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Cuando se trata de ritmo, vitalidad y estructura en la música, la percusión se presenta como protagonista para diferentes géneros. Diversa en sus instrumentos, timbres y tonos, no solo ofrece una amplia variedad de sonidos, sino también versatilidad, ya que puede utilizarse tanto en la música tradicional como en la contemporánea. Así, los percusionistas exploran las posibilidades de sus instrumentos y enriquecen las composiciones con nuevos ritmos, patrones y otras propuestas que hacen de la música mucho más atractiva. ¿Quieres saber más sobre los instrumentos de percusión?
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La percusión en música hace referencia, como lo indica el Diccionario de la lengua española, al “conjunto de instrumentos de percusión de una orquesta”. Estos instrumentos –diversos en materiales de construcción, estructura, timbre y tono– se caracterizan por emitir sonidos al ser golpeados, raspados, frotados o sacudidos. Cada uno de ellos cuenta con una técnica particular de ejecución en función del género en el que se insertan, por lo que pueden aportar bases rítmicas tanto sencillas como complejas. Están presentes en la música clásica, el jazz, el folclore, entre otros.
Pero ¿cómo se clasifican? Se cuenta con dos clases de instrumentos de percusión en la música: los afinados y los no afinados.
Estos instrumentos brindan notas reconocibles al ser ejecutados; es decir, cuentan con una altura definida o sonido determinado. Los ejemplos más característicos son el xilófono, el vibráfono y la marimba, que pueden producir armonía musical.
Por su parte, estos instrumentos de percusión no brindan notas reconocibles, por lo que también son conocidos como instrumentos con altura indeterminada o melódicos. Por lo tanto, no requieren una afinación. El cajón, la pandereta o la conga son claros ejemplos de esto.
La percusión, como manera de producir sonido, está presente en casi todos los géneros de música. En el flamenco, el guitarrista es capaz de percutir la tapa delantera de su instrumento para aportar mayor sonoridad y ritmo a su ejecución. Puede, al mismo tiempo, contar con el acompañamiento de un cajón, que brinda la base para que tanto cantaor como bailaor tengan la base rítmica de la pieza. Ocurre lo mismo con la música africana y afrolatinoamericana, donde la percusión es una base fundamental. Con otras dinámicas, la percusión está presente en el rock, el jazz, el pop, el folclore, la música instrumental, entre otros.
Visto esto, se intuye la función de la percusión y la importancia de los instrumentos de este tipo en la música. En términos simples, los instrumentos de percusión aportan la estructura rítmica sobre la que se ejecutan piezas musicales, de modo que sostienen el tiempo y el ensamble de otros instrumentos, como el bajo. Los niveles de ejecución –como se mencionó anteriormente– pueden variar, por lo que pueden marcar patrones rítmicos sencillos o, dependiendo de otros factores, muy complejos, los mismos que requieren virtuosismo, como ocurre en el jazz o algunas variantes del rock o metal, donde la batería es fundamental.
Ahora bien, el cuerpo puede convertirse en instrumento a través de la percusión corporal. Este es el caso de las palmas, el zapateo, los chasquidos con los dedos o la lengua, las palmadas en los muslos, los golpes en el pecho, entre otros.
Estos instrumentos son los membráfonos e ideófonos. Por un lado, los membráfonos, como lo indica su nombre, producen sonido a través de la vibración de una membrana que es percutida con alguna herramienta, como las baquetas o palos, o las manos. Entre estos instrumentos, se encuentran el bombo, las congas, el yembé, los timbales, los bongós, entre otros. Por otro lado, los idiófonos producen sonido a partir de materiales como las placas, las láminas y las varillas. Los platillos, los xilófonos y el triángulo, respectivamente, son ejemplos de esto.
Estos instrumentos producen sonido según la manera en la que se percuten. Veamos:
Los instrumentos de percusión pueden elaborarse con los siguientes materiales:
Los instrumentos de percusión tienen orígenes diversos. Aunque utilizados en géneros locales, muchos de ellos han alcanzado un lugar importante para la música contemporánea. Los instrumentos africanos, por ejemplo, han calado en muchos países debido a la versatilidad y originalidad de sus sonidos. Ocurre lo mismo con otros instrumentos de origen afrolatinoamericano, como el cajón peruano, que fue incorporado por Paco de Lucía en el flamenco. Otros, de origen asiático o indio, también se utilizan en diferentes géneros de música que buscan explorar nuevos sonidos.
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