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La misión de una empresa se puede definir como la razón fundamental por la que existe dicha empresa. A través de esta misión, la organización va a ser capaz de definir su plan de negocios y establecer las estrategias que mejor se adapten para lograr cumplir con los objetivos futuros establecidos.
La misión, en este sentido, debe tener un carácter conciso y de fácil comprensión para el público en general. Debe responder a cuestiones específicas sobre qué es lo que se hace, hacia quien nos dirigimos y cuál es nuestra diferencia respecto a la competencia.
Algunos ejemplos de misión en este caso serían:
La definición de misión dentro de la empresa puede incluir una descripción del producto o servicio ofrecido, la cultura general de actuación y los objetivos que posee la empresa en el largo plazo.
A través de su definición, debe de plantear una frase inspiradora, que fije el fin de sus actividades. Esta frase de transmitir de forma motivacional e inspiradora la finalidad de su actividad, proporcionando a los socios, empleados y organización una identificación lo más aproximada de su identidad como organismos empresariales.
Además, debemos tener en cuenta que la misión sirve como identificador de la filosofía que sigue la organización. Este objetivo tiene cierta estabilidad, puesto que aunque puede evolucionar, su esencia debe de mantenerse, para tener constancia de los aspectos que deberá poseer la empresa a lo largo del tiempo.
A nivel general, la misión empresarial debe de reunir las siguientes características:
De forma más detallada, la misión debe de aportar lo siguiente:
Respecto a su proceso de implantación, sus fases podrían simplificarse en:
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