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Los seres humanos no solo somos seres racionales sino que también somos emocionales, es por ello que es realmente complicado conseguir la solución de algo si la conexión con la otra persona se ha perdido. La conexión emocional para la resolución de conflictos es clave. Pero para poder saber a qué nos estamos refiriendo cuando decimos conexión emocional, es básico conocer en primer lugar las características de las distintas etapas evolutivas y luego saber nociones básicas sobre el funcionamiento del cerebro.
En la vida se presentan distintos retos y conflictos, pero siempre podremos tener en nuestras manos la posibilidad de resolver problemas, llegando a la mediación y a la negociación, pero para poder conseguir un feliz término, es importante tomar en consideración y aprender un poco en relación a la evolución emocional durante los primeros años de vida de la persona, así podremos entender los comportamiento posteriores.
Veamos las etapas que comienzan desde cero a cuatro años:
Está caracterizada por el desarrollo motriz, pasándose desde la horizontalidad a la verticalidad. Se observa para posteriormente dar una respuesta. A esta etapa se le debe poner especial atención, pues al tratarse en forma adecuada, contribuiremos a que el niño desarrolle la confianza, pero de lo contrario lo que tendrá es desconfianza.
Es la etapa del desarrollo de la comunicación. Los pequeños quieren hacerlo todo ellos mismos, por lo que podemos desarrollar su independencia. Cuando fracasan y si fallan en sus intentos, haciendo quizás el ridículo, tienden a generar duda y también vergüenza. Es necesario llevar a cabo un comportamiento asertivo, esto va a contribuir al desarrollo de la autonomía del pequeño.
Debe trabajarse con el sí para reconocer los logros de los pequeños. Se debe dedicar el tiempo que se amerita para enseñarlos cómo deben hacer las cosas.
Estamos refiriéndonos a la conexión emocional para la resolución de conflictos, y es por ello la necesidad de tener en cuenta tanto las partes como las funciones del cerebro, recuerda que éste funciona interconectado entre sí.
El cerebro se divide en cuatro partes:
Ambos hemisferios cerebrales deben estar integrados para que nuestro comportamiento no esté caracterizado por la impulsividad, falta de precisión e inmediatez. Debe haber una integración horizontal de ambos hemisferios y una integración vertical del cerebro inferior con el superior. La integración debe estar dada para conseguir un equilibrio y para que siempre se busque la conexión emocional y racional. Es por ello que se habla de conexión emocional para la resolución de conflictos.
Hay que trabajar en la regulación emocional, y esto es actuar desde la integración de los sistemas descritos anteriormente y hacer que la otra persona actúe igual, tras lograr que esto suceda viene la conexión emocional y posteriormente el enfoque de las soluciones, para poder resolver conflictos.
Sería entonces, regulación-conexión-reflexión, y debe aplicarse independientemente de la edad de la persona con la que queremos comunicarnos, solo así tendremos una conexión emocional para la resolución de conflictos, logrando el objetivo, la empatía y la conciliación.
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