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Nuestro cuerpo realiza diversas funciones para mantenernos saludables y equilibrados, pero a veces este equilibrio se ve alterado, dando lugar a problemas como la retención de líquidos o edema. Esta condición puede provocar síntomas como hinchazón en piernas o tobillos, aumento repentino de peso o incluso aparición de celulitis.
El cuerpo humano está compuesto en su mayoría por agua, que se distribuye entre las células y en el espacio entre ellas. Vamos a profundizar en cómo funciona este proceso.
Compartimento extracelular: Es el líquido que se encuentra fuera de las células y representa aproximadamente el 20% del peso corporal. Este compartimento incluye:
Compartimento intracelular: Es el agua que está dentro de las células, que constituye alrededor del 40% del peso corporal total. Este líquido está separado del extracelular por una membrana celular que regula lo que entra y sale de la célula.
Cuando hay un desequilibrio entre estos dos compartimentos, puede haber un exceso de líquido en el espacio intersticial, lo que provoca retención de líquidos o edemas.
La retención de líquidos provoca la acumulación excesiva de agua en el cuerpo, lo que puede llevar a que la piel se hinche. Además, se asocia con una retención de sodio (sal) en los riñones. Los síntomas comunes incluyen:
La retención de líquidos no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de diversas condiciones. Algunas causas son más benignas, mientras que otras pueden ser graves. Si experimentas estos síntomas, es importante consultar con un médico. Algunas de las causas comunes incluyen:
Aunque la retención de líquidos y la celulitis están relacionadas, no son lo mismo ni están directamente causadas la una por la otra. La retención de líquidos se produce cuando el sistema linfático no puede drenar adecuadamente el exceso de líquido, lo que provoca hinchazón, sobre todo en piernas, manos y párpados.
Por su parte, la celulitis es una alteración local del tejido subcutáneo que afecta principalmente a zonas como los muslos, abdomen y caderas, creando un aspecto irregular en la piel.
Ambas condiciones pueden tener similitudes, como:
Uno de los factores más importantes que contribuyen a la retención de líquidos es un alto consumo de sal. El sodio, presente en la sal y en muchos alimentos procesados, puede alterar el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Para evitarlo, es fundamental seguir una dieta equilibrada:
En resumen, la retención de líquidos puede ser el resultado de una mala alimentación, pero un cambio en los hábitos puede prevenirla. Si los síntomas persisten, es fundamental acudir al médico para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento necesario.
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