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El término activo disponible como tal dejo de aparecer en nuestro plan contable con la edición del 2007 que aún tenemos en vigor. Sin embargo, a nivel contable y económico se sigue utilizando y sigue teniendo sentido su determinación y su cálculo.
Para comprender su significado debemos comenzar por definir al activo a corto plazo, activo circulante o activo corriente.
El activo circulante o activo corriente engloba a aquellos bienes y derechos que posee la empresa y que son dinero o bien se pueden convertir fácilmente en dinero en el corto plazo, es decir, antes de un año. Se puede definir por tanto como un bien o derecho liquido o que puede convertirse en liquido en menos de un año.
Atendiendo al grado de liquidez, dentro del activo circulante podemos también hacer una división entre las existencias, el realizable y el disponible.
No encontramos aquí a las mercaderías, a los productos terminados dispuestos para la venta pero también a los productos en curso, o a las materias primas.
En definitiva, el Activo Disponible es el dinero que la empresa posee en efectivo en caja o bien en el banco pero que no tienen ningún tipo de restricción para disponer de el. Se considera por tanto, documentos de cobro inmediato. Este matiz es importante pues cuando hablamos del dinero el banco, no podemos incluir aquí los depósitos a plazo.
Las cuentas contables que recogen el Activo Disponible son las siguientes
Si obviamos el desglose entre las cuentas en euros y en moneda extranjera, real mente se incluyen como Activo Disponible tres conceptos diferentes
Por un lado la caja, que recoge las monedas y billetes que la empresa tiene en la caja registradora
Por otro lado el dinero que la empresa tiene en el banco ya sea en una cuenta corriente como en una cuenta de ahorro.
Por último aquellas inversiones financieras con un plazo de vencimiento no superior a tres meses.
Sin embargo, no se incluyen dentro del Activo Disponible aquellos saldos que la empresa tenga en su banco que no tengan disponibilidad inmediata. Tampoco se van a incluir aquellos saldos que aun teniendo disponibidad inmediata no están en poder del banco ni los posibles descubiertos bancarios. Los descubiertos en cuenta corriente que tenga la empresa deberán de figurar en el pasivo corriente del balance como deuda con la entidad financiera.
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