Maestría en Administración. RVOE SEP: M-010/2023 (16/05/2023) + Master Europeo en Administración. Especialización en Dirección de Empresas Constructoras
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Un reglamento de construcción es un conjunto de normas redactadas por funcionarios municipales o estadales con la ayuda de profesionales de la construcción que rigen el diseño, la construcción y la modificación de edificios comerciales, viviendas y otras estructuras de la jurisdicción.
Estas normas pueden incluir también que materiales de construcción debes incorporar en determinadas obras de construcción y las restricciones existentes. La infracción de estas normas puede acarrear multas o sanciones para todos los involucrados en el proceso de edificación.
Las normas que rigen la construcción en una ciudad o municipio se denominan reglamentos de construcción. Suelen ser competencia de la Secretaría de Obras y Servicios o el órgano homólogo de la entidad. Otras secretarías de la ciudad también pueden tener reglamentos que se aplican a la construcción, como la Secretaría de Transporte o la de Obras Públicas.
En Ciudad de México, por ejemplo, la Secretaría de Movilidad tiene un manual que describe las normativas para la construcción de sistemas de transporte público.
Los reglamentos de construcción se aplican a todo tipo de inmuebles, tanto comerciales como residenciales. Los edificios antiguos deben "adecuarse al código", es decir, actualizarse a las normas vigentes. Si no se actualizan, un inspector de edificios puede considerarlos no aptos para vivir (o para trabajar) en ellos.
Los edificios nuevos deben construirse de acuerdo a la normativa de construcción más reciente. Además de las multas, el incumplimiento de las normas durante la construcción puede retrasar el proyecto mientras se solucionan los problemas. Las infracciones graves pueden incluso poner fin a un proyecto antes de que esté terminado.
Los reglamentos de construcción abordan una serie de problemas de integridad y seguridad estructural, desde los materiales prohibidos en la construcción hasta el número de salidas de incendios necesarias en una misma estructura.
Además, las ciudades y condados propensos a un determinado tipo de catástrofe natural pueden establecer códigos directamente para contrarrestar ese tipo de sucesos.
Uno de los mejores ejemplos de códigos de construcción diseñados para hacer frente a los peligros de un tipo específico de catástrofe natural y asegurar la seguridad estructural, es el de Ciudad México. Casi todas las normativas de construcción vigentes giran alrededor de ley de construcción de dicha ciudad, por su antigüedad y experiencia.
Todo el país es propenso a los terremotos y la Ciudad de México ha ajustado su código para controlar estrictamente los edificios nuevos y existentes. La ley de construcción que rige cada estado incluye importantes providencias en el aspecto sismológico.
Mediante cambios en las versiones anteriores del reglamento de construcción, la ciudad se ha hecho cargo del problema de las estructuras de hormigón y madera que carecen de los refuerzos antisísmicos necesarios. Estos refuerzos son necesarios para hacer frente a las sacudidas que se producen, incluso con un sismo menor.
Los legisladores y funcionarios de la mayoría de los estados y municipalidades, no elaboran sus normativas desde cero. En lugar de ello, parten de un borrador común (denominado código modelo) cuyos requisitos pueden hacer más estrictos o menos estrictos, adaptando el reglamento a las necesidades de su estado, condado o ciudad.
Los códigos modelo son elaborados principalmente por el Consejo Internacional de Códigos (ICC por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro que incorpora normas de construcción consensuadas elaboradas por organizaciones profesionales con experiencia en un campo concreto.
En México, las principales normas beben su inspiración del Código Internacional de la Edificación (IBC) o el Código Residencial Internacional (IRC).
Los códigos modelo pretenden proteger a los ocupantes de condiciones peligrosas especificando los requisitos de seguridad contra incendios y evacuación, así como el nivel de viento, lluvia, granizo u otros peligros que deben soportar los edificios.
Las nuevas versiones de las normas se publican periódicamente, por lo general cada tres o seis años y son elaboradas por comités de docenas o a veces cientos de expertos voluntarios.
Las modificaciones del Reglamento de Construcción son adoptadas por los municipios mediante un proceso de audiencias públicas. El largo proceso termina cuando las autoridades locales adoptan los códigos actualizados como ley, convirtiéndolos en las normas con las que los inspectores municipales evaluarán la seguridad de las estructuras.
La mejor manera de asegurarse de que su proyecto cumple las normas de construcción locales es consultar a un ingeniero o arquitecto profesional que posea una certificación RVOE esté familiarizado con dichas normas.
A menudo, tú (o tu contratista general) deberás presentar planos y propuestas. Puedes resolver cualquier problema revisando los documentos de construcción, pero necesitas tener los conocimientos adecuados para ello.
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