte en una emoción, como puede ser, en este caso, en la nostalgia, y, posteriormente, conlleva una acción o hábito.

Elementos importantes del síndrome del retrovisor

Hay una serie de aspectos que pueden propiciar la aparición de este síndrome del retrovisor. En primer lugar, una experiencia traumática, como puede ser un mobbing laboral o bullying escolar, te puede marcar de por vida.

Constantemente van a aparecerte pensamientos relacionados con ese trauma, por lo que te va a ser más difícil salir de este síndrome del retrovisor. En otras ocasiones, todos los pensamientos llegan tras preguntarse "y si...".

"¿Y si hubiera estudiado esta profesión?" "¿Y si hubiese tenido esta conversación?". Como ves, son constantes pensamientos anclados a un pasado que ya no se puede cambiar.

Por otro lado, hay personalidades más propensas que otras a desarrollar este síndrome del retrovisor. Por ejemplo, las personas introvertidas que no expresan sus emociones son más susceptibles. También puede ser más frecuente que aparezca en personas reflexivas, melancólicas o con baja autoestima.

La edad, el disparador de este síndrome del retrovisor

Por norma general, este síndrome del retrovisor se reproduce con mayor frecuencia en una edad avanzada. Y es que a partir de los 55 o 60 años entramos en una etapa de la vida donde el criterio, el análisis y la introspección reinan por encima de otros aspectos.

Se trata de una edad en la que hacemos un balance. Por ello, es importante contar con la inteligencia emocional necesaria para saber ver y valorar tantos las cosas buenas cómo las dificultades que superaste.

¿Cómo hacer frente al síndrome del retrovisor?

¿Cómo saber que estoy cayendo en el síndrome del espejo retrovisor? Para detectar indicios de este trastorno mental debes indagar en ti mismo. Cuando aprecies que comienzas a rumiar sobre eventos pasados, a idealizarlos y a compararlos con la vida actual, puede ser que estés cayendo en el síndrome del retrovisor.

¿Cómo puedo actuar? En Euroinnova te queremos aportar una serie de soluciones para tratar este síndrome del espejo retrovisor:

• Terapia psicológica: existen muchas terapias que te permiten identificar y cambiar patrones de pensamiento. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual es un tipo de terapia que funciona en estos casos en los que hay que aprender a dejar ir el pasado.
• Mindfulness y atención plena: el mindfulness es una práctica bastante positiva, ya que te obliga a estar en el momento presente y a cultivar la aceptación. Sin duda, es una buena práctica para dejar ir pensamientos del pasado.
• Cultivar la gratitud y el perdón: Una persona agradecida no puede ser una persona infeliz. Practicar la gratitud te obliga a enfocarte en las experiencias positivas de tu presente, lo que transformará tu manera de pensar.
• Establecer metas y objetivos: encontrar un propósito y dirección para tu vida puede aliviar ese síndrome del espejo retrovisor que estás atravesando.
• Practicar el autocuidado: no hay nada como cuidar de uno mismo. Ir al gimnasio, dormir lo suficiente, hacer meditación, leer un libro o rodearte de personas. Verás cómo cambia tu percepción de tu vida.

Ahora, solo te queda ser paciente contigo mismo y respetar tus tiempos. Y recuerda, si ya eres un profesional de la psicología, recíclate constantemente para estar adaptado a los retos que nos vienen como sociedad.

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