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Desde que el famoso padre de la imprenta, Johannes Gutenberg, la inventara en 1440, esta tecnología no ha sufrido a penas cambios en su mecanismo de rodillos móviles. Fue tal la expectación y el interés que este avance suscitó en la sociedad que el trabajo del impresor se profesionalizó y se especializó hasta llegar a nuestros días. Ahora, para trabajar en una imprenta, se necesita una formación especializada y un profundo conocimiento sobre el sector.
En este post vamos a ver cómo es trabajar en una imprenta y qué servicios se ofrecen.
El proceso de impresión de cualquier diseño requiere de paciencia, precisión y de un alto nivel de profesionalidad para obtener excelentes resultados.
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La impresión implica preparar texto e imágenes, imprimirlos en papel y luego terminar las impresiones. La impresión gráfica engloba todo tipo de diseños, materiales y encuadernación, por lo que los profesionales deben estar preparados para dar el tratamiento adecuado a cada encargo.
En una imprenta profesional se segmentan las tareas para ofrecer un servicio especializado y acorde a las necesidades específicas de cada cliente. Podríamos dividir los productos en estos tipos:
El proceso de impresión consta de cuatro fases: la pre-impresión, la impresión, la post impresión y la encuadernación.
Pre-impresión: se prepara el material a imprimir. Se comprueba que estén todos los materiales y, si los diseños se entregan en digital, que tengan los formatos y dimensiones correctas. En esta etapa también se decide el tratamiento según el material al que se transfiera, el tipo de impresión, tratamientos de imagen, vectorización de algunos elementos si fuera necesario y otros detalles de preparación. Para que los resultados sean los deseados, también se hace alguna prueba de impresión.
Impresión: una vez escogidos el tipo de impresión y soporte más adecuado al diseño y material, se ejecutará la tirada y el control de muestras durante la impresión. Ahora, con la impresión digital, es más fácil que las tiradas salgan con más calidad y fieles a los diseños originales. Finalmente, se limpiarán y realizarán las tareas de mantenimientos pertinentes en los equipos de impresión.
Post-impresión: en esta fase se intenta perfeccionar el acabado con laminados y otros tratamientos de la superficie para su protección y conservación.
Encuadernación: en caso de que el producto lo necesite, como en catálogos, libros, etc, se procederá al encuadernado. Hay varios tipos: encuadernación de caballete, encuadernación de canutillo, encuadernación espiral o encuadernación rústica.
Para trabajar en una imprenta necesitarás tener nociones sobre diseño gráfico, saber cómo funcionan los diferentes tipos de impresión, saber cómo y cuándo aplicar los acabados, dominar el manejo y mantenimientos de la maquinaria, conocer los materiales existentes para la impresión de diseños y estar preparado para asesorar al cliente en cuanto a ellos.
Para controlar todo este tipo de formación, en Euroinnova hemos diseñado una serie de acciones formativas especializadas en este sector. ¡Conócelas y aplica a cualquiera de los puestos de trabajo en una imprenta!
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