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La atención psicosocial se compone de intervenciones y acciones de apoyo que tienen la finalidad de proporcionar las herramientas y habilidades necesarias para que se desarrolle de forma sana y satisfactoria en una comunidad. Además, estas intervenciones psicosociales pueden ir destinadas a recuperar ciertas destrezas sociales que se han visto mermadas después de experimentar un suceso que ha impactado en la psique de la persona,
De esta forma, la atención psicosocial le permite a una persona mitigar sus daños psicológicos, sanar sus heridas emocionales, atenuar el impacto negativo a su integridad moral y, eventualmente, potenciar a que una persona persiga un proyecto de vida personal en armonía con la sociedad.
Las intervenciones sociales y la atención psicosocial promueve un entorno apropiado para el desarrollo personal y comunitario, así como mejora la autoestima, las habilidades sociales, la identificación, expresión y procesamiento de emociones, la resiliencia y las propias cualidades interpersonales. En este artículo te informamos pormenorizadamente sobre los métodos de la atención psicosocial, sus beneficios y sus salidas profesionales.
La atención psicosocial suele aplicarse para impulsar moral y emocionalmente a personas pertenecientes a colectivos en riesgo de exclusión como los niños pequeños, las mujeres o las personas refugiadas o solicitantes de asilo que provienen de países en guerra. Así pues, la atención psicosocial se hace necesaria en una variedad de casos:
El arte puede servir como vía para que los niños comuniquen su interior con el mundo exterior, expresando y verbalizando sus pensamientos y sentimientos. Algunos ejemplos de arte incluyen el dibujo y la pintura.
Las actuaciones teatrales son una manera efectiva de ayudar a los niños a que desarrollen su capacidad de cooperación, su libre expresión y la confianza en sí mismos. Además, el teatro puede promover que los niños tomen conciencia de sus experiencias vitales y que comprendan la situación en la que se encuentran. Es una actividad ideal para niños mayores de 9 años.
Tanto escuchar historias como narrarlas sirven para que los niños aprendan a escuchar activamente a los demás, así como para que aprendan a empatizar y a respetar. Las historias pueden aprovecharse para inculcar valores morales y enseñanzas ejemplarizantes. Otro beneficio valiosísimo de narrar historias es que potencia la expresión de ideas en los niños y estimula su creatividad. La narración de historias o storytelling puede hacerse de forma oral o escrita, y también pueden implementarse poemas.
Con juegos poco estructurados y jerarquizados los niños pueden expresarse mejor y más libremente. Por el contrario, los juegos con normas fijas fomentan valores como la cooperación, el compartir y la importancia de controlar los impulsos de uno mismo. Además, también pueden participar en la preparación del juego, con lo que podemos fomentar la anticipación, el debate sano y la constancia.
Los niños son un pozo de energía infinita. Los deportes pueden suponer una vía de escape para dar rienda suelta a toda esa energía contenida de una manera positiva. Los juegos tradicionales, aunque menos originales, suelen ser muy bien recibidos y, por tanto, animan a participar de forma más activa y mayoritaria. Como es lógico, los deportes también ayudan a mejorar su estado físico y su psicomotricidad. Los deportes en equipo aportan valores como la disciplina, la cooperación y la solidaridad entre los compañeros.
El canto y el baile son una manera más dinámica de expresión en comparación con la narración de historias. Además, sirve para integrar diferentes culturas a través de la música. En caso de tratar con niños de escasos recursos, se les puede brindar materiales reciclables para que construyan sus propios instrumentos y que compongan sus propias melodías.
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