Diploma de Experto en Lesiones Deportivas y Vendajes para Fisioterapeutas + 29 Créditos ECTS
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La lesión deportiva puede ocurrir de dos maneras distintas. La primera se desencadena por una fuerza excesiva, ya sea una torcedura de tobillo donde llevamos el ligamento a su límite elástico, un choque con un objeto, otra persona o contra el suelo, por ejemplo, generando así una lesión aguda, donde la fuerza del impacto supera la resistencia de los tejidos.
Por otro lado, la lesión deportiva crónica se desarrolla por la repetición continua de una actividad deportiva o un gesto específico que, con el tiempo, provoca microtraumatismos en el tejido. Estos microtraumatismos eventualmente vencen la resistencia del tejido, similar al impacto repentino de una lesión aguda. Este tipo de daño se denomina "lesión por sobrecarga", ya que la carga de trabajo excede la capacidad de resistencia del tejido, ya sea en tejido óseo, muscular, tendón o ligamento.
Como nos comentan Bahr y Maehlum, cuando se produce una lesión muscular, el deportista experimenta un dolor repentino en el área lesionada, comúnmente llamado “pinchazo”. Posteriormente, puede sentir una mayor sensibilidad y una reducción en la capacidad de contraerse el músculo. En ocasiones, una rotura significativa del tejido puede ocasionar la aparición inmediata de una protuberancia en el músculo. Además, la hinchazón o edema es otro indicador común de una lesión muscular, cuya gravedad depende del número de fibras afectadas.
Las lesiones musculares se recuperan en tres etapas en un tiempo aproximado de 3 semanas: destrucción, reparación y remodelación.
Este tipo de lesión se diagnostica a través de una ecografía en casos de 1-2 mm y a través de resonancia magnética en roturas más profundas. Como primera exploración fisioterapéutica pediremos realizar una contracción resistida suave del músculo afectado, mostrando dolor a punta de dedo.
Como sabemos, tanto el tratamiento como la prevención en las lesiones musculares dependerán de la gravedad de las mismas, aunque en líneas generales se trata de la misma manera:
Para evitar futuras lesiones, normalmente se trabaja con estiramientos para poder darle elasticidad a los tejidos, también hay que realizar un buen calentamiento y ejercicios de potenciación / excéntricos que como comentamos anteriormente son los ejercicios que más fibras musculares reclutamos. También hay diferentes estudios que nos muestran que la alimentación es esencial en las lesiones musculares, tanto en la recuperación como en la prevención.
Un esguince es una lesión común en las articulaciones que ocurre cuando los ligamentos, que son bandas de tejido conectivo que sostienen las articulaciones, se estiran o desgarran debido a una fuerza excesiva o un movimiento brusco. El tratamiento y la recuperación varía según la gravedad, incluyendo reposo, aplicación de hielo, compresión, elevación y, en casos más graves, intervención quirúrgica.
Los esguinces se clasifican en tres grados según la gravedad de la lesión.
El tratamiento varía según la gravedad, incluyendo reposo, aplicación de hielo, compresión, elevación y, en casos más graves, intervención médica. La articulación que más se lesiona en deportistas es el tobillo.
El protocolo de ejercicios más común en un esguince es el siguiente:
En lesiones de tendones, la causa principal suele ser la sobrecarga generando microrroturas que el cuerpo no logra cicatrizar. La incidencia de estas microrroturas varía según el tipo de deporte, la ejecución del gesto y hasta el material utilizado. La recurrencia de estas lesiones es frecuente, superando el 60% de los casos, incluso cuando se ha realizado un tratamiento adecuado.
La tendinitis es una inflamación en el cuerpo del tendón, ocasionalmente afectando al peritendón (peritendinitis) o a la vaina (tenosinovitis). El progreso del dolor sigue un patrón:
Para el tratamiento de esta patología seguiremos unos pasos marcados que empezarían con la reducción de la inflamación a través de crioterapia y ultrasonido, seguiríamos con técnicas de liberación miofascial y puntos gatillo del músculo afectado y toda su cadena muscular. Seguido de esto empezaremos con ejercicios de fortalecimiento excéntrico y electroterapia y por último trabajaríamos ejercicios específicos del deporte para su vuelta a la competición.
Por último, comentaremos las lesiones óseas, normalmente producidas por un impacto directo. En la mayoría de los casos hay que inmovilizar 3 semanas y a partir de ese momento podremos empezar a trabajar, primero la movilidad y ejercicios isométricos. Tras conseguir la movilidad completa ya trabajaremos potenciación muscular, propiocepción y gestos específicos del deporte.
Díaz, F. J. (2006). Lesiones musculares en el deporte.(Muscular injuries in sport). RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte. doi: 10.5232/ricyde, 2(3), 55-67.
García-Pérez, F. (2007). Lesiones deportivas. Diagnóstico tratamiento y rehabilitación, R. Bahr, S. Maehlum, Editorial MédicaPanamericana, Madrid (2007), 446 págs.
Halabchi, F., & Hassabi, M. (2020). Acute ankle sprain in athletes: Clinical aspects and algorithmic approach. World journal of orthopedics, 11(12), 534.
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