Maestría en Administración. RVOE SEP: M-010/2023 (16/05/2023) + Master Europeo en Administración. Especialización en Finanzas
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Cuando se trata de mantener su empresa en funcionamiento, es importante que sepa de dónde proceden su financiamiento. Hay muchas formas diferentes de financiar su empresa y recaudar dinero para apoyar sus operaciones.
Se pueden dividir en dos categorías: fuentes de financiación internas y fuentes de financiación externas. Pero, ¿cuál es la diferencia entre fuentes de financiación internas y externas? Descubre aquí todo lo que necesita saber sobre financiación interna y externa.
Las fuentes internas de financiación se refieren a las opciones de recaudación de fondos que existen dentro de la propia empresa. Esto incluye todas las operaciones cotidianas que aumentan los beneficios, como la venta de acciones o servicios.
También puede tratarse de la venta de activos de la empresa, una opción especialmente importante cuando te planteas modificar la dirección de tu negocio o estás estudiando opciones para reducirlo.
Igualmente puede ser una forma útil de sacar el máximo partido a activos que ya han quedado obsoletos para su empresa, convirtiéndolos en recursos financieros para sus operaciones prioritarias.
Las fuentes externas de financiación son las que proceden de fuera de tu empresa. Puede tratarse de dinero procedente de préstamos o de inversores a través de acciones y participaciones, así como de líneas de crédito que pueden abrirse con bancos o instituciones financieras.
Aunque a veces es más difícil conseguir este tipo de financiación, también suele ser mayor que las opciones de financiación interna, por lo que puede ser importante tenerlas en cuenta cuando se necesita un gran impulso de liquidez para la empresa.
A menudo entran en juego cuando se buscan nuevas ideas, productos o negocios, pero también son opciones vitales para empresas con fondos internos limitados.
La principal diferencia entre ambas formas de financiación internas y externas es el origen. La financiación interna proviene de los resultados de la empresa. Es una financiación completamente separada a factores ajenos a la organización.
Por otro lado, la financiación externa es cuando intervienen factores ajenos a la empresa, pueden ser inversores o gente que posee acciones que esperan a cambio de su dinero un porcentaje de los ingresos generados por la empresa o un pago compuesto por un tipo de interés.
La financiación interna suele ser más fácil de obtener para las empresas ya establecidas que pueden tener ya acciones o activos a los que se puede recurrir. La financiación externa, en cambio, puede ser de vital importancia para las pequeñas empresas y las empresas incipientes que necesitan una inyección de liquidez para despegar.
Por supuesto, puede ser más fácil para las grandes empresas conseguir fuentes externas de financiación porque el historial de la empresa puede hacerla un deudor más fiable.
El ejemplo más común de fuente interna de financiación es la venta de existencias. Se trata del aspecto más fundamental de la empresa, es decir, el producto o servicio que se intercambia a cambio de un pago y que por lo tanto se genera con un recurso propio de la empresa.
Del mismo modo, el cobro de deudas se clasifica como un tipo de financiación interna. Suele referirse al dinero que se debe por productos o servicios suministrados en el pasado, pero puede haber un desfase entre el suministro y el pago.
Otro ejemplo clave de financiación interna es la venta de activos fijos de la empresa, que puede ser útil cuando se necesita financiación adicional para apoyar las ventas diarias.
Uno de los ejemplos más comunes de fuente de financiación externa es una línea de crédito o un préstamo suscrito con un banco. Este tipo de financiamiento se suele manejar en el corto plazo.
Suelen utilizarlo las empresas que acaban de empezar para constituir la aportación inicial de efectivo, aunque también se puede utilizar a lo largo de distintos puntos de la empresa.
Otro ejemplo habitual de financiación externa es la venta de acciones de la empresa, que invita a los inversores a aportar dinero a la empresa, representando un flujo de dinero fresco en la forma de financiación ajena a la empresa.
Elegir una fuente adecuada de financiación empresarial puede ser una tarea difícil y laboriosa. Esto se debe a la enorme cantidad de opciones de financiación disponibles. La financiación puede adoptar la forma de deuda o inversión y las condiciones de financiación pueden variar considerablemente.
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