Ejemplos de confianza en la escuela: algo fundamental para la vida escolar
La confianza es la seguridad que tenemos en nosotros mismos y en los demás, basada en el conocimiento, la experiencia y el afecto.
La confianza es un valor esencial para la vida escolar, ya que influye en el desarrollo personal, social y académico de los niños. La confianza les permite aprender, relacionarse y crecer con más facilidad, alegría y éxito.
¿Qué es la confianza en la escuela?
La confianza en la escuela es la actitud positiva que tienen los niños hacia sí mismos, sus compañeros, sus maestros y su entorno educativo. La confianza en la escuela se manifiesta en:
La autoconfianza: Es la capacidad de los niños de reconocer sus fortalezas, sus debilidades, sus intereses y sus metas, y de actuar con seguridad, responsabilidad y autonomía.
La confianza interpersonal: Es la capacidad de los niños de establecer relaciones en la escuela de respeto, de cooperación y de amistad con sus compañeros, y de resolver los conflictos de forma pacífica y constructiva.
La confianza institucional: Es la capacidad de los niños de sentirse parte de la comunidad educativa, de acatar las normas y los valores de la escuela, y de participar activamente en las actividades y los proyectos escolares.
La confianza pedagógica: Es la capacidad de los niños de confiar en sus maestros, de seguir sus orientaciones y consejos, y de aprovechar las oportunidades de aprendizaje que les ofrecen.
¿Cómo se aplica la confianza en la escuela?
La construcción de la confianza se logra mediante la creación de un clima de confianza, que es el ambiente emocional y social que se genera en la escuela, y que se caracteriza por la seguridad, el respeto, el afecto y la comunicación entre todos los miembros de la comunidad educativa, desde los líderes escolares hasta el personal que se encuentra en contacto directo con los niños.
Para crear un clima de confianza, se requiere de:
El compromiso de todos: Este se relaciona con la confianza de los niños, los maestros, los directivos, los padres y los demás actores educativos deben asumir su rol y su responsabilidad en la construcción de la confianza, y colaborar entre sí para lograrlo.
La coherencia entre el decir y el hacer: Los niños, los maestros, los directivos, los padres y los demás actores educativos deben actuar de acuerdo con lo que dicen, y demostrar con el ejemplo los valores y las actitudes que promueven la confianza.
La retroalimentación constante: Los niños, los maestros, los directivos, los padres y los demás actores educativos deben expresar sus opiniones, sus sentimientos, sus necesidades y sus expectativas, y escuchar y atender las de los demás, de forma honesta, respetuosa y constructiva.
El reconocimiento mutuo: Los niños, los maestros, los directivos, los padres y los demás actores educativos deben valorar y apreciar las cualidades, los esfuerzos, los logros y las contribuciones de los demás, y celebrarlos y agradecerlos.
Ejemplos de confianza en la escuela
La confianza en las escuelas y otros centros educativos se puede observar y practicar en diferentes situaciones y momentos de la vida escolar. Algunos ejemplos son:
Cuando un niño se atreve a preguntar, a responder, a exponer o a participar en clase, sin miedo al error o al ridículo, demuestra autoconfianza y confianza pedagógica.
Cuando un niño ayuda, comparte, colabora o juega con sus compañeros, sin importar sus diferencias o sus preferencias, demuestra confianza interpersonal y confianza institucional.
Cuando un niño acepta y cumple las normas y los acuerdos de la escuela, sin rebelarse o quejarse, demuestra confianza institucional y confianza pedagógica.
Cuando un niño se siente orgulloso de su escuela, de sus maestros, de sus compañeros y de sí mismo, y lo expresa con palabras y con gestos, demuestra autoconfianza, confianza interpersonal, confianza institucional y confianza pedagógica.
Consejos para generar confianza en los niños
Para generar confianza en los niños, tanto en el contexto educativo como en el contexto familiar, se pueden seguir algunos consejos, como:
Los padres de familia deben darles amor, cariño y apoyo incondicional, y hacerles sentir que son importantes, valiosos y queridos.
Respetar su individualidad, su ritmo, su estilo y su opinión, y no compararlos ni presionarlos con otros niños o con expectativas irreales.
Estimular su curiosidad, su creatividad, su iniciativa y su autonomía, y ofrecerles oportunidades y recursos para que exploren, experimenten y aprendan por sí mismos.
Reconocer sus fortalezas, sus talentos, sus logros y sus esfuerzos, y elogiarlos y celebrarlos con sinceridad y entusiasmo.
Aceptar sus debilidades, sus errores, sus fracasos y sus frustraciones, y ayudarlos a superarlos con paciencia y comprensión.
Escucharlos, dialogar con ellos, comprenderlos y orientarlos, y tener en cuenta sus sentimientos, sus necesidades y sus intereses.
Involucrarlos, consultarlos y tomarlos en cuenta en las decisiones y los planes que les afectan, y darles voz y voto.
Construir confianza, confiando en ellos, y demostrarles que se puede confiar en nosotros.
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