¿Qué son los roles de género y cómo luchar contra ellos?
¿Por qué se espera que las mujeres sean más delicadas y los hombres más valientes? ¿Por qué el color rosa se relaciona con lo femenino y el azul con lo masculino? ¿Existen en realidad juguetes más apropiados pata niños que para niñas como nos han hecho creer? Estas y otras muchas cuestiones tienen que ver con los roles de género y la forma en la que nos influencian en las decisiones que tomamos, en las relaciones que tenemos y en la percepción de lo que es correcto.
Los roles de género son el conjunto de normas, comportamientos, actitudes y expectativas que la sociedad asigna a las personas en función de su sexo biológico. Se trata, al fin y al cabo, de una construcción social heredada y antigua que se interioriza como parte de nuestra identidad, y que pueden limitar el desarrollo personal y social.
Pero ¿de verdad queremos comportarnos como los demás esperan? ¿Nos interesa seguir patrones impuestos? Si tu respuesta fue que no, te tenemos una buena noticia: los roles de género son barreras y, como tal, se pueden eliminar. En este post te explicamos cómo afectan los roles y estereotipos a las personas, y cómo luchar contra ellos. ¡Sigue leyendo!
Tipos de roles de género
Desde la idea de que ciertas tareas son "para hombres" o "para mujeres", hasta la presión social sobre la expresión emocional y el comportamiento, estos roles modelan nuestras vidas de manera sutil pero significativa. Con otras palabras, se supone que cada sexo viene por defecto con una serie de características y funciones opuestas y a la vez complementarias. Todo lo que se salga de esa norma, es visto como raro o malo.
En este sentido, los tipos de roles de género se pueden dividir en masculinos y femeninos, según las características y funciones que se consideran propias de cada sexo. A continuación, te los explicamos con ejemplos:
Roles de género masculino: se basan en una concepción de la masculinidad asociada a la fuerza, la valentía, la racionalidad, la independencia, la competitividad y la autoridad. Estos roles implican que los hombres deben ser proveedores, protectores, líderes, decisores y dominantes en el ámbito público y privado. ¿Has escuchado que los hombres nacieron para ser el jefe de familia o que no pueden llorar? Pues eso responde a los roles de género masculino.
Roles de género femenino: imponen la feminidad relacionada a la delicadeza, la sensibilidad, la emotividad, la dependencia, la cooperación y la sumisión. Según este rol, las mujeres deben ser cuidadoras, obedientes y complacientes. Por ejemplo, se espera que las mujeres sean las encargadas de las tareas y responsabilidades domésticas y del cuidado de los hijos, o que practiquen actividades artísticas y no deportes.
Roles y estereotipos de género: ¿son lo mismo?
Si bien son conceptos relacionados, los roles y los estereotipos de género no son la misma cosa. Como te decíamos antes, los roles de género hacen referencia a lo que espera la sociedad de cómo deben comportarse las personas según su sexo, mientras que los estereotipos de género se refieren a las creencias que la sociedad tiene sobre cómo son las personas según su sexo. Es decir, los estereotipos son generalizaciones simplistas y exageradas que no tienen en cuenta la diversidad y la individualidad de cada persona.
Eso sí, ambos conceptos tienen algo en común: no son verdaderos ni justos, sino que son fruto de una cultura patriarcal que discrimina y oprime a las personas que no se ajustan al modelo dominante de masculinidad y feminidad.
¿Cómo afectan los roles y estereotipos de género a las personas?
Sin duda, los roles y estereotipos de género tienen un impacto negativo en la vida de las personas, y en la sociedad en general. Y es que limitan las oportunidades de los individuos, restringen su libertad de expresión y elección, y perpetúan las desigualdades y la discriminación. En particular, algunas de las consecuencias más recurrentes de los roles y los estereotipos de género se manifiestan así:
Violencia de género: fomentan la violencia machista, que se basa en el desprecio, el control y la agresión hacia las mujeres y las personas que no cumplen con los roles de género tradicionales. No se limita a la violencia física, sino que puede ser también psicológica, sexual, económica o simbólica.
Desigualdad de género: se refleja en ámbitos de la vida como la brecha salarial, la segregación ocupacional, la pobreza, la exclusión, la invisibilización y la discriminación.
Problemas de salud: afectan a la salud física y mental de las personas, al generar estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, trastornos alimentarios, adicciones, enfermedades y suicidios. Además, pueden influir en el acceso y la calidad de la atención sanitaria, al ignorar o minimizar las necesidades y demandas específicas de cada sexo y de cada identidad de género.
Limitación del desarrollo personal: restringen el desarrollo personal de las personas, al impedirles expresar y explorar su verdadera identidad, personalidad, potencial y vocación. Esto se traduce en poner límites a la libertad y la felicidad de las personas, pues se ven obligados a seguir patrones con los que no se sienten identificadas.
Lucha contra los roles y los estereotipos de género
Al comienzo te decíamos algo que ahora repetimos: los roles y estereotipos de género están muy arraigados en la sociedad, pero eso no significa que no se puedan romper. Para combatirlos, se requiere de un cambio social profundo y sostenido, que implique a todos los agentes y sectores de la sociedad. ¿Quieres saber cómo puedes luchar contra los roles y los estereotipos de género? Toma nota:
Educación para la igualdad: la educación es una herramienta fundamental para prevenir y erradicar los roles y los estereotipos de género, desde la infancia hasta la edad adulta. La educación para la igualdad implica promover una pedagogía crítica, participativa y transformadora, que fomente el respeto, la diversidad, la equidad y la coeducación.
Sensibilización y concienciación social: son estrategias clave para visibilizar y denunciar los roles y los estereotipos de género, y para generar una opinión pública favorable a la igualdad y diversidad de género. Para ello, se pueden realizar campañas en medios de comunicación o redes sociales, eventos y otras formas de movilización social.
Empoderamiento: es fundamental para romper con los roles y los estereotipos de género, y para reivindicar y ejercer los derechos, capacidades y aspiraciones. Se trata de una lucha que deben acompañar el resto de la sociedad desde el respeto y el reconocimiento.
Legislación y políticas públicas para la igualdad de género y la lucha contra la violencia: constituyen instrumentos imprescindibles para garantizar y proteger los derechos, así como para sancionar y erradicar las violaciones y discriminaciones que sufren las personas por razón de género. Un ejemplo de ello es la orden de protección, un instrumento legal diseñado para proteger a las víctimas de la violencia de género.
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