Parto en agua

DIPLOMADO EN NEONATOLOGÍA

Te contamos las claves del parto en agua

Hoy día, las imágenes de partos en el agua inundan las redes sociales. Publicaciones que nos provocan ternura, paz y naturalidad; sin embargo, el parto en agua tiene tanto ventajas como riesgos ¿Quieres descubrir las claves del parto en agua? En Euroinnova te contamos todo lo que debes saber, así como te ofrecemos la mejor formación online en Neonatología ¿Te animas?

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El parto bajo el agua sigue siendo una alternativa para muchas mujeres en el mundo que se sienten atraídas por los beneficios que tiene. Sin embargo, como hemos mencionado, se deben tener también en cuenta los riesgos a los que se expone, tanto la madre como el bebé. En el siguiente post analizamos las claves del parto en agua ¿Quieres saber más sobre ello?

¡Vamos allá!

¿En qué consiste el parto en agua?

El parto en agua es una técnica de alumbramiento natural que consiste en tener al bebé dentro de una tinaja o piscina con agua tibia. Algunas mujeres realizan el trabajo de dar a luz en inmersión en su propia casa con supervisión médica. Pero, actualmente, muchas clínicas cuentan con cómodas instalaciones profesionales para asistir a estos nacimientos. 

Sobre todo, el parto bajo el agua es ideal para aquellas que prefieren prescindir de los medios tradicionales de analgesia, como la analgesia epidural, para sobrellevar el dolor.

Si nos dejamos llevar por lo que vemos o leemos en Internet parece que todo es perfecto. Sin embargo, si buscamos información científica sobre el parto en el agua, existen pocos estudios de prevalencia, y muchos de estos enumeran las limitaciones.

¿Cómo se produce el parto en agua?

El primer paso es llenar una tinaja o piscina con agua a una temperatura de 37 grados centígrados, aproximadamente. La mujer debe sumergirse cuando la dilatación uterina sea de 5 o 6 centímetros.

Una vez en el agua, la futura madre podrá cambiar de posición a medida que los dolores se agudicen y aumenten las contracciones. Aunque, de manera general, asume una postura sentada con las piernas semiflexionadas. 

El agua cálida facilita la salida del bebé. Por eso, generalmente, los médicos no necesitan realizar ninguna maniobra sobre el perineo para expandir el canal de parto.

Una vez que ha nacido el bebé, se debe acercar inmediatamente al pecho de la madre para propiciar el contacto piel con piel, y evitar que vuelva a sumergirse.

Es necesario contar siempre con el acompañamiento de enfermeros/as de neonatología o especialistas del rubro para un adecuado seguimiento del procedimiento.

Ventajas y desventajas del parto en agua

Los principales beneficios del parto bajo el agua son:

• Disminución del uso de analgesia durante la primera etapa del parto (período de dilatación).
• Favorece la circulación sanguínea. La inmersión propicia la circulación de la sangre. Como consecuencia, se optimiza la oxigenación de los músculos uterinos y el bebé también recibe más oxígeno.
• Menor duración de la primera etapa del parto.

Por otro lado, no hay diferencias significativas en la frecuencia de partos vaginales, cesáreas, uso de oxitocina, trauma perineal o infección materno fetal, como tampoco en la puntuación de APGAR, o ingreso en unidad de cuidados intensivos neonatal con respecto al parto tradicional.

Además, según algunos expertos, este sistema alivia el estrés del bebé e incrementa su sensación psicológica de serenidad.

En cuanto al beneficio del período expulsivo en el agua, se registró un mejor nivel de satisfacción materna.

En cuanto a los riesgos, en recién nacidos, se han reportado casos aislados de sepsis (una infección severa), y también materna por Pseudomonas aeruginosa, dificultad en la termorregulación, shock hipovolémico, hiponatremia, dificultad respiratoria y encefalopatía hipóxico isquémica, resultando algunos casos letales.

Aunque, dadas las limitaciones de muchos trabajos, es difícil establecer la incidencia de las complicaciones.

Centrándonos en la madre, tiene que beber agua a menudo para evitar sufrir un cuadro de deshidratación por estar mucho tiempo inmersa en agua tibia. Es decir, que puede resultar perjudicial tanto para la mujer como para el niño.

Además, estar sumergido en el agua durante 30 o 40 minutos exige un esfuerzo muscular extra. Lo que provoca que la parturienta se sienta demasiado cansada para continuar el proceso. Y, en caso de que el alumbramiento se retrase más de lo previsto, la situación se podría agravar.

Casos en los que los médicos descartan el parto bajo el agua

• Cuando no se ha realizado un control médico durante la gestación.
• Si la madre ha tenido una cesárea previa o existen riesgos de sangrado extremo posparto.
• En los casos de parto gemelar o inducido.
• Si la mamá sufre de cardiopatías, rotura uterina o diabetes.
• Cuando existe una malformación fetal o se detecta una enfermedad respiratoria durante el control prenatal.

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