SSCG0111 Gestión de Llamadas de Teleasistencia (Certificado de Profesionalidad Completo)
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La teleasistencia es la prestación de servicios de apoyo social y sanitario a distancia a través de la tecnología, permitiendo una conexión constante entre el usuario y los cuidadores. Los servicios de teleasistencia abarcan una amplia gama de recursos y herramientas, desde dispositivos de monitoreo de salud hasta comunicación por video en tiempo real con profesionales de la salud. Estos servicios están diseñados para atender las necesidades de personas de todas las edades y condiciones, entre las que destacan los adultos mayores, personas con discapacidades físicas o cognitivas, y pacientes con enfermedades crónicas.
Al proporcionar el acceso a estos servicios, la teleasistencia mejora la calidad de vida de los usuarios y les brinda la seguridad que necesitan al contar gracias a una red de ayuda disponible en caso de emergencia. En esta entrada te hablamos de los servicios de teleasistencia, sus beneficios para la parte más vulnerable de la sociedad, los tipos de servicios de teleasistencia que ofrecen los centros de teleasistencia públicos y privados, y la diversidad de formas en las que se puede distribuir la teleasistencia.
Uno de los principales beneficios de la teleasistencia es su capacidad para proporcionar apoyo personalizado y continuo sin la necesidad de que el usuario se encuentre físicamente presente en un centro de atención o bajo el cuidado directo de un profesional las 24 horas del día. Esto significa que las personas que reciben estos servicios pueden mantener una mayor autonomía y libertad en su vida diaria, sin comprometer su seguridad o bienestar.
Para los adultos mayores, por ejemplo, la teleasistencia puede marcar la diferencia entre vivir de forma independiente en su propio hogar y verse obligados a trasladarse a una residencia de ancianos. Mediante la instalación de sensores de movimiento, dispositivos de alerta médica y sistemas de comunicación a distancia, los mayores pueden recibir asistencia inmediata en caso de emergencia. Además, se monitorean su estado de salud y bienestar sin la necesidad de una supervisión directa ininterrumpida.
Del mismo modo, las personas con discapacidades físicas o cognitivas se benefician enormemente de los servicios de teleasistencia. Algunos de estos servicios son la entrega de medicamentos a domicilio, la programación de recordatorios para citas médicas o la asistencia virtual para actividades de la vida diaria, como preparar la comida u ordenar la casa. Todo esto les permite mantener un mayor grado de independencia y control sobre su vida cotidiana, incluso en casos de discapacidades físicas.
Un centro de teleasistencia puede brindar una variedad de servicios para satisfacer las necesidades de sus usuarios. Algunos de estos servicios incluyen:
Seguimiento: Monitoreo regular de la situación y el bienestar del usuario/a a través de comunicación telefónica o tecnología remota.
Atención en caso de urgencia: Respuesta inmediata ante situaciones de emergencia, como caídas, problemas de salud repentinos o cualquier otra situación que requiera asistencia inmediata.
Seguimiento de indicadores de salud: Supervisión continua de parámetros de salud como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, los niveles de glucosa, entre otros, mediante dispositivos específicos conectados al centro de teleasistencia.
Acompañamiento del paciente: Brindar apoyo emocional y social a los usuarios, especialmente aquellos que pueden sentirse solos o aislados.
Localización GPS: Recurrir a dispositivos con tecnología GPS para localizar rápidamente al usuario en caso de emergencia o pérdida.
Seguimiento de la agenda personal: Recordatorios automáticos para citas médicas, toma de medicamentos u otras actividades importantes en la vida diaria del usuario.
La teleasistencia se puede clasificar en diferentes tipos según el tipo de asistencia que proporciona y el acceso a los servicios:
Teleasistencia domiciliaria: Se realiza desde el hogar del usuario mediante un dispositivo de control remoto o un terminal instalado en el domicilio. El usuario puede comunicarse con el centro de teleasistencia a través de un terminal fijo o un colgante-pulsera que lleva consigo. Este tipo de teleasistencia suele complementarse con colgantes impermeables con localizador GPS para mayor seguridad, incluso durante la ducha.
Teleasistencia móvil: Permite una mayor independencia, ya que el usuario puede utilizarlo fuera del domicilio sin interferencias. La comunicación entre el usuario y el centro de teleasistencia se da a través de un móvil con una aplicación específica, un teléfono adaptado o un botón de emergencia incorporado, algunos con localizador GPS o botón SOS en la pantalla.
Teleasistencia domiciliaria móvil: Utiliza dispositivos que funcionan a través de transmisores o redes telefónicas, y que pueden usarse tanto dentro como fuera del hogar.
En cuanto al acceso a los servicios de teleasistencia, se pueden distinguir dos modalidades principales:
Teleasistencia privada: No requiere un perfil asistencial específico y cualquier persona la puede contratar. Algunas empresas privadas ofrecen servicios temporales para cubrir periodos de vacaciones u otras ausencias de los cuidadores habituales.
Teleasistencia a través de los Servicios Sociales: Dirigida especialmente a personas en situación de vulnerabilidad por edad, dependencia o riesgo de aislamiento social. Se puede acceder a través de servicios públicos gestionados por empresas privadas en colaboración con la administración pública, mediante la resolución de PIA de la Ley de Dependencia o la prestación Vinculada al Servicio. El acceso se realiza a través de los Servicios Sociales de cada Municipio y requiere una solicitud formal con documentación que verifique la situación del solicitante.
Además, también distinguimos diferentes sistemas mediante los que se accionan los servicios de teleasistencia:
Sistemas activos: El usuario puede activar el servicio mediante una llamada telefónica o un botón de emergencia, ya sea a través de un dispositivo conectado a la red telefónica, un colgante-pulsera o un teléfono móvil.
Sistemas pasivos: Utilizan alarmas y sensores dentro del domicilio para activarse automáticamente si se detecta una ausencia prolongada de actividades cotidianas o una caída.
Sistemas semiactivos: La central se comunica periódicamente para comprobar el estado del usuario/a, recordarle citas médicas, supervisar que está tomando sus medicamentos y brindar seguimiento tras una emergencia.
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