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Generalmente encontrarás en internet artículos informativos donde se hable de los hábitos en la escuela para niños. Sabemos que son buenos hábitos la higiene personal, el aseo y limpieza del hogar, dormir temprano, saludar al llegar a un lugar, cumplir diariamente con las tareas en casa, en fin, mucho se ha escuchado sobre ellos. Pero, hoy queremos abordar algunos hábitos de la escuela que puedes mejorar o cambiar para experimentar un nuevo aprendizaje desde cualquier etapa, sea preescolar, primaria o secundaria.
Es un tema muy de moda, escuchar sobre escuelas innovadoras o educación innovadora, y efectivamente es una metodología que está marcando pauta en el mundo e impulsando a los niños a tener una vida saludable en relación a sus estudios. En este sentido, hemos manejado linealmente una educación que señala lo correcto e incorrecto de una forma general.
Incluyendo dentro de esa clasificación a estudiantes con diferentes intereses, habilidades, destrezas y pensamiento como un solo elemento grupal. Pero queremos cambiar la perspectiva sobre ese entorno, queremos darle un giro a los hábitos en la escuela según los estudiantes como individuos únicos y especiales, tomando referencia en prácticas educativas innovadoras.
Las técnicas formativas han cambiado y quizá en la unidad educativa en la que te encuentras no lo hayas notado; esto puede deberse a que siguen incentivando hábitos en la escuela que son obsoletos o para los cuales existen metodologías más efectivas. Es por ello que para ayudarte a diferenciarlos te mostraremos ejemplos de cada modelo educativo.
La escuela tradicional es aquella que se guía por normativas educativas antiguas, que si bien no son dañinas tampoco son tan eficaces. Es por ello que es necesario aclarar que estos hábitos en la escuela no son malos para ti, solo no son tan eficientes como los implementados en la actualidad.
Algunos de los utilizados en la escuela tradicional son:
Se habla de que los estudiantes deben definir una planificación diaria de estudio, donde se habitúen a ejecutar las actividades educativas a la misma hora y el mismo lugar.
Los cuadernos y guías de estudio están estructuradas según lineamientos docentes, reglas y normas definidas para conseguir igualdad y uniformidad en las actividades educativas.
Los alumnos deben sentarle en el aula todos frente al docente y al pizarrón, en pupitres o mesas de trabajo ordenados uno detrás del otro y mantener su posición mientras dure la clase.
Diseñar un plan de estudio donde se defina la materia a estudiar, el día y la hora, lo que se denomina como rutinas de estudio.
Se habla de cuestionarios o guías otorgadas por el docente donde se explican temas de una forma unidireccional que el alumno debe aprender para presentar más adelante una evaluación.
En este caso, definimos algunos hábitos en la escuela que comúnmente se observan en la educación tradicional, enfocada en un grupo de niños sin tomar en cuenta sus capacidades e intereses.
El alumno debe de administrar su tiempo según los intereses que posea. No se habla de dejarlos solo hacer sus actividades preferidas, sino de permitirles que disfruten de las cosas que le gustan y que disponga del tiempo que consideren para aprender sus temas. Tal vez luego de volver de clases, está agotado y desea descansar antes que estudiar; prefiere despertar al siguiente día más temprano para repasar el tema, cuando debía haberlo hecho antes de acostarse el día anterior.
“La fecha se escribe así, el título así y va subrayado de color rojo, el contenido en letra así y de color negro”. Los docentes prefieren corregir cuadernos con la información estructurada de igual forma, es más fácil para evaluar. Pero los alumnos deben ser libres de manejar sus materiales de estudio como deseen, con dibujos, signos, colores preferidos, lo que los lleva a hábitos saludables de estudio.
La cancha deportiva no es sólo espacio para el deporte o las clases de matemática en el aula. El aprendizaje puede darse en espacios creativos, sentados en el piso o en el jardín junto a sus compañeros promoviendo la convivencia escolar.
“Estudiar matemáticas a las 5:00 pm e inglés el martes a las 4:00” y repetirlo semanalmente de la misma manera es una estrategia aburrida y lineal. Cuando el estudiante se sienta motivado por aprender la matemática es allí cuando debe estudiarla pues le es más fácil mantener actitudes positivas ante la asignatura.
El alumno debe conocer las diferentes herramientas para la obtención de información, pues aprende más buscando e investigando que por repetición de un texto ya facilitado por el docente. Un cambio que debe darse poco a poco, con ayuda de docentes y familiares, con limitaciones y sobre todo con supervisión.
Para los docentes aplicar estos cambios resulta un poco más simple, ya que solo amerita un cambio estructural de los hábitos en la escuela además de promover una nueva normativa. Sin embargo, para los alumnos cuyas unidades educativas se encuentran regidas por métodos antiguos la situación es diferente ya que en estos casos son ellos quienes deberán estructurar un cambio en sus técnicas de estudio dentro y fuera de la escuela. Es por ello que deberán considerar incorporar otra serie de hábitos para complementar su nuevo régimen de estudio.
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