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Seguramente que hayas visto el vídeo de los estudiantes del colegio mayor Elías Ahuja, en Madrid. En él aparecen decenas de jóvenes insultando, vejando y faltando el respeto a las residentes del colegio mayor de Santa Mónica, justo enfrente. Pues bien, este suceso ha reabierto el debate de qué se puede hacer para evitar hechos similares, llegando a una misma respuesta: la educación sexual.
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La mayoría de expertos señalan que una de las claves para evitar sucesos así puede estar en una educación sexual y afectiva desde la infancia. Y es que, en la actualidad, la mayor parte del peso de esta materia recae sobre padres y madres, que en muchas ocasiones evitan estos temas.
Y ahí llegamos a otro gran problema, ya que se trata de un tema tabú. Un tema que, por tradición, no se suele tocar en un aula de un colegio. Acabar con este tabú es primordial para que niños y niñas se abran desde una edad temprana y obtengan una educación sexual de calidad. De esta manera, se podrá acabar con los estereotipos de género.
La educación sexual no solo aborda aspectos biológicos, sino también emocionales, sociales y éticos, proporcionando a los estudiantes una comprensión integral de su sexualidad. La importancia de los programas educativos de salud sexual radica en su capacidad para empoderar a los jóvenes, ayudándoles a tomar decisiones informadas y responsables.
La educación sexual integral es un enfoque que abarca todos los aspectos de la sexualidad humana, desde lo físico hasta lo emocional y social. Este tipo de educación no se limita a la reproducción, sino que también incluye temas como la prevención de conductas de riesgo, el consentimiento, la identidad de género y la orientación sexual.
Un enfoque integral en educación sexual fomenta el respeto a la diversidad y ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades comunicativas necesarias para manejar sus relaciones de manera saludable. Este enfoque promueve una visión positiva de la sexualidad y busca erradicar mitos y tabúes que pueden ser perjudiciales.
Para asentar conceptos, vamos a definir este término. La educación sexual es un proceso de enseñanza y aprendizaje acerca de la sexualidad y salud reproductiva, donde se tocan valores y creencias relacionados con este tema. Por otro lado, numerosos expertos indican que, a través de la educación sexual, muchas personas aprenden a manejar su relación con ellas mismas y con su propia salud sexual.
Está claro que los padres juegan un rol fundamental en la educación sexual de sus hijos. Sin embargo, existen padres que desconocen ciertos aspectos de este tema o que simplemente no los quieren tocar, ya que es un tema tabú para muchas personas. Por ello, resulta importante incluir esta especialidad en las aulas y Juegos Didácticos.
La educación sexual tendría un impacto positivo a largo plazo, ya que los/as jóvenes aprenderían a formar relaciones más saludables y se abrirían en lo que a sexualidad se refiere. Muchos/as jóvenes, como sus padres, temen hablar sobre este tema porque les avergüenza o porque no se sienten comprendidos.
Si conseguimos que se abran, además de que tengan una buena formación a nivel sexual desde una temprana edad, construiremos una mejor sociedad, en la cual no existan los estereotipos de género.
¿Por qué cuesta tanto implementar la asignatura de educación sexual en los centros educativos? Ya en 2010, en España, se reconocieron por primera vez los derechos sexuales y reproductivos en una ley orgánica que reseñaba que era necesario articular su enseñanza en el sistema educativo.
Además, anteriormente, ya se introdujo la educación sexual en un programa lectivo en 1990. Fue en la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE). Sin embargo, desde entonces solo se han añadido contenidos desde la transversalidad y nunca se ha construido una verdadera asignatura, impartida por docentes especializados.
El paso está dado, ya que se incluyen muchas referencias a la educación sexual en el marco normativo, sin embargo, solo se toca el tema en Biología, desde un plano meramente académico, y en optativas a la asignatura de Religión. Aunque poco a poco se van viendo iniciativas dentro del ámbito educativo, los Juegos Didácticos se erige como nuestra asignatura pendiente.
El debate está en si los/as niños/as están preparados para recibir este tipo de educación sexual o bien nos podemos precipitar. Sin embargo, lo que está claro es que un/a joven abandona el sistema educativo sin que haya aprendido sobre el tema, viéndose obligado a aprender de manera autodidacta e individual.
Por ello, se dice que la educación sexual ayudaría a que miles de jóvenes se abrieran a contar sus problemas, además de que les permitiría tener una salud sexual plena. También entenderían en qué se basan valores como el respeto o la libertad.
Uno de los principales beneficios de la educación sexual en el aula es la promoción de la salud sexual. Al proporcionar información precisa y relevante, los programas educativos ayudan a los jóvenes a comprender la importancia de cuidar su salud sexual. Esto incluye la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos no deseados, así como la promoción de prácticas sexuales seguras.
La prevención de conductas de riesgo es otro aspecto crucial de la educación sexual. Los jóvenes informados son más propensos a tomar decisiones seguras y responsables. La educación sexual enseña a los estudiantes sobre los riesgos asociados con la actividad sexual y cómo evitarlos, lo que puede reducir significativamente las tasas de ETS y embarazos adolescentes.
La educación sexual también se centra en el desarrollo de habilidades comunicativas. Los estudiantes aprenden a expresar sus sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, lo que es fundamental para mantener relaciones saludables. Además, se les enseña a reconocer y respetar los límites de los demás, fomentando relaciones basadas en el respeto mutuo.
No hay un momento estipulado para hablar sobre educación sexual. Un niño puede desarrollar esa curiosidad por su cuerpo mucho antes que otro, por lo que debemos tener en cuenta el ritmo que marca el joven. Hablarle de forma directa y sin titubeos es la clave.
Cuando el/la niño/a te haga preguntas sobre su cuerpo, no adornes tus palabras y háblale con sinceridad. Además, aprovecha para dejar bien claro qué partes del cuerpo son privadas. Al fin y al cabo, se trata de ir desvelando información a tu hijo/a conforme éste vaya preguntando.
Una de las claves está en atender siempre a sus preguntas de una forma directa. Muchos padres prefieren evitar estas cuestiones, sabiendo que pueden encontrar información en Internet. Sin embargo, es importante que tu hijo/a confíe en ti para que consigas brindarle una educación en valores, inspirada en la confianza mutua.
En Euroinnova apostamos por la formación de los mejores profesionales, críticos, autoexigentes y comprometidos con la sociedad. Y es que una persona que incrementa sus conocimientos en un área, consigue expandir su mente e interiorizar nuevas lecciones. El conocimiento nuevo nunca puede ser algo negativo, siempre y cuándo sea un conocimiento útil y de calidad.
Si ya eres docente o, simplemente, tienes un/a hijo/a y te preocupa este tema, no dudes en visitar nuestra web y encontrar la formación que resuene contigo. Formar a los más jóvenes en lo que sexualidad se refiere es una tarea que nos incube a todos.
¡Por una sociedad mejor!
¡Te esperamos!
Sara Ávila Ramírez
COPYWRITER
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