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Son diversas las razones que han generado cambios en la mentalidad de las personas creando un pensamiento amplio con visión futurista; una tendencia emprendedora que busca dar crecimiento productivo a cualquier miembro de la sociedad que quiera hacerlo. Hablaremos sobre la cultura emprendedora y su definición ante el COVID-19, además de otros aspectos que podrán abrirte caminos en este interesante tema.
En la actualidad, una de las principales razones que llevó al mundo a buscar nuevas ideas para aumentar sus ingresos económicos, fue la repentina aparición del COVID-19 en nuestras vidas. La rapidez y facilidad con la que el Coronavirus se expandió y transmitió de persona en persona, originó que los representantes de los gobiernos eligieran el confinamiento como medio de prevención al contagio.
La cultura emprendedora y su definición ante el COVID-1, generó una ola de proyectos tanto en empresas como en negocios, sin importar su razón social ni su tamaño. Gerentes y jefes se enfocaron en dar innovación a sus estrategias de venta ajustadas a las condiciones de cuarentena impuestas en el mundo, así como a aquellos trabajadores independientes, a buscar actividades emprendedoras que le facilitaran su sobrevivencia económica.
La cultura en sí, es un conjunto de formas y expresiones que identifican un grupo social, conocimientos o comportamientos que permiten que las personas se desarrollen en su entorno y que generen los resultados esperados.
En tal sentido, la cultura emprendedora y su definición es la capacidad que se tiene para identificar las posibilidades y las oportunidades que se presentan en el ambiente, de manera que esté abierto a cambiar, experimentar, innovar y diseñar planes de producción que le generen ingresos económicos o el logro de un algún objetivo particular.
Una cultura emprendedora convierte las dificultades en oportunidades, hace que los hombres y las mujeres desarrollen la virtud del optimismo y que promuevan proyectos enfocados en el crecimiento y la producción de bienes y servicios que favorezcan tanto al productor como al consumidor. De esta forma, generan posibilidades de superación para los que participan directa e indirectamente en el proceso del emprendimiento.
La definición de cultura emprendedora puede verse desde la perspectiva de diferentes especialistas, veamos algunas de ellas:
La cultura emprendedora es la capacidad que tiene una persona de revelar oportunidades según sus habilidades para elaborar y desarrollar un nuevo concepto de negocio. El emprendedor aprovecha sus capacidades y los recursos que tienen a su alcance, para transformar sus ideas en éxito.
Los que manejan la cultura emprendedora y su definición, son personas que pueden combinar factores de producción ya existentes, para obtener mejores resultados a través de la innovación.
A un emprendedor se le suman las habilidades de agregar valor a cualquier proceso o actividad en la que interviene, maximizando así los resultados.
Aquel personal que está inmerso en asumir la responsabilidad de sus bienes, recursos e instituciones, aprovechando al máximo las condiciones y características de su entorno y de sus clientes para aumentar su producción, es parte de la cultura emprendedora.
Además de estos conceptos, puedes encontrar mucha información sobre la cultura emprendedora y su definición en Wikipedia, así como gran diversidad de artículos o espacios digitales dirigidos al emprendedor cultural y su definición.
Para convertirse en un emprendedor, se requieren de ciertos elementos, que pueden formar parte de la personalidad de un individuo o que pueden desarrollarse con el tiempo, la experiencia y la capacitación. Si bien muchos grandes empresarios han sido desde niños, educados en entornos de negocios y producción bajo una cultura emprendedora y su definición, existen también aquellos que han conseguido llegar a ser reconocidos inversionistas por sus propios medios, proyectando ideas, asumiendo retos, con esmero, constancia y dedicación.
Entre las características de la cultura del emprendedor es importante resaltar los siguientes factores:
Lo primero que se requiere es definir ese sueño, esa idea, ese proyecto, esa meta que se quiere cumplir. Concretar el plan de negocios que se desea poner en marcha, es la primera y más importante de las características a ejecutar como paso indispensable de la cultura emprendedora y su definición. Este proyecto debe ser, evidentemente realista, con fundamentos basados en un criterio de efectividad lejos de ser caprichos o ilusiones imposibles.
Para poner en ejecución el plan de negocios, es necesario determinar lo que hace falta, tanto como en recurso humano como en materiales, equipos e inversión económica. De esta manera, la cultura emprendedora permite que se ajusten las ideas a la realidad del momento, tomando en cuenta que para materializar los sueños se requieren más que ganas, también se necesita de organización, planificación y distribución de los recursos.
Una de las principales características de un emprendedor es ser líder. El liderazgo representa la habilidad de expresar ideas, de manejar fácilmente información, de extenderla hacia un equipo de trabajo, de crear respeto y admiración por los que le rodean, de mover pensamientos y promover actividades e ideas innovadoras. Un líder debe estar en capacidad de tomar buenas decisiones y de elegir las mejores opciones en momentos de alta presión.
La responsabilidad es una característica que todo ciudadano debe tener, no solo como parte de la cultura emprendedora y su definición, sino también como hábito y principio de todo buen hombre o mujer. Una actitud responsable siempre dejará en alto tu credibilidad y te hará acreedor de buenos clientes y proveedores, lo que garantizará que ese nuevo proyecto de negocios vaya encaminado fácilmente al éxito y la prosperidad.
Después de conocer la cultura emprendedora y su definición según diferentes autores, demos un paseo por aquellas actividades que surgieron en tiempos de cuarentena frente al COVID-19, o bien podrían verse como cultura emprendedora y ejemplos:
1.- Una de las actividades que más revuelo causó en tiempos de pandemia fue el servicio delivery. Aunque ya algunos establecimientos y empresas manejaban este sistema, surgieron nuevos proyectos enfocados en llevar hasta la casa cualquier tipo de productos.
2.- Las ventas online, pasaron a ser la mejor opción para la compra de productos. Se utilizaron las redes sociales y páginas de ventas en internet para promocionar cualquier tipo de artículo que se tenía en casa,en desuso o para actualizar las estrategias de venta de algún comercio que no disponía de este sistema.
3.- Los trabajos freelance resultaron una muy buena opción para la cultura emprendedora y su definición ante el COVID-19, pues sin salir a exponer su salud, escritores, diseñadores, programadores, y otros profesionales, dieron iniciación o fortalecieron sus carreras.
4.- Desde casa, muchos aprovecharon aquel oficio o talento que tenían para emprender en la repostería, la costura, la pintura u otros, y crearon sus productos para la venta al momento y hasta por encargo.
Estas son solo algunas de las actividades emprendedoras más resaltantes que las circunstancias del COVID-19 generó como impacto ante la población mundial.
Es muy cierto que el espíritu emprendedor puede o no, nacer con cada uno de nosotros, pero también es cierto que existe la posibilidad de sembrar y cultivar una actitud emprendedora cuando se desea llegar al éxito. Por ello, existe asesoramiento profesional que puede guiar tus pasos hacia la cultura emprendedora y empresarial, y no solo para tiempos difíciles, sino también para cualquier otro entorno o circunstancia que se nos presente.
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Una de las alternativas mas usadas actualmente para la cultura emprendedora es utilizar los recursos digitales, en este tema, te puede ser de mucha ayuda el curso de Posicionamiento en la Web para el emprendimiento que Euroinnova dispone exclusivamente para todos aquellos que quieran materializar sus proyectos.
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