Especialista en Psicología de la Emoción + Titulación Universitaria en Psicoterapia Emocional: Terapia Centrada en las Emociones (Doble Titulación + 8 Créditos ECTS)
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El aprendizaje y la enseñanza de los conocimientos educativos son una parte esencial para la formación del individuo. Al mismo tiempo, es vital educar sobre las emociones en la escuela. Es tarea de toda la sociedad ayudar a desarrollar integralmente sujetos con habilidades emocionales.
Esto quiere decir que, desde el hogar las madres y los padres deben evaluar la condición de los sentimientos de toda la familia, para poder fomentar la educación emocional y de esta manera complementar con las emociones en la escuela. Según los expertos, las emociones son manifestaciones neuro-psico-fisiológicas e individuales, cuando se suscitan condiciones internas o externas, que generan modificaciones del ánimo y activan las respuestas.
Al regular nuestras emociones estamos empleando procesos internos que impactan en las emociones que brotan en nosotros, cuándo tendemos a sentirlas, cómo las experimentamos y la manera en la que las expresamos. Esto aplica tanto a las emociones agradables como desagradables, y puede hacerse de forma consciente tanto inconsciente. Ejemplo de una forma de control emocional inconsciente es llevarse las manos a la boca en un momento de nerviosismo.
Aunque haya varias formas de controlar las emociones, uno de los métodos más comunes es el de la supresión o, dicho de otra forma, tragarnos nuestras emociones para enmascarar su presencia.
Por norma general, los adultos sabemos gestionar nuestras emociones de manera más o menos eficiente para adecuarnos al contexto social del momento y tomar decisiones maduradas guiadas por la razón. Sin embargo, los niños todavía no tienen bien desarrollada la capacidad del control de las emociones, por lo que la educación emocional se hace vital para que empiecen a cuestionar sus emociones y sus formas de exteriorizarlas.
En este sentido, es importante en la escuela fomentar o enseñar la inteligencia emocional, para producir individuos con conductas equilibradas que canalicen las emociones en la escuela y demuestren madurez. Este proceso se lleva a cabo toda la vida, sin embargo, es adecuado comenzar cuanto antes.
Cuando los niños ahondan en sus emociones y reflexionan en cómo sienten, por qué sienten lo que sienten, cómo siente su entorno y cómo hay que expresar las emociones, también están conociéndose a sí mismos. Las emociones son una faceta amplia, diversa y particular de cada persona, y cada niño puede reaccionar de diferentes formas y procesar determinadas emociones ante un estímulo. Por esta razón la educación emocional es útil para hacer una introspección emocional y saber cómo sentimos.
La educación emocional no solo se centra en los individuos ni concibe a las personas como entes totalmente independientes de su contexto social. Por tanto, también está enfocada a tratar problemas sistémicos que se observan en las escuelas como el acoso escolar en todas sus formas. A los niños que tienden a ser abusones, la educación emocional les sirve para cuestionar por qué sienten la imperiosa necesidad de hacer daño, poner a raya esas emociones y generar empatía por todos sus compañeros de clase por igual.
En el caso de los niños más débiles que podrían ser víctimas de acoso escolar, la educación emocional les aporta herramientas para también poder gestionar sus emociones, blindar su autoestima e identificar comportamientos abusivos. Concienciando sobre educación emocional y acoso escolar entre los estudiantes es más probable que los docentes puedan aportar soluciones más acertadas y rápidas.
En edades tempranas todavía es muy pronto para hablar de trabajo. Pero, al fin y al cabo, la educación es un camino de formación académica y también interpersonal que está destinada, entre otras cosas, a crear profesionales en diferentes áreas. Aunque a cada niño se le den mejor unas materias que otras, hay unas destrezas y habilidades blandas comunes a cualquier profesión de toda clase: la inteligencia emocional. Así pues, la educación emocional crea individuos empáticos, con habilidades comunicativas, asertivos, mesurados, respetuosos y emocionalmente astutos.
Estos atributos son clave para incrementar las oportunidades laborales, formar una red de contactos sólida, mantener una buena reputación, relacionarse en el ámbito laboral y poder ascender profesionalmente.
La inteligencia emocional es la habilidad de los individuos para manejar situaciones difíciles y buscar la mejor respuesta. Este tipo de inteligencia la hizo reconocida el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, y añade que es la capacidad para mantener un equilibrio entre los sentimientos propios y los de las demás personas.
El control de las emociones en la escuela permite que las peleas disminuyan en el ámbito educativo. Además, involucra 5 destrezas esenciales:
Para los docentes y padres va a ser muy difícil conducir a los estudiantes en el proceso de aprendizaje si primero no han aplicado lo aprendido sobre la inteligencia emocional en la escuela en sí mismos, o por lo menos disponer de sí para aprender en conjunto. Los alumnos aprenden del ejemplo, por lo que el comportamiento de los adultos debe ser consecuente con sus palabras.
Son tantos los beneficios de la inteligencia emocional en la escuela que valdrá la pena poner en acción algunos consejos o pasos para desarrollar el dominio propio de cada sujeto, según los estudios indican que los niños a partir de 2 años y medio ya pueden ser educados emocionalmente.
Siempre será oportuno abordar el problema ante cualquier manifestación o expresión de los alumnos, por medio de una conversación lo más fluida posible para tratar la situación por pequeña que sea.
Has de ser capaz de detectar si un niño está compartiendo cierta situación que le atribula contigo porque necesita que pongas una solución, o simplemente quieren sentirse escuchados. Que un estudiante decida expresar de forma personal unas emociones o experiencias no siempre significa que tengas que responder con alguna acción por tu parte, sino que simplemente quieren desahogarse.
Los niños suelen percibir a los padres y profesores como adultos de confianza, por lo que es normal que se sientan en un espacio seguro para expresar sus pensamientos y emociones. En definitiva, una forma de fomentar la educación emocional es aplicárnoslas a nosotros mismos como modelos a seguir y escuchar a los niños cuando lo necesiten.
Los estudiantes se sientan en círculo y se les da la palabra para compartir sus sentimientos y emociones con el grupo. Probablemente sea mejor hacer diferentes sesiones en grupos más reducidos para que los estudiantes no se inhiban en expresar sus emociones tal y como las sienten. Si puedes identificar grupos de alumnos que tengan mayor confianza entre sí para crear los grupos, mejor. También puedes mezclarlos para que se conozcan mejor y desarrollen empatía los unos por los otros.
Estos círculos de confianza no deben ser espontáneos, sino que han de meditarse en varios aspectos: objetivos, temas por tratar y modo de evaluación. Los objetivos deben estar relacionados con la educación emocional, es decir, el macrobjetivo de un círculo de confianza es que los estudiantes conozcan sus propias emociones y también las de sus coetáneos. Es esencial escoger temas por tratar de forma prudente y teniendo en cuenta las situaciones personales y emocionales de todos los alumnos.
Se pueden recrear situaciones sociales y emocionales para que los estudiantes aprendan a reconocer y manejar sus emociones. Al tratarse de una actividad con un importante componente social, algunos alumnos la percibirán como muy divertida, y otros como una fuente de ansiedad. Es por ello que se debe ser observador e idear juegos de rol que hagan que todos los estudiantes se sientan integrados.
Un ejemplo de juego de rol para trabajar las emociones en la escuela es la de recrear un viaje a la Luna o un encuentro extraterrestre para que los estudiantes exploren sus emociones en situaciones inusuales, a la par que les permita desarrollar su imaginación y creatividad.
Se pueden narrar historias que contengan situaciones emocionales para que los estudiantes aprendan a identificar y expresar sus emociones. Los cuentacuentos pueden ser un recurso muy valioso a la hora de impartir educación emocional en la escuela por varias razones. Una de ellas es que, en función del cuentacuentos, los estudiantes podrán identificar un rango muy amplio de emociones. Además, se pondrán en los zapatos de los personajes, lo que estimulara su empatía.
También es una actividad idónea para aprender habilidades socioemocionales como la resolución de conflictos, la comunicación efectiva, la toma de decisiones y las dotes imaginativas de cada alumno.
se pueden realizar actividades artísticas, como la pintura o el dibujo, para que los estudiantes expresen sus emociones a través del arte. Al fin y al cabo, las actividades artísticas consisten en expresar y plasmar ideas, por lo que es una herramienta muy útil para que los alumnos den rienda suelta a sus emociones y las exterioricen de forma creativa y amena.
Además, cuando hablamos de actividades artísticas no solo aludimos a las artes plásticas, sino a otros pasatiempos como el teatro o la danza. Estos, más allá de fomentar la libre expresión de emociones, permiten que los alumnos socialicen entre ellos, fragüen experiencias y emociones compartidas y aprendan a colaborar unos con otros.
Si bien es cierto que la educación en gran medida se deja en mano de los docentes, los padres también tienen un papel que cumplir para que sus pequeños tengan un manejo adecuado de las diferentes situaciones que tendrán que enfrentar a lo largo de su vida.
Los niños suelen aprender mediante los ejemplos, por lo que los padres deben tener la capacidad de expresar sus emociones y explicarles a los pequeños lo que está sucediendo, es un proceso de aprendizaje que permite que eviten problemas al crecer.
En estos momentos se les recomienda explicar a los pequeños qué hacer si ellos llegan a sentirse así, pues no en todos los sitios se puede reaccionar igual. Los padres tienen la labor de enseñar a los pequeños a manejar sus emociones en la escuela, ya que es el primer entorno fuera de su hogar donde se encuentran solos.
Las habilidades para enfrentar las situaciones no vienen de manera innata en los seres humanos, es por ello que con ayuda de la sociedad se van desarrollando los conocimientos necesarios para hacerle frente a estas situaciones.
El problema se presenta cuando existe una mala gestión de las emociones, la familia representa el pilar fundamental del desarrollo humano, por lo que en esta institución es donde debe predominar la formación emocional correcta.
Algunas de las técnicas que los pequeños pueden emplear para controlar sus emociones en la escuela son:
Expresar cómo se siente es una manera de que el niño vaya comprendiendo la emoción que está experimentando. Tener conversaciones sobre estos temas es de gran utilidad, pues hace posible encontrar la raíz, para así comprender las emociones en la escuela y evitar conflictos.
Practicar la empatía es clave para un adecuado equilibrio emocional, pero para ello los padres no deben ocultar sus emociones, pues se requiere de reconocer ciertos rasgos, facciones y el lenguaje corporal para comprender en qué estado se encuentra la otra persona.
Cada ser humano es diferente, por lo que el manejo de las emociones no siempre se realiza de la misma manera, pues cada quien tiene sentimientos que afloran de manera distinta. Dentro de las opciones para tranquilizarse pueden estar: escuchar música, colorear, salir a pasear o hasta leer, por lo que poniendo a prueba cada uno es que se determina la mejor opción.
Tanto para docentes como para padres, tener el conocimiento de una rama tan importante del desarrollo como la psicopedagogía puede contribuir a mejoras en las herramientas que se usan para contribuir al autoconocimiento de los niños.
La educación emocional es una herramienta fundamental para la psicopedagogía, ya que permite a los estudiantes desarrollar habilidades socioemocionales que les ayudarán a enfrentar situaciones de aprendizaje y de vida con mayor éxito. Asimismo, la psicopedagogía puede utilizar la educación emocional para identificar las dificultades emocionales y sociales que puedan estar afectando el rendimiento escolar de los estudiantes, y para diseñar estrategias pedagógicas que permitan abordarlas de manera efectiva.
Un claro ejemplo es la postura que presenta Francesco Tonucci, famoso pensador y psicopedagogo italiano, que plantea que los jóvenes deben contar con tiempo para conversar y distraerse. También se pronuncia a favor de una disminución de los deberes, lo que puede aportar beneficios en su desarrollo emocional.
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