Aislamiento térmico y acústico: tipos y ventajas
Aislamiento térmico y acústico: tipos y ventajas
El aislamiento térmico y acústico desempeña un papel fundamental en la comodidad, el bienestar y la eficiencia de cualquier espacio habitable. Especialmente en las zonas done azota un invierno muy frío, es necesario que una vivienda cuente con un aislante térmico eficaz para garantizar, ya no solo la comodidad, sino la salud de los inquilinos. Por otro lado, el aislamiento acústico es esencial para crear entornos tranquilos y propicios para el descanso, el trabajo y el estudio. Así pues, se puede implementar tanto en viviendas ubicadas en zonas muy concurridas, en discotecas o en salas de reuniones.
Así pues, la importancia del aislamiento térmico y acústico radica en crear espacios más saludables, cómodos y sostenibles en un mundo donde abundan el ruido y los cambios de temperatura. No solo o solo proporcionan un mayor bienestar a los ocupantes de un edificio, sino que también contribuye a la eficiencia energética, la protección del medio ambiente y la calidad de vida en general. En este artículo de Euroinnova te contamos sobre las ventajas del aislamiento térmico y acústico y los principales tipos de aislamiento térmico y acústico que podemos encontrar según su aplicación. ¡Infórmate con nosotros!
¿Qué ventajas proporciona el aislamiento térmico y acústico?
El motivo por el cual estos sistemas de carácter aislante son cada vez más utilizados es aquel de garantizar la eficiencia energética de los edificios. Es decir, constar con sistemas de aislamiento térmico exterior garantiza una disminución de la salida del calor, permitiendo una mayor estabilidad de la temperatura y una mejora en la resistencia a las condiciones meteorológicas externas.
Ventajas del aislamiento térmico
Habitualmente, en la configuración de un sistema de aislamiento se puede ver la combinación de una serie de materiales que hacen efectivo el aislamiento. En primer lugar, se usa aluminio para la creación de un punto de arranque. Posteriormente, se procede al aislamiento a través del uso de planchas de poliestireno. El poliestireno es un material de plástico espumado que se usa también para la creación de envases debido a su alta capacidad protectora.
Las ventajas del aislamiento térmico son:
Ahorro de energía: Reduce la pérdida de calor en invierno y mantiene el interior fresco en verano. Como consecuencia, se prescinde de los sistemas de calefacción y refrigeración, ahorrando dinero en facturas de energía.
Confort interior: Ayuda a mantener una temperatura interior más constante y agradable, sin cambios bruscos de temperatura.
Reducción de ruido: El aislamiento térmico también actúa como aislante acústico, disminuyendo la transmisión de ruido exterior e interior.
Mejora la eficiencia energética: Contribuye a cumplir con estándares de eficiencia energética y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero al requerir menos energía para climatizar espacios.
Cumplimiento de regulaciones: Cumplir con los requisitos de aislamiento térmico es esencial para el cumplimiento de códigos de construcción y regulaciones locales.
Contribución al medio ambiente: Al reducir el consumo de energía, el aislamiento térmico ayuda a disminuir la huella de carbono y a preservar los recursos naturales.
Ventajas del aislamiento acústico
También este tipo de aislamiento se emplea como método para reducir el contacto con el exterior y poder así disminuir los niveles de contaminación de tipo acústico existente en las grandes ciudades. El aislamiento acústico también dota a una vivienda de mayor privacidad o para evitar que ruidos de altos decibelios (de una fiesta de discoteca o evento multitudinario) escapen al local en el que se realizan. De hecho, algunos establecimientos se ven obligados por la ley a aislarse acústicamente, debido al carácter obligatorio de su instalación en algunas situaciones.
Las ventajas del aislamiento acústico son:
Privacidad mejorada: Ayuda a mantener la privacidad al reducir la transmisión de sonidos entre habitaciones o espacios contiguos, factor importante en viviendas multifamiliares.
Concentración y productividad: En entornos de trabajo, el aislamiento acústico contribuye a un ambiente más silencioso y propicio para la concentración, favoreciendo la productividad de los empleados.
Mayor calidad de vida: Un buen aislamiento acústico proporciona un entorno más agradable para vivir, reduciendo el estrés relacionado con las fuentes de ruido constante.
Mejora la calidad del sueño: Un ambiente más silencioso facilita la conciliación del sueño y, por tanto, favorece un mejor descanso.
Mayor valor de la propiedad: Las propiedades con buen aislamiento acústico suelen ser más atractivas para los compradores
Tipos de aislante térmico
Cada tipo de aislante térmico tiene sus propias características y aplicaciones específicas, por lo que la elección depende de las necesidades y requisitos del proyecto de construcción o renovación. Los principales aislantes térmicos son:
Poliestireno expandido (EPS): También conocido como corcho blanco, es un aislante ligero y económico. Tiene una buena capacidad de aislamiento térmico y es resistente a la humedad, por lo que es perfecto para techos y paredes.
Poliestireno extruido (XPS): Similar al EPS, pero más denso y con una mayor resistencia a la humedad. Se aplica comúnmente en aplicaciones bajo tierra, como el aislamiento de cimientos y sótanos.
Poliuretano: Es un material de aislamiento que ofrece un rendimiento térmico excepcional. Se administra en forma de espuma y es muy versátil, pudiendo aplicarse en diversas superficies, desde techos hasta paredes y suelos.
Lana mineral: Hecha de fibras minerales como la roca basáltica, es un aislante versátil y resistente al fuego. Se utiliza en aplicaciones comerciales e industriales, así como en la construcción de viviendas.
Lana de roca: Similar a la lana mineral, pero con una estructura de fibra de roca volcánica. Es resistente al fuego, por lo que es muy útil para el aislamiento térmico y acústico en edificios.
Corcho: El corcho es un material natural con buenas propiedades aislantes térmicas y acústicas que encontramos con frecuencia en revestimientos de paredes, techos y suelos.
Celulosa: Hecha de papel reciclado tratado con retardantes de fuego, es una opción destacablemente sostenible. Se emplea en forma de soplo o en paneles para el aislamiento de paredes y techos.
Fibras de madera: Producidas a partir de madera virgen o reciclada, ofrecen un buen aislamiento térmico y son ecológicas.
Lana de oveja: Un aislante natural que tiene buenas propiedades aislantes térmicas y es resistente a la humedad. Ideal para techos y paredes.
Plumas de pato: Aunque menos comunes, las plumas de pato se utilizan en prendas de vestir y con fines de aislamiento en productos como edredones y almohadas debido a sus propiedades aislantes.
Aerogel: Este material ultraligero es uno de los mejores aislantes térmicos disponibles. Se aplica en campos como la industria aeroespacial y en proyectos de investigación debido a su alto rendimiento, aunque su precio es bastante elevado.
Tipos de aislante acústico
Al igual que con el aislante acústico, la elección de un aislante acústico u otro dependerá de los requisitos específicos de reducción de ruido exigidos por la ley y del contexto de construcción o reforma en la que se quiera implementar. Los principales aislantes acústicos son:
Hormigón: El hormigón, debido a su densidad y rigidez, tiene propiedades naturales de aislamiento acústico, por lo que lo encontramos con frecuencia en la construcción de paredes y suelos para reducir la transmisión de sonido.
Terrazo: El terrazo es un material compuesto de mármol o granito triturado y cemento. Puede ayudar a reducir la transmisión de sonido en suelos y paredes debido a su masa y dureza.
Caucho: Los productos de caucho, como las alfombras de caucho y las láminas de caucho, son excelentes aislantes acústicos, ya que absorben el sonido y reducen la transmisión de vibraciones.
Betún: Con este material se construyen carreteras y techos planos. Aunque no es un aislante acústico por sí mismo, puede mejorar la absorción de sonido cuando se combina con otros materiales aislantes.
Poliuretano: Además de ser un buen aislante térmico, el poliuretano espumado también proporciona cierto grado de aislamiento acústico, especialmente en techos y paredes.
Geotextil: Aunque se utiliza principalmente en aplicaciones de control de erosión y filtración, el geotextil también actúa como aislante acústico en ciertas situaciones, como en la construcción de carreteras.
Lana de roca: Es un material de aislamiento muy versátil que no solo es eficaz en el aislamiento térmico, sino que también proporciona un buen aislamiento acústico en paredes y techos.
Plancha asfáltica: Con él se impermeabilizan de techos y terrazas, pero también tiene propiedades de aislamiento acústico al absorber parte del sonido transmitido a través de la estructura.
¿Qué es el SATE para fachadas?
El SATE (sistema de aislamiento térmico exterior) hace referencia al sistema destinado a aislar térmica y acústicamente una fachada por el exterior. La implantación de aislamientos atribuye grandes ventajas a los hogares desde el punto de vista del confort y el ahorro energético, por lo que, actualmente, todas las viviendas de nueva construcción ya lo llevan incorporado. Existen ciertos requisitos para crear un sistema SATE:
Todos los materiales que se usen deben estar respaldados por el Documento de Idoneidad Técnica Europeo DITE, integrado en el reglamento europeo de productos de la construcción (UE) 305/2011.
Se respeta la concepción del SATE como un sistema integral de fachadas, tal y como indica la Asociación de Fabricantes de Morteros y SATE.
Los materiales utilizados en el sistema deben estar previamente comprobados, de forma que se garantice su compatibilidad, seguridad y eficacia.
¿Cómo se instala el sistema SATE?
Para implementar correctamente un sistema de aislamiento exterior se divide el proceso en cuatro etapas:
Preparación del edificio: Tanto en obras nuevas como en proyectos de rehabilitación energética para edificios antiguos, antes de comenzar se debe revisar la estabilidad, cohesión, resistencia planimetría y limpieza de la fachada que se quiere aislar para evitar derrumbes y averías. También se deben detectar desperfectos y en caso de que los haya, repararlos antes de empezar con el aislamiento. La superficie de soporte debe ser regular y plana. También habrá que analizar qué tipo de aislante térmico exterior es el que mejor encaja con las características de la fachada: ladrillo cerámico, bloques de termoarcilla, arcilla expandida, hormigón, hormigón celular, paredes o muros de hormigón, paredes de mortero, paneles prefabricados de hormigón…
Determinación de los perfiles de arranque: Los perfiles de arranque son un conjunto de guías unidas entre sí que se colocan en horizontal y delimitan la zona en la que se implantará el sistema SATE. Antes de fijar el perfil de arranque hay que dejar un zócalo de, mínimo 15 mm, para evitar la transmisión de humedad.
Instalaciones de placas aislantes: Este trabajo depende del fabricante, algunos aplican placas de poliestireno expandido, otros de placas de poliestireno extruído (XPS) o SATE con placas de lana minera También hay diferentes maneras de ponerlo: con cordón perimetral, con llana dentada y adhesivo…
Aplicación del mortero: Las placas se protegen con una primera capa de mortero, luego, se coloca una malla que penetra en este material de mortero. Cuando se seca se añade una segunda capa que cubre completamente la malla y, finalmente, se alisa la superficie para colocar la placa del material aislante.
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