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La impresión 3D tiene relativamente pocos años de vida con un uso más o menos normalizado, desde su implantación a principios de siglo, las máquinas han ido mejorando ostensiblemente en cuanto a la calidad y fiabilidad de los diseños, a su vez, el precio se ha ido disminuyendo ya que a su salida eran aparatos realmente caros, el curso de impresión 3D consistirá por consiguiente en el dominio del funcionamiento de estos aparatos para ser capaz de crear figuras mediante un procedimiento de adición de capas superpuestas que darán como resultado un objeto con tres dimensiones, este concepto tan general hace que con un curso de impresión 3D se adquieran conocimientos útiles para desarrollar tareas de este tipo en diversos ámbitos como el diseño industrial, ingeniería civil, ingeniería médica, moda y muchos más.
La revolución de las impresoras 3D invita a cualquier persona a poder crear sus propios objetos de la nada, aunque con un tamaño limitado, este problema se puede solucionar imprimiendo por piezas y luego ensamblándolas, aunque este es un proceso algo más complejo para principiantes, aun así, existen aparatos adaptados a diferentes bolsillos, desde 500€ las más baratas aunque es recomendable adquirir alguna superior a las 800 en las cuales la relación entre calidad-precio es más notoria, es necesario un curso de impresión 3D al menos para conocer el procedimiento por el cual diseñar un objeto para que la impresora pueda hacerlo realidad.
En el curso de impresión 3D se enseñaran conceptos necesarios a la hora de diseñar una figura que posteriormente va a ser impresa, por supuesto primero es imprescindible tener una idea clara acerca de lo que se quiere, realizar algún que otro boceto para visualizar mejor antes de meterse en faena con los softwares informáticos. Una vez se tengan claras las ideas, es preciso conocer programas que trabajen en formato CAD de tres dimensiones, así se puede diseñar el objeto final que se quiere imprimir y tener ya sí, un prototipo de cómo va a quedar en la vida real.
Pero la maquina no imprime un objeto directamente sino que lo hace mediante capas superpuestas, por lo que no se puede utilizar el diseño CAD tal cual, hay que separar el objeto en diferentes números de capas en función del tamaño para que la maquina proceda a su impresión capa por capa (la adición mencionada al principio), algunas impresoras un poco más avanzadas permiten además escanear objetos para verlos directamente en pantalla, esto permite copiarlos o modificarlos directamente, al gusto del usuario.
Los materiales a usar son un aspecto muy a tener en cuenta también a la hora de adquirir una impresora o poner en marcha un proyecto, estos suelen ser de diferentes plásticos o polímeros como el BS, que cuesta unos 18 euros por cada kilogramo, este es duro y permite aguantar altas temperaturas y pintar sobre él, lo cual permite mucha personalización, uno de los principales inconvenientes de este es que no es biodegradable, junto con el PLA, que si es biodegradable aunque no aguanta temperaturas muy altas, son los materiales más baratos de obtener en relación con otros bastante más caros.
El Laybrick tiene un precio en torno a los 20 euros por tan solo un cuarto de kilo, lo que viene siendo cuatro veces más caro que los materiales anteriores, esto debido a su mayor calidad principalmente y su aspecto arenisco, el Laywoo-D3 que tiene parte de madera, es igual de caro que el anterior, por último hablar del Filaflex, un material que en lo económico se encuentra en un punto intermedio entre los mencionados anteriormente, unos 30€ el medio kilo y que se utiliza sobre todo en prótesis o carcasas de teléfonos móviles, ya que sus materiales le permiten ser muy elástico, está muy presente en el día a día.
Como ya se ha mencionado anteriormente, un curso de impresión 3D da mucho juego en cuanto al gran abanico de posibilidades que ofrece el crear objetos en las tres dimensiones, un uso simple y cotidiano es utilizarlas para crear juguetes, por ejemplo, perfecto para los niños porque se pueden hacer desde pequeños y simples hasta formas complejas, la ropa es otro elemento que puede salir de la creación en tres dimensiones, es muy común hacer zapatillas o chancletas que suelen ser de plástico.
Pero estos son ámbitos secundarios para donde realmente la creación de objetos en tres dimensiones ha supuesto un avance revolucionario, como es el caso de la medicina, en este sector, un curso de impresión 3D puede suponer el tener la habilidad necesaria para desarrollar una prótesis que se adapte por completo al cuerpo de un individuo y le pueda servir como una parte más del mismo, la calidad de los brazos o piernas biónicas y otras partes del cuerpo está incrementando exponencialmente con el avance de esta tecnología, a día de hoy es posible recuperar casi la totalidad de la movilidad corporal de un miembro perdido gracias a estos implantes.
En el sector de la construcción esta es también una herramienta muy utilizada principalmente para realizar modelos arquitectónicos a escala, de este modo se puede tener una imagen mucho más clara de la forma que tendrá una estructura, esto hace que se pueda exponer de una forma mucho más visual y comprensible de cara a clientes. Es muy interesante el uso de piezas prefabricadas también en robótica, automoción, en drones y una amplia cartera de productos industriales.
Javier Cano
Graduado en Marketing e Investigación de Mercados
Departamento de Social Media y Comunicación
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