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La inteligencia artificial se ha situado, en muy poco tiempo, como una herramienta fundamental para la enseñanza en los diferentes niveles formativos. Debido a sus características y posibilidades, instituciones y docentes promueven su utilización en entornos educativos con el objetivo de mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este aborda cómo lograr la correcta aplicación de la inteligencia artificial en la educación.
La inteligencia artificial (IA) es un campo de la informática que se ocupa del desarrollo de sistemas que buscan emular las capacidades humanas relacionadas con el aprendizaje, el razonam iento y la percepción. Precisamente, debido a su constante desarrollo, se caracteriza por su alto dinamismo e integración de herramientas para la optimización de procesos en diferentes ámbitos, como la ciencia y la educación. El crecimiento exponencial de sus funcionalidades ha permitido su rápida integración en diferentes ámbitos en los que se requiere automatización, análisis de datos, aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural. En este sentido, en el contexto actual, la IA destaca por todos los beneficios que aporta a diversos sectores.
Tal y como se ha anticipado, la IA tiene acarrea grandes beneficios para diferentes ámbitos. La educación, de hecho, es uno de ellos, además de haberse convertido en un sector que ha introducido rápidamente todas las innovaciones de esta tecnología para mejorar diferentes procesos de aprendizaje durante el desarrollo de programas de estudio.
Siguiendo esto, la manera en la que la IA se aplica en educación debe responder a las necesidades de este entorno, así como adecuarse a los requerimientos particulares de cada docente. Esto es importante, puesto que, en función del nivel formativo, la inteligencia artificial puede utilizarse para brindar, complementar o profundizar contenidos con diferentes niveles de complejidad. Por ejemplo, para la educación básica, las herramientas de IA pueden contribuir con la gamificación, mientras que, en la educación superior, pueden ayudar a desarrollar habilidades avanzadas en torno a, por ejemplo, lenguajes de programación.
Las instituciones y los docentes, por lo tanto, deben evaluar las aplicaciones de la inteligencia artificial en tanto que los estudiantes presentan diferentes exigencias durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. No obstante, para que el uso de la IA se efectivo, los educadores deben capacitarse y conocer cómo funciona esta. De hecho, cada vez es más común que centros de educación básica, técnica y superior integren programas de capacitación para sus docentes.
Los programas formativos y planes de estudio pueden mejorarse gracias a los análisis que realiza la inteligencia artificial. Ya que esta cuenta con la capacidad de integrar datos e interpretarlos, se pueden establecer modificaciones en los currículos en función de aquello que tiene probada eficacia en el nivel específico de formación. Por ejemplo, en el caso de la educación básica, se pueden integrar nuevos contenidos y metodologías para la enseñanza STEM. En el caso de la educación superior, los planes de estudio pueden modificarse con cierta periodicidad para adaptarlos a las exigencias del mercado laboral.
La IA tiene la capacidad de comprender preguntas y aportas respuestas en modo conversacional, lo que permite que los estudiantes puedan trasladar sus dudas y, al mismo tiempo, solventarlas sin la necesidad de establecer tutorías presenciales o síncronas con sus docentes. Además, esto tiene un gran impacto en la autonomía de estudio y en el ahorro de tiempo, ya que los estudiantes pueden recurrir a la IA cuando lo necesiten y desde cualquier lugar. Así, la IA se adapta a sus necesidades e intereses.
Cuando se trata de planificación y utilización de recursos, la IA puede contribuir con la optimización de las clases, sea cual fuere su modalidad. Al tener acceso a datos –aunque aún se estén desarrollando las versiones con acceso a búsqueda web–, la inteligencia artificial puede proponer diferentes formas de calendarizar evaluaciones, tipos de evaluaciones, materiales complementarios, herramientas para la gamificación, información sobre un sinfín de temas, entre otros. Además, al aprovechar todas sus funcionalidades, la IA puede realizar análisis sobre el rendimiento de los estudiantes, gracias a los cuales los docentes pueden mejorar la enseñanza y los métodos de evaluación.
En todos los sistemas de educación, la capacitación y actualización docente es una preocupación constante. La formación continua de los profesores es, en efecto, parte de un trabajo continuo por lograr la calidad y la excelencia educativa. En este sentido, la IA permite diseñar programas de formación en los cuales se incluyan las últimas tendencias de métodos y contenidos para la enseñanza. Asimismo, estos programas pueden diseñarse para formar a los docentes en la utilización de la IA, una herramienta que, si bien es parte del presente, también lo es del futuro en mayor medida.
La IA también permite automatizar el proceso de evaluación en tanto permite que los educadores puedan centrarse en aspectos fundamentales del aprendizaje. De esta manera, permite desarrollar evaluaciones según criterios de calificación, logros, competencias y asignación de puntajes según el desempeño de los estudiantes en cada uno de ellos. Desde evaluaciones de tipo test hasta evaluaciones teórico-prácticas, la IA contribuye con un diseño personalizado y optimizado de evaluaciones de diverso tipo en diversas modalidades de enseñanza.
Como se ha mencionado, el análisis de datos es uno de los puntos más fuertes de la inteligencia artificial. Esto puede ser utilizado para analizar patrones y tendencias para predecir el riesgo de deserción escolar. Esto permite, a su vez, establecer medidas de intervención, prevención y acción para mejorar el desempeño académico de los estudiantes.
Chat GPT (en sus versiones Chat GPT 3.5 y Chat GPT 4) permite que los usuarios tengan una interacción en lenguaje natural al mismo tiempo que reciben información en tiempo real. Esta herramienta se ha convertido, desde su aparición en 2022, en un elemento valioso dentro de los recursos pedagógicos ya existentes.
La IA desarrollada por OpenAI se ha convertido en muy poco tiempo en un instrumento para facilitar la enseñanza, proporcionar feedback, diseñar evaluaciones o complementar contenidos durante las sesiones presenciales o síncronas. De hecho, al utilizarse en el aula, puede lograr una atención más personalizada de parte de los docentes con los estudiantes, ya que utilizar la IA puede generar más autonomía en estos.
Ahora bien, en el marco del “Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial en la educación”, se contempla la enseñanza y uso ético de la IA en los diferentes entornos educativos, de tal manera que se convierta en un pilar para la formación y en una herramienta que permita el desarrollo de los estudiantes más allá de las escuelas. En otras palabras, se promueve el aprendizaje de la IA con el objetivo de mejorar las capacidades de las personas con orientación a la equidad, igualdad y acceso a educación superior y empleo digno.
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