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Actualmente, existen un elevado número de fármacos con los que ayudar a reducir peso y que cada vez más, están alcanzando una mayor popularidad en la población. Entre estos productos se encuentra Ozempic, que está siendo vigilado de cerca por las autoridades por provocar pensamientos suicidas en aquellas personas que los toman.
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Antes de profundizar sobre la posible relación entre Ozempic y los pensamientos suicidas, es fundamental ponerse en contexto sobre este medicamento. Pues bien, Ozempic es un medicamento que de forma complementaria a la dieta y el ejercicio físico, trata de combatir la diabetes tipo 2 que no se controla de forma satisfactoria.
Ozempic se podrá administrar de forma exclusiva sin complemento físico o dietético en aquellos pacientes adultos que no pueden ingerir metformina, que es otro medicamento empleado contra la diabetes. No obstante, también se podrá administrar Ozempic junto con otros medicamentos contra la diabetes de forma complementaria dependiendo de cada caso.
El medicamento Ozempic se suministra bajo prescripción médica y tiene como objetivo ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre a las personas con diabetes y a controlar el peso a largo plazo.
No obstante, este medicamento se ha viralizado en las redes sociales como fármaco que ayuda a bajar de peso, incluso si no se tiene diabetes, por lo que, ha colocado a Ozempic en el centro de la controversia. Y es que, además, Ozempic se vende como una solución líquida que se puede administrar con una inyección bajo la piel, lo que ha provocado, que el medicamento escasee, no pudiendo ser utilizado por quienes realmente necesiten insulina para controlar la diabetes.
La polémica con Ozempic y sus efectos secundarios nace con la investigación que lleva a cabo la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre este fármaco y otros agonistas del receptor GLP-1. Y es que, previamente en Islandia, tres pacientes tomaron este fármaco teniendo como efectos secundarios los pensamientos en autolesionarse o en suicidarse, lo que alertó a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
El hecho acontecido en Islandia se produjo por dos personas que tomaban Ozempic que se basa en un principio activo conocido como semaglutida que se utiliza en la pérdida de peso y que les provocó pensamientos suicidas. Y otro que consumía Saxenda, un medicamento menos efectivo para adelgazar con un principio activo conocido como liraglutida y que ocasión el pensamiento de autolesionarse.
No existe aún evidencias claras que una relación entre Ozempic y los pensamientos suicidas. La compañía Novo Nordisk que los fabrica, asegura que la prioridad de su trabajo es garantizar la seguridad del paciente y que Ozempic es consumido al año por 20 millones de personas según los datos de la EMA, no conociéndose casos que provoquen estos efectos secundarios.
Es el momento ahora en el que se inicia en Europa un procedimiento de investigación tendente a esclarecer si son estos medicamentos los que están detrás de estas conductas suicidas o autolesivas o de cuál es el porcentaje de probabilidad de que suceden.
Los casos como el de Ozempic y las conductas suicidas se tratan del siguiente modo. Inicialmente un país detecta un número de casos que comparten el mismo factor o que cambian patrones, por lo que, se envía al comité de farmacovigilancia de la EMA. A continuación, los países revisan cada caso a nivel nacional llevándose una investigación con la intención de determinar la causalidad entre el suceso y estos efectos o, si hay plausibilidad biológica. En otras palabras, se trata de detectar las posibles anomalías en estos fármacos y solicitar información a nivel nacional para una investigación a nivel europeo si es necesaria.
El caso de Ozempic y los pensamientos suicidas no es el único debate que ha existido en el mundo de las industrias farmacéuticas. El mismo efecto secundario se discutía con la isotretinoía, también conocido como ácido 13-cis-retinoico. Este medicamento se empleaba en el tratamiento del acné grave en adolescentes.
Pues bien, durante 6 meses de tratamiento, un estudio sueco detector un incremento de los intentos de suicidio considerable, mientras que otras investigaciones también mostraban una relación causa-efecto entre este medicamento y la depresión. Por este motivo, no existe un punto de vista único sobre si este medicamento provoca o no tendencias suicidas.
Al mismo nivel se encuentran antidepresivos prescritos a niños y adolescentes como la sertralina, la duloxetina y el escitalopram, pertenecientes al grupo de ISRS (Inhibidores selectivos de recaptación de serotonina) Al respecto, las voces más experimentadas del ámbito sanitario relacionan a que estos medicamentos suelen ser ingeridos por poblaciones más vulnerables que acarrean problemas de autoestima o alteraciones psíquicas como la depresión, pero no por ello, existe siempre una causalidad con la ingesta de los medicamentos.
El uso de Ozempic puede ser aceptable como medicamento contra la diabetes tipo 2. Por el contrario, no debería de emplearse para la pérdida de peso, surgiendo así el balance entre riesgos y beneficio. ¿Perjudica o ayuda más el medicamento? En este sentido, es probable que la investigación de medicamentos finalice con un cambio en el etiquetado del medicamento, donde se advierta de los posibles efectos secundarios de autolesión o de pensamientos suicidas de este fármaco.
Próximamente, se esclarecerán los hechos sobre este fármaco. Mientras tanto, si te ha parecido interesante este post y quieres dedicarte profesionalmente al ámbito farmacéutico, te recomendamos que consultes los cursos y masters de Euroinnova que mejor se ajusten a tus expectativas profesionales.
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