La salud mental y la precariedad

Un informe reciente del Consejo de la Juventud de España y Oxfam Intermón señala que la salud mental de la juventud en España se ve fuertemente influenciada por las desigualdades económicas y de género. El pesimismo ante el futuro y el estrés por la precariedad e inestabilidad laboral son dos factores clave en la afectación a la salud mental.

En este artículo, hablaremos de los resultados de este informe y de otros datos que alertan sobre los problemas de salud mental crecientes en la población joven.

"Las acrobacias de la juventud para sostener su salud mental en una sociedad desigual"

El informe titulado "Equilibristas" revela que la juventud española (personas entre 16 y 29 años) enfrenta serios desafíos en su salud mental, exacerbados por la precariedad económica y social. Los y las jóvenes deben lidiar con la combinación de estudios, trabajos mal remunerados y alquileres inasequibles, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad.

El informe recoge y analiza los datos del "Barómetro de Juventud, Salud y Bienestar", elaborado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud durante los años 2017, 2019, 2021 y 2023. El informe resalta la alta incidencia de diagnósticos clínicos en mujeres jóvenes, con un 49.9% frente al 41.1% en hombres, lo que refleja una brecha de género similar a la observada en otros indicadores económicos.

Uno de los datos más relevantes es que el 55.6% de los jóvenes que sufren carencias materiales severas también experimentan problemas de salud mental, en comparación con el 37.7% de aquellos sin estas dificultades económicas.

Pese a esto, quienes tienen dificultades económicas también tienen dificultades en el acceso a la terapia, pues este se ve limitado por los altos costos. Al respecto, el informe señala que solo un 17% de los jóvenes recibe atención pública en un plazo de un mes, y un 38% ni siquiera busca ayuda profesional psicológica por no poder costearla.

La situación es particularmente preocupante para aquellos jóvenes que combinan estudios y trabajo, ya que el estrés derivado de estas responsabilidades duplica la incidencia de problemas psicológicos en comparación con quienes solo estudian.

La precariedad laboral, la dificultad para acceder a una vivienda y las desigualdades de género agravan esta crisis. En consecuencia, las mujeres jóvenes se ven afectadas de forma desproporcional. A esto se suma la interseccionalidad, que quiere decir que factores como la identidad sexual, racial y las discapacidades aumentan la vulnerabilidad de estos jóvenes frente a problemas de salud mental. En este contexto, la precariedad laboral afecta con mayor dureza a las mujeres y a las personas jóvenes migrantes, que a los hombres y personas nacidas en España.

Frente a este panorama, el informe insta a implementar políticas que aborden las desigualdades estructurales, mejoren el acceso a la vivienda y la calidad del empleo, y refuercen el sistema público de salud mental para garantizar un apoyo adecuado a la juventud.

¿Una epidemia de mala salud mental en las personas jóvenes?

El informe "Equilibristas" no revela una situación desconocida. Por esto, no es de extrañar que diferentes expertos señalen que la mala salud mental se está convirtiendo en una epidemia actual. De hecho, el suicidio es la cuarta causa de muerte más común entre los jóvenes de 15 a 29 años, solo superada por los traumatismos de tránsito, la tuberculosis y la violencia interpersonal, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Ministerio de Trabajo y Economía Social presentó en 2023 también un informe llamado "Precariedad laboral y salud mental". Los resultados provienen del PRESME, un estudio impulsado por el gobierno, apoyado en una comisión de expertos, sobre la precariedad laboral y la salud mental.

El informe revela que en España hay 11.9 millones de personas en situación de precariedad laboral, lo que equivale al 50.8% de la población activa. De ellas, casi 9 millones son asalariadas, 1.2 millones son autónomas y 2.6 millones están desempleadas, aunque han trabajado anteriormente.

Este informe también señala que la prevalencia de enfermedades mentales es dos veces más alta en las sociedades desiguales comparadas con las igualitarias. Y esta desigualdad está condicionada por diferentes factores, como el económico, de género y de procedencia.

Los especialistas de la Comisión señalaron que factores como la informalidad laboral, la precariedad, la organización descentralizada del trabajo y la falta de reconocimiento de las tareas de cuidado contribuyen al deterioro de la salud mental.

Además, destacaron que incluso en empleos más estables, aspectos como la dificultad para desconectarse del trabajo digitalmente, las horas extra y los horarios laborales impredecibles también afectan negativamente a la salud mental.

Asimismo, es preciso recordar que la OCDE reveló en 2023 que España es el tercer país de la Unión Europea con más consumo de antidepresivos. En 2022, se consumieron en el país 98.4 dosis diarias de antidepresivos por cada 1,000 habitantes. Desde 2019, debido al impacto del coronavirus, este consumo ha aumentado en toda la comunidad europea.

Ante este aumento de los trastornos mentales y del deterioro en la salud mental de las personas jóvenes, es preciso un abordaje integral desde la salud pública y las políticas. La salud mental está condicionada por múltiples factores que requieren un abordaje desde diversas perspectivas. En este espectro, mejorar las condiciones laborales es urgente, como lo evidencian los informes.