Descubre algunos ejercicios para la dislalia y la importancia de tratarla
La dislalia es un problema o trastorno de pronunciación que implica la incapacidad o una alta dificultad para la articulación o dicción de ciertos fonemas. Su prevención y su detección temprana es muy importante, pues con ello se garantiza la intervención oportuna con los ejercicios para la dislalia que benefician en gran medida el desarrollo social, académico y emocional de los pequeños que presenten este problema.
Hay que saber diferenciarla de los errores propios del aprendizaje del habla o de las costumbres del idioma de la región o de la familia. Cabe destacar, y conviene dejar claro, que el control terapéutico desde las etapas escolares iniciales es fundamental, pues al ser detectada en estos años, se puede intervenir antes de que progrese y sea más difícil su tratamiento con la dificultad a pronunciaciones que deberían ser mucho más sencillas.
Formas en la que se presenta la dislalia
Una vez destacados los ejercicios para la dislalia es importante destacar los síntomas que presenta este inconveniente o como suele presentarse, debido a que existen muchas personas que padecen de este problema y siquiera lo notan o no saben cómo deben tratarlo. Es por ello que a continuación se muestran algunas de las fallas más comunes del habla que presentan las personas con dislalia.
- Sustitución: ocurre cuando el individuo utiliza otro fonema en lugar del que es necesario para una palabra, por ejemplo en lugar de pronunciar “pa” podría pronunciar “da”. Este inconveniente puede deberse a dos factores, en algunos casos a que el individuo no sabe cómo se pronuncia la palabra debido a problemas de percepción o bien porque no puede articular el fonema, por lo que lo sustituye; en ambos casos son requeridos los ejercicios para la dislalia.
- Omisión: ocurre principalmente en niños cuando por dificultad para pronunciar ciertos fonemas los omiten. Esto ocurre frecuentemente con las personas que se les dificultan los sonidos con la letra r o la letra x.
- Inserción: en forma similar a la sustitución los individuos agregan un sonido adicional a una palabra para poder evitar un fonema que se les hace difícil, por ejemplo pronunciar “palanta” en lugar de “planta”.
- Distorsión: este es el inconveniente más común y desencadena fallas en la pronunciación de ciertas palabras debido a problemas en la posición de los músculos o inconvenientes con el soplo, para ello se recomiendan los ejercicios para la dislalia enfocados en ambas problemáticas.
Los diferentes planos de actuación para la dislalia
Los distintos ejercicios para corregir la dislalia buscan conseguir que se adquiera una articulación correcta del lenguaje. Para ello es necesario que se den ciertas condiciones en algunos niveles como son:
- Respiración y soplo.
- Movimientos de los órganos articulatorios.
- Discriminación auditiva.
- Lenguaje imitativo, dirigido y espontáneo.
Con todo esto dicho, vamos a proseguir con algunas propuestas que servirán como ejercicios para la dislalia que ayudarán a potenciar todos estos planos y servirán como prevención de esta afección. Es importante que se mantengan estas prácticas tanto en casa como en el colegio a fin de fortalecer el aprendizaje. Igualmente, una buena idea es poder presentar estas propuestas como juegos a los niños, de modo que se sientan motivados y con la idea de mostrar progresos con mayor facilidad.
Actividades para fortalecer cada habilidad mencionada
Como ya se destacó antes, los ejercicios para la dislalia buscan abordar este problema trabajando en relación a 4 problemáticas principales. Por ello a continuación encontrarás algunos de los ejercicios cruciales que debes considerar para tratar este inconveniente e identificar en qué te ayuda cada uno de ellos.
Respiración y soplo
Para poder estimular esta habilidad, es necesario que el niño desarrolle una buena función respiratoria, por lo que es importante que este pueda aprender a utilizar su diafragma correctamente. Entre los ejercicios para la dislalia en este caso tenemos:
- Soplo simple: se basa en hacer soplar al niño, primero puede ser sin inflar las mejillas y luego pidiéndole que las infle. Otra buena idea es que pueda taparse la nariz para que todo el aire salga por la boca.
- Utilización de globos: la idea es pedirle que infle globos de distintos tamaños, lo que ayudará a aumentar la capacidad respiratoria del pequeño.
- Ejercicios para el diafragma: para mejorar la capacidad pulmonar es clave estimular el diafragma por medio de ejercicios, en una ronda puede pedirle al niño que inhale rápidamente y exhale lentamente 15 veces, luego pedirle tras un descanso que haga lo contrario al ejercicio anterior.
Movimientos de los órganos articulatorios: Praxias
Las praxias orofaciales son los movimientos que ayudan a ejercitar y trabajar distintos órganos que intervienen en la articulación del fonema r y todos los demás. Por ende, permiten al niño que pueda mejorar en gran medida el habla y la motricidad fina que pueda estar afectando a estos órganos, también favorecen la adquisición de agilidad y coordinación para comunicarse sin dificultades.
- Ejercicios para la dislalia con la lengua o praxias linguales: tocar el labio inferior y superior con la punta de la lengua, llevarla hacia las mejillas por dentro de la boca a modo de masajes, recorrer con la lengua los incisivos superiores y luego los inferiores con los labios juntos, entre otros.
- Actividades con los labios: pronunciar el sonido “RRRR”, vibraciones con la lengua colocada entre los labios, proyectar los labios fruncidos, esbozar una sonrisa con los labios juntos y otra enseñando los dientes, etc.
- Ejercicios con las mejillas: inflar las mejillas de aire, empujar con la lengua las mejillas hacia afuera, masajearlas y más.
- Praxias mandibulares: abrir y cerrar la boca con diferentes tamaños, bostezar y mover la mandíbula de un lado a otro.
- Praxias bucofonatorias: para ellas se realizan ejercicios bucofaciales pronunciando con la boca cerrada, especialmente los fonemas con la "M".
Discriminación auditiva y ritmo
Sin una buena discriminación de la audición será casi imposible que un pequeño pueda pronunciar bien determinadas palabras o sonidos parecidos ya que no lograrán diferenciarlos. Por ello, para estimular ambas habilidades podemos realizar algunos ejercicios para la dislalia, como son:
- Reconocimiento de diferentes sonidos, como pueden ser de distintos animales, del ambiente, instrumentos, etc.
- Imitación de ritmos con las manos, los pies y con todo el cuerpo.
- Pedirles que distingan entre los tonos, la intensidad y la duración de algunos sonidos.
Lenguaje imitativo, dirigido y espontáneo
Es necesario que todas las palabras puedan pasar por un proceso de generalización, por lo que podemos ayudarles acompañando su desarrollo con propuestas bastante sencillas, entre las que destacan:
- Repetir palabras que les digamos.
- Decir palabras que contengan un fonema determinado.
- Completen frases.
- Reciten refranes, poemas, cuentos, entre otros.
Formas en la que se presenta la dislalia
Una vez destacados los ejercicios para la dislalia es importante destacar los síntomas que presenta este inconveniente o como suele presentarse, debido a que existen muchas personas que padecen de este problema y siquiera lo notan o no saben cómo deben tratarlo. Es por ello que a continuación se muestran algunas de las fallas más comunes del habla que presentan las personas con dislalia.
- Sustitución: ocurre cuando el individuo utiliza otro fonema en lugar del que es necesario para una palabra, por ejemplo en lugar de pronunciar “pa” podría pronunciar “da”. Este inconveniente puede deberse a dos factores, en algunos casos a que el individuo no sabe cómo se pronuncia la palabra debido a problemas de percepción o bien porque no puede articular el fonema, por lo que lo sustituye; en ambos casos son requeridos los ejercicios para la dislalia.
- Omisión: ocurre principalmente en niños cuando por dificultad para pronunciar ciertos fonemas los omiten. Esto ocurre frecuentemente con las personas que se les dificultan los sonidos con la letra r o la letra x.
- Inserción: en forma similar a la sustitución los individuos agregan un sonido adicional a una palabra para poder evitar un fonema que se les hace difícil, por ejemplo pronunciar “palanta” en lugar de “planta”.
- Distorsión: este es el inconveniente más común y desencadena fallas en la pronunciación de ciertas palabras debido a problemas en la posición de los músculos o inconvenientes con el soplo, para ello se recomiendan los ejercicios para la dislalia enfocados en ambas problemáticas.
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