¿Sabías que consumimos el doble de sal de lo recomendado?

Desde hace tiempo, los profesionales de la salud han insistido en reducir el consumo de sal, especialmente en personas con hipertensión arterial. Esta condición es un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de mortalidad. En España, entre el 33% y el 43% de los adultos tienen hipertensión, y en mayores de 65 años, la cifra supera el 60%.

En otras palabras, tener “la tensión por las nubes” es más común de lo que parece. Pero, ¿realmente consumimos demasiada sal? ¡Te contamos todo!

El exceso de sal: un problema silencioso

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 5 gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de café. Sin embargo, en España, el consumo promedio es de 9,8 gramos diarios, casi el doble de lo aconsejado. Este exceso puede aumentar el riesgo de hipertensión, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.

Pero la sal que usamos con el salero no es el único problema. De hecho, la mayor parte de la sal que ingerimos proviene de alimentos procesados y ultraprocesados, como pan, embutidos, quesos, snacks, salsas y sopas precocinadas.

Hoy compramos menos sal de mesa, pero consumimos más productos que contienen sal añadida. Estos alimentos no solo necesitan sal para conservarse, sino que también llevan cantidades extra para mejorar su sabor.

Aprende a identificar la sal en los productos

Elegir alimentos con bajo contenido en sal es clave para evitar su consumo excesivo. Sin embargo, muchas veces en las etiquetas no aparece la palabra “sal”, sino “sodio”. ¿Son lo mismo?

El sodio es un componente de la sal (cloruro de sodio) y se utiliza para medir el contenido de esta en los alimentos. Aunque el sodio es esencial para funciones básicas como el equilibrio de líquidos y la actividad nerviosa, un exceso es perjudicial para la salud.

¿Cómo calcular cuánta sal consumimos?

Para calcular la cantidad de sal a partir del sodio indicado en las etiquetas, basta con multiplicar la cantidad de sodio (en gramos o miligramos) por 2,5.

Por ejemplo:

• Si un producto tiene 0,56 g de sodio, se multiplica por 2,5. Esto equivale a 1,4 g de sal, lo que ya es una cantidad alta.
• En general, si un alimento contiene más de 1,25% de sal en 100 g, se considera elevado. Lo ideal es que sea inferior a 0,25 g.

Consejos para reducir el consumo de sal

1. Revisa las etiquetas: Elige productos bajos en sal o sodio.
2. Cocina con menos sal: Sustitúyela por hierbas aromáticas o especias para darle sabor a tus comidas.
3. Evita alimentos procesados y ultraprocesados: Opta por opciones frescas siempre que sea posible.
4. Reeduca tu paladar: Reducir la sal de forma gradual ayuda a acostumbrar tu gusto a sabores más naturales.

Reducir el consumo de sal no solo mejora tu salud, sino que también previene enfermedades graves. ¡Déjanos un comentario si esta información te ha sido útil o si ya conocías cómo calcular el sodio en los productos!

Recuerda: menos sal hoy es más salud para mañana. 

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