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Imagínate por un momento que tu trabajo es buscar vulnerabilidades en las grandes empresas para cobrar por ello. Esto es real, ya que empresas como Meta, Google o Apple recompensan a todo aquel que encuentre un fallo de seguridad informática en sus dispositivos. ¿Por qué lo hacen? Porque dichos errores les podrían salir muy caros si son conocidos por ciberdelincuentes.
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¿Pero también te puedes beneficiar sin decírselo a las grandes empresas? Seguramente, pero por eso está línea dentro de la ciberseguridad se llama hacking ético. Y es que se trata de buscar vulnerabilidades para que las grandes firmas las solucionen y las personas vivan en un entorno más seguro a nivel informático. Además, se ganan grandes cantidades de dinero por ello, tal y como podemos ver en el titular.
Os vamos a contar la historia de David Schütz, pero bien podría ser tu historia en unos años si decides formarte en informática y ciberseguridad. Este hacker ético lo único que hizo fue encontrar un fallo de seguridad en los móviles Pixel, se lo comunicó a Google y, tras un tiempo, fue recompensado por ello. Y todo porque se le olvidó el código PIN.
Conoce esta curiosa historia.
A David Schütz se le apagó el móvil porque se quedó sin batería, algo que le puede pasar a cualquiera. Después, introdujo el código PIN de forma errónea en tres ocasiones y, claro, se le bloqueó la tarjeta SIM. Este hacker se vio obligado a buscar el código PUK por toda su casa para poder encender de nuevo su smartphone. Al desbloquearlo se dio cuenta de que no le pedía la clave de seguridad, pese haberlo reiniciado.
Al ser un experto a nivel informático, no quedó nada contento y al día siguiente comenzó a investigar el suceso de diferentes formas. En un intento se le olvidó reiniciar el dispositivo, ya que cambió la SIM sin apagar antes el móvil. Luego, metió mal el PIN tres veces, introdujo el PUK y luego estableció un PIN nuevo. Su sorpresa fue que el teléfono se inició saltándose la pantalla de bloqueo.
Schütz acababa de encontrar una vulnerabilidad importante en los dispositivos Pixel de Google, ya que probó en otros modelos y sucedía lo mismo. Este hacker ético se alarmó ante el poco conocimiento técnico que hacía falta para saltarse la pantalla de bloqueo, por lo que intentó ponerse en contacto con Google para comunicar el fallo de seguridad y que solucionasen el problema.
En un primer momento, Schütz mandó un mensaje informando a Google, pero el gigante tecnológico tenía tanto trabajo que procesó, archivó y desestimó la vulnerabilidad. Sin embargo, este hacker ético fue a un evento organizado por Google y les mostró el error de seguridad informática en persona. Ahí fue el momento en el que le hicieron caso.
Y es que, unos días después, Google le respondió y admitió la vulnerabilidad. Le comunicó que gracias a su mensaje se habían puesto a trabajar en una solución, por lo que decidieron pagarle una recompensa de 70.000 dólares por el descubrimiento del error. De esta manera, se puede decir que gracias a que se quedó sin batería, Schütz ganó la friolera cantidad de 70.000 dólares.
¿Qué es el hacking ético? Al final, es el concepto en el que se engloban todos los profesionales de la seguridad informática que no recurren a sus conocimientos con un fin delictivo. El trabajo de los hackers éticos consiste en hackear un sistema para identificar y reparar posibles vulnerabilidades. De esta manera, se adelantan a los hackers maliciosos y se mejora la ciberseguridad de una empresa.
Estos hackers éticos también reciben el nombre de hackers de sombrero blanco o White Hat. ¿Y cómo ganan dinero? Lo consiguen a través de estas prácticas. Sin embargo, hay veces que son contratados por las empresas y otras veces que actúan libremente. Cuando lo hacen por sí mismos, tratan de buscar vulnerabilidades y, luego, se la transmiten a la empresa en cuestión, esperando recibir una compensación económica a cambio.
Cada vez se demandan más hackers éticos, ya que la ciberseguridad se está convirtiendo en una cuestión de Estado. Cada vez estamos más conectados a Internet a través de distintos dispositivos, lo que nos pone en peligro. Con el Internet de las Cosas, los hackers maliciosos tienen un puente para entrar en nuestros teléfonos móviles y, por consiguiente, en nuestros datos bancarios y personales.
Por ello, estos hackers éticos se dedican a mejorar la seguridad de dispositivos así. El fin que persiguen es muy fácil de entender: proteger a la población de los hackers maliciosos o ciberdelincuentes. Necesitamos de expertos informáticos para defendernos, ya que la población media no tiene los conocimientos necesarios para defenderse en un entorno tan complicado como es Internet.
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