Morfina: definición, composición y precauciones

¿Qué es la morfina?

La morfina es un analgésico opioide​, que pertenece a la familia de los alcaloides del opio. Es uno de los compuestos naturales presentes en el opio, una sustancia que se extrae de las cápsulas de la adormidera (Papaver somniferum). Su nombre proviene de Morfeo, el dios griego de los sueños, debido a sus efectos sedantes y analgésicos. Se administra principalmente para el alivio del dolor moderado a severo, por lo que se receta después de cirugías, para el tratamiento del dolor crónico asociado con enfermedades como el cáncer o para paliar el dolor agudo a raíz de lesiones graves.

Químicamente, la morfina es un alcaloide que pertenece a la clase de los morfinanos. Su fórmula química es C17H19NO3, y tiene una estructura tricíclica. La morfina actúa como agonista de los receptores opioides en el sistema nervioso central, especialmente en el cerebro y la médula espinal, lo que produce efectos analgésicos y sedantes.

Efectos secundarios de la morfina

La morfina ejerce sus efectos analgésicos al unirse a receptores específicos en el sistema nervioso central, conocidos como receptores opioides. Estos receptores están naturalmente presentes en el cerebro y la médula espinal y desempeñan un papel crucial en la modulación del dolor. Su estimulación o, mejor dicho, sobreestimación puede ser causa de un amplio rango de efectos adversos.

• Efectos comunes:

  • Estreñimiento.
  • Náuseas y vómitos.
  • Somnolencia o sedación.
  • Mareos.
  • Sequedad bucal.
  • Sudoración.

• Efectos menos comunes:

  • Cambios en el estado de ánimo (euforia o disforia).
  • Confusión.
  • Cambios en la presión arterial (hipotensión o hipertensión).
  • Retención urinaria.

• Efectos graves:

  • Depresión respiratoria.
  • Aumento del riesgo de adicción.
  • Reacciones alérgicas.
  • Convulsiones.
  • Problemas hepáticos.
  • Desmayos.
  • Fiebre.
  • Urticaria y sarpullido.
  • Disfagia (dificultad para tragar).

Peligros de la morfina

La morfina como opioide presenta riesgos significativos que deben entenderse antes de su consumo. Solo los médicos pueden prescribir este medicamento tan fuerte de forma debidamente justificada, y su consumo debe estar estrictamente controlado. El mal uso de este medicamento puede tener consecuencias muy graves para la salud. A continuación, te detallamos los peligros asociados con la morfina:

• Adicción potencial: La morfina genera un nivel elevado de dependencia, especialmente en casos de uso prolongado. Es crucial seguir las indicaciones del médico al pie de la letra y no aumentar la dosis por cuenta propia. Aquellos pacientes con antecedentes de abuso de sustancias tienen un mayor riesgo de desarrollar una adicción.

• Problemas respiratorios graves: Durante las primeras 24 a 72 horas de tratamiento, existe el riesgo de problemas respiratorios que pueden ser potencialmente mortales. Esta probabilidad aumenta si se consume mayor dosis de la debida. Es esencial que el médico supervise de cerca la administración de morfina, ajustando las dosis según sea necesario.

• Interacciones con otros medicamentos: Tomar morfina junto con ciertos medicamentos, como benzodiazepinas, cimetidina u otros analgésicos narcóticos, aumenta el riesgo de efectos secundarios graves, incluida la sedación o la disnea (dificultad para respirar). A los pacientes siempre se les insta para que informen sin falta al médico sobre todos los medicamentos que toman para evitar combinaciones peligrosas.

• Riesgos relacionados con el consumo de alcohol: La combinación de morfina con alcohol o medicamentos que contienen alcohol puede provocar problemas respiratorios graves. Es obligatorio abstenerse de consumir alcohol si se están tomando cápsulas de morfina de liberación prolongada, ya que podría liberar el medicamento en el organismo más rápido de lo previsto, con consecuencias potencialmente mortales.

• Gestión en embarazo: Mujeres embarazadas deben informar a su médico, pues el uso regular de morfina durante el embarazo puede exponer al bebé a riesgos de abstinencia después del nacimiento, poniendo en peligro su vida y desarrollo.

¿Cuáles son los síntomas de una sobredosis de morfina?

Los síntomas de una sobredosis de morfina son muy graves y, en muchos casos, letales, por lo que requiere de una intervención de urgencia por parte de personal sanitario cualificado. En caso de sospechar que alguien ha hecho un uso excesivo de la morfina o que se ha administrado una dosis incorrecta por error, es fundamental actuar de inmediato y buscar ayuda médica de emergencia. En ningún momento se ha de dejar a la persona sola y, en la medida de lo posible, ha de mantenerse despierta. Bajo ningún concepto, la persona con sobredosis de morfina ha de ingerir ningún otro medicamento que no sea naloxona, un antídoto muy efectivo contra los opioides.

• Depresión respiratoria severa
• Letargo o pérdida de conocimiento
• Miosis (contracción visible de las pupilas)
• Hipotensión a niveles peligrosamente bajos
• Dificultad para mantenerse despierto, somnolencia extrema
• Confusión extrema y conducta delirante
• Náuseas y vómitos
• Piel fría y húmeda
• Incapacidad para responder a estímulos externos

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