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La etapa de la niñez es una de las etapas más complicadas en la vida de cualquier persona, y es que es dónde formamos nuestra personalidad y nuestro sistema de creencias. Algunos niños sufren un trastorno por déficit de atención o hiperactividad, otros depresión y otros ansiedad. Y una manera de tratar estos trastornos es mediante la terapia cognitivo conductual.
¡Vamos a ver de qué se trata!
Todos tenemos pensamientos o patrones mentales inadecuados que nos meten en problemas de manera constante. Esto es debido a las creencias que se instauran en nuestra cabeza. Por eso, la terapia cognitivo conductual en niños trabaja en cambiar esos pensamientos y en modificar sus conductas.
En algunos casos, el terapeuta trabajará únicamente la conducta del niño. Y es que en ocasiones resulta muy complicado que el/la niño/a consiga indagar en sus pensamientos. Aquí, esta parte se trabaja con los familiares.
La terapia cognitivo conductual es un tratamiento que se pone en práctica para reestructurar, emociones y conductas disfuncionales. Como ya hemos comentado anteriormente, el terapeuta trabaja para cambiar las ideas y comportamientos de una persona que le puedan generar malestar.
Lo hace desde un tratamiento cognitivo, que se centra en la calidad de los pensamientos, y una segunda parte, que hace hincapié en la conducta, ya que los pensamientos se convierten en emociones o sensaciones físicas.
En adultos se pueden trabajar las dos partes con total normalidad, pero la terapia cognitivo conductual en niños funciona de manera diferente. En muchos casos se trabaja solo la parte de la conducta, porque sus pensamientos y comportamientos se producen de manera casi automática.
Un ejemplo de terapia cognitivo conductual en niños se daría en un/a joven que sufre dislexia. Bien podría pensar que es bobo porque se ríen de él cada vez que lee en voz alta. El terapeuta trabajaría aquí para mostrarle todas las fortalezas que tiene y que, aunque le cueste leer, es igual de inteligente que el resto. Modificando pensamientos y conductas se soluciona el problema.
Como estarás comprobando a lo largo de todo el artículo, la terapia cognitivo conductual en niños se basa en un método muy férreo y que no deja espacio a la improvisación. Por ello, antes de enfrentarte a esta terapia, hay una serie de consideraciones a tomar en cuenta que debes saber:
Como padre o madre, debes comunicarte con un profesional en el momento en el que ves a tu hijo/a más triste o temeroso de lo normal. Por otro lado, si ya has ido a terapia y tu hijo vuelve a tener dichos comportamientos, también desde acudir a un terapeuta.
Por último, ante cualquier duda o cuestión que tengas sobre el correcto cuidado de tu hijo/a, no dudes en preguntar a un terapeuta profesional.
La terapia cognitivo conductual en niños se puede aplicar en numerosos trastornos psicológicos, aunque hay tres casos más extendidos en la etapa infantil. Estos son los siguientes:
Por otro lado, la terapia cognitivo conductual en niños puede tratar, aunque en menor medida, otra serie de trastornos psicológicos. Vamos a ver de cuáles estamos hablando:
Ya has reconocido que tu hijo tiene algún tipo de problema y has encontrado en la terapia cognitivo conductual una posible solución, pero te da miedo que tu hijo entre en un tratamiento con un terapeuta. ¿Es tu caso? Pues vamos a ver todos los beneficios de esta disciplina para aportar claridad a este tema:
Para ahondar más en esta cuestión, vamos a explicar cómo sería un encuentro con el terapeuta. En el caso de los niños, debes saber que el profesional primero se reuniría con los padres y su hijo para preguntar qué desean cambiar. Luego pasaría a trabajar con ambos.
El terapeuta utilizaría una serie de técnicas, entre las que se encuentra el modelado. En este caso, el profesional demuestra el comportamiento deseado, como puede ser relacionarse con los demás.
Otra de las técnicas más extendidas es la de reestructuración cognitiva. Aquí, el terapeuta intenta que los niños reconozcan y remplacen sus pensamientos negativos por otros, que son los que se desea instaurar.
Este tipo de terapia suele durar menos que otros tipos de terapia. Aunque todo va a depender del tipo de persona, el número de sesiones suele estar entre 10 y 20. Como es normal, habrá niños que necesiten de menos sesiones y otros que demanden algunas más.
Lo importante es que se trabaje para lograr desarrollo psicológico.
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