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El estoicismo, una filosofía milenaria que ha resistido el paso del tiempo, es aún hoy una guía atemporal para aquellos que buscan la sabiduría en la vida cotidiana. En este artículo, exploraremos el significado del estoicismo, su origen en la escuela estoica, y cómo sus principios éticos y filosóficos puede influir en la forma como abordamos los desafíos modernos.
El estoicismo fue uno de los sistemas filosóficos más importantes del mundo griego. Su mayor predominancia se dio durante el período Helenístico. Esta escuela de pensamiento nació en Atenas, en el mundo antigüo, en el siglo III a.C. Fue fundada por Zenón de Citio aproximadamente en el año 300 a.C. Él fue un filósofo interesado por el pensamiento socrático, pero también tuvo influencias de los cínicos y las enseñanzas de Platón. Sus sucesores en la escuela estoica fueron Cleantes de Assos y Crisipo de Soli.
Los seguidores de esta corriente buscaban la virtud, la moderación y la racionalidad como medios para alcanzar la paz interior. Su pensamiento se dividía en 3 áreas: física (phusikê), lógica (logikê) y ética (êthikê). Así, los estoicos establecieron una analogía entre su filosofía u los seres vivos; la lógica equivale a huesos y tendones, la ética a las partes más carnosas, y la física al alma.
El objetivo principal de su filosofía es que las personas alcancen una vida virtuosa. Es decir, una sabiduría que permita tener calidad de vida. Esta se logra con una práctica que requiere de voluntad y disciplina. Para ellos, se debía aceptar la realidad tal y como es, pues en gran medida no puede cambiarse.
Al respecto, lo que se puede hacer es cambiar la reacción propia frente a la realidad y a las adversidades. Su fin ultimo es alcanzar la eudaimonia (felicidad o plenitud). A su vez, sus dos componentes principales son la virtus y la ataraxia, que puede ser definida como la tranquilidad, que, en últimas, viene del dominio de sí mismo.
La ética estoica se centra en la virtud. Al abrazar la razón y la autodisciplina, los estoicos buscan vivir de acuerdo con principios morales sólidos. Esta ética se traduce en una vida de propósito y significado, guiada por la búsqueda constante de la virtud. En este sentido, la ética estoica apunta a controlar los impulsos y deseos, y a encontrar un fin armonioso de vida, que no está en los objetos o las riquezas.
Por el contrario, se trata de vivir de acuerdo con la naturaleza y con uno mismo, llevar una vida racional y meditada. Destacamos algunos de los componentes de su ética:
La ética estoica también abraza la autodisciplina como un medio para alcanzar la virtud. Los estoicos creen en la capacidad de cada individuo para ejercer control sobre sus acciones y emociones, incluso en las circunstancias más desafiantes. La autodisciplina se convierte en la llave que desbloquea la puerta hacia la libertad interior y la paz mental.
Una faceta distintiva de la ética estoica es la aceptación serena de lo inevitable. Los estoicos reconocen que ciertos aspectos de la vida escapan a nuestro control, y en lugar de resistirse, abogan por aceptar con serenidad lo que no puede cambiarse. Esta actitud de aceptación no implica resignación pasiva, sino más bien una adaptación consciente y una respuesta centrada en la virtud ante las circunstancias inalterables.
Los estoicos sostienen que vivir de acuerdo con la naturaleza es esencial para alcanzar la virtud. Este principio implica alinearse con los principios universales y comprender el papel que desempeñamos en el vasto tejido del cosmos. Al reconocer nuestra conexión con el mundo que nos rodea, la ética estoica fomenta una perspectiva más amplia y una comprensión más profunda de nuestras responsabilidades morales.
Pese a su nacimiento en el siglo III a.C., realmente disfrutó notablemente de una popularidad en la época romana. Por esto, también se conoce como el estoicismo romano. De hecho, aunque no se identificó como tal, Cicerón fue uno de los mayores difusores de este pensamiento, el cual expuso en diversas obras. A su vez, reconocidos pensadores como Séneca o Epitecto aportaron notalemente al estoicismo y su obra influyó en emperadores como Nerón, Augusto o Marco Aurelio.
El estoicismo no es simplemente una filosofía; es un enfoque de vida. Derivado del griego "stoa," que significa pórtico, la filosofía estoica encuentra sus raíces en la idea de resistir los embates de la vida como si estuviéramos en un pórtico, inquebrantables ante las adversidades. Se trata de un llamado a la autodisciplina y la aceptación de lo que no podemos cambiar.
Al tiempo que se desarrolló el estoicismo, también surgió en el mundo clásico la escuela Epicúrea. Ambas, se suelen comparar y contraponer entre sí. Contrastando con los epicúreos, quienes buscaban el placer como el bien supremo, los estoicos abrazaban la idea de que el verdadero bien residía en vivir en armonía con la naturaleza y la razón. Mientras que los epicúreos perseguían la ausencia de dolor, los estoicos abogaban por la fortaleza para enfrentar el sufrimiento con valentía y sabiduría.
En un mundo lleno de incertidumbres, el estoicismo emerge como un faro de estabilidad emocional en los ritmos de vida acelerados de hoy en día. De esta forma, se puede afirmar que ha surgido un estoicismo nuevo, adaptado a los tiempos de hoy. Su aplicación trasciende las eras y se presenta como un antídoto contra el estrés moderno. Adoptar los principios estoicos puede proporcionar claridad mental y resiliencia en momentos de turbulencia.
Convertirse en un estoico implica cultivar la autodisciplina, practicar la aceptación y mantener la serenidad en medio del caos. La meditación y la reflexión constante son herramientas fundamentales para forjar una mentalidad estoica en un mundo que constantemente nos desafía.
Las frases estoicas son faros de inspiración. "El hombre conquista el mundo al conquistarse a sí mismo" (Zenón de Citio) es probablemente la frase que mejor condensa su pensamiento. Estas máximas encapsulan la esencia del estoicismo, instándonos a reflexionar sobre nuestras acciones, ética y prioridades en la vida cotidiana.
"Si no está bien, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas", Marco Aurelio.
"La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad", Epicteto.
"La prudencia es el más excelso de todos los bienes", Epicteto.
"No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho", Séneca.
"El que hace el bien a otro, también hace el bien a sí mismo". Seneca.
"No te sabotees a ti mismo adoptando involuntariamente actitudes negativas e improductivas a través de tus relaciones con otros". Epicteto.
"Únete a lo que es espiritualmente superior, independientemente de lo que otras personas piensan o hacen. Mantén tus verdaderas aspiraciones sin importar lo que esté sucediendo a tu alrededor", Epicteto.
"Donde hay un ser humano, hay una oportunidad para la amabilidad", Séneca.
"Podrás amenazarme, encadenarme, encerrarme o exiliarme. Pero yo te recuerdo que ni Zeus podría quitarme el poder de decidir mi actitud". Epicteto.
"Nadie tiene el poder de tener todo lo que desea pero está en sus manos no querer lo que no tiene y, utilizar con entusiasmo de la mejor manera lo que si tiene". Séneca.
"Únete a lo que es espiritualmente superior, independientemente de lo que otras personas piensan o hacen. Mantén tus verdaderas aspiraciones sin importar lo que esté sucediendo a tu alrededor". Epitecto.
"Elige no ser perjudicado, y no te sentirás perjudicado. No te sientas herido, y tú no lo has estado". Marco Aurelio.
"La primera regla es mantener un espíritu tranquilo. El segundo es mirar las cosas a la cara y conocerlas por lo que son". Marco Aurelio.
"La pérdida no es más que cambio, y el cambio es el deleite de la naturaleza". Marco Aurelio.
"Es esencial que recuerdes que la atención que le des a cualquier acción debe ser proporcional a su valor". Marco Aurelio.
"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas". Séneca.
"¿No sabes que un buen hombre no hace nada por las apariencias, sino por hacer lo correcto?". Epicteto.
"En cada momento mantén la atención en la tarea que tienes entre manos. Realiza cada tarea como si fuera la última, evitando la distracción, el drama, la vanidad y la queja por tu situación". Marco Aurelio.
"Lo innecesario, aunque cueste solo un poco, es caro". Séneca.
"El estoicismo se trata de la domesticación de las emociones, no de su eliminación". Nassim Nicholas.
Aceptar lo incontrolable. Reconoce lo que está más allá de tu control y concéntrate en lo que puedes cambiar.
Practicar la autodisciplina. Cultiva la virtud a través del control consciente de tus acciones y emociones.
Vivir en armonía con la naturaleza. Alinea tus objetivos con principios universales y busca la paz interior.
Desarrollar la resistencia mental. Abraza los desafíos como oportunidades para crecer y fortalecerte.
Cultivar la virtud. Busca siempre la honestidad, la justicia y la sabiduría en tus acciones.
Valorar la amistad. Construye relaciones basadas en la lealtad, la confianza y el apoyo mutuo.
Abrazar la simplicidad. Encuentra la felicidad en lo esencial y reduce la dependencia de lo material.
Practicar la empatía. Comprende las perspectivas de los demás y cultiva la compasión.
Enfrentar el miedo con coraje. Afronta los temores con valentía y determinación.
Cultivar la gratitud. Encuentra alegría en las pequeñas cosas y agradece por las lecciones de la vida.
En resumen, el estoicismo no es simplemente una filosofía del pasado, sino un faro guía que ilumina el camino hacia una vida más significativa y resistente. Al comprender la esencia de los principios estoicos y aplicar un estoicismo moderno en nuestra vida diaria, podemos cultivar la fortaleza interior necesaria para enfrentar los desafíos con determinación.
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