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El sarcoma de Ewing es un tumor óseo maligno que afecta mayormente a niños y adolescentes. Este tipo de cáncer pediátrico es relativamente raro pero extremadamente agresivo, y puede desarrollarse en cualquier hueso del cuerpo, aunque es más común en los huesos largos de las piernas y los brazos, así como en la pelvis y el tórax. ¿Quieres saber más? ¡Te contamos todo sobre el sarcoma de Ewing!
El sarcoma de Ewing es un tumor que se origina en el hueso o en el tejido blando alrededor del hueso. Este cáncer debe su nombre al Dr. James Ewing, quien fue el primero en describirlo en 1921. Se caracteriza por células redondas pequeñas que se pueden ver al microscopio. Este tipo de cáncer es el segundo tumor óseo más común en niños, después del osteosarcoma.
El sarcoma de Ewing puede afectar tanto a niños como a adultos jóvenes, aunque es más frecuente en la adolescencia. ¿Qué hace que este tipo de cáncer sea tan agresivo y cuáles son sus síntomas más comunes?
Las causas exactas del sarcoma de Ewing aún no están completamente claras para los científicos y médicos. Sin embargo, se sabe que este tipo de cáncer se origina debido a cambios genéticos en las células. Estos cambios no suelen ser hereditarios, lo que significa que no se pasan de padres a hijos. En la mayoría de los casos, ocurren al azar y no hay nada que los padres o los niños puedan hacer para prevenirlos.
Aunque no se conocen factores de riesgo modificables para el sarcoma de Ewing, hay ciertos elementos que se han observado en los casos diagnosticados:
Los síntomas del sarcoma de Ewing pueden variar dependiendo de la localización del tumor, pero los más comunes incluyen:
En algunos casos, el tumor puede debilitar el hueso, llevando a fracturas. Es importante que cualquier dolor óseo persistente en niños y adolescentes sea evaluado por un médico para descartar la presencia de un tumor óseo.
El diagnóstico del sarcoma de Ewing generalmente comienza con una historia clínica y un examen físico detallados, seguidos de estudios por imágenes como radiografías, resonancias magnéticas (RM) y tomografías computarizadas (TC). Estos estudios ayudan a determinar la localización y el tamaño del tumor.
Para confirmar el diagnóstico, se realiza una biopsia del tejido afectado. El patólogo examina las células bajo el microscopio para identificar las características típicas del sarcoma de Ewing. Además, se pueden realizar pruebas genéticas para detectar anomalías específicas en los cromosomas que son comunes en este tipo de cáncer.
El tratamiento del sarcoma de Ewing es complejo y generalmente incluye una combinación de cirugía, quimioterapia y radioterapia. El enfoque exacto del tratamiento depende de varios factores, como la localización y el tamaño del tumor, y si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
La cirugía se realiza para extirpar el tumor y una pequeña cantidad de tejido sano circundante. En algunos casos, puede ser necesario realizar una cirugía reconstructiva para restaurar la función del hueso afectado.
La quimioterapia es una parte esencial del tratamiento del sarcoma de Ewing y se utiliza tanto antes como después de la cirugía. Antes de la cirugía, la quimioterapia ayuda a reducir el tamaño del tumor, facilitando su extirpación. Después de la cirugía, la quimioterapia se utiliza para eliminar cualquier célula cancerosa residual y prevenir la recurrencia.
La radioterapia puede utilizarse en combinación con la cirugía y la quimioterapia, especialmente en casos donde el tumor no se puede extirpar completamente mediante cirugía. La radiación ayuda a destruir las células cancerosas que puedan haber quedado en el área afectada.
El pronóstico del sarcoma de Ewing ha mejorado significativamente en las últimas décadas gracias a los avances en el tratamiento. La tasa de supervivencia a cinco años para los pacientes con sarcoma de Ewing localizado (no metastásico) es de aproximadamente el 70%. Sin embargo, para aquellos con enfermedad metastásica, la tasa de supervivencia es mucho más baja, alrededor del 30%.
El seguimiento a largo plazo es crucial, ya que el sarcoma de Ewing puede reaparecer años después del tratamiento inicial. Los pacientes deben someterse a exámenes regulares para monitorear cualquier signo de recurrencia.
El sarcoma de Ewing es un tipo de cáncer pediátrico raro, pero agresivo, que requiere un enfoque de tratamiento multidisciplinario. Gracias a los avances en la oncología, las perspectivas para los pacientes con este tipo de tumor óseo han mejorado considerablemente.
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