Curso de estilos parentales

Curso de Estilos Parentales

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¿Qué entendemos por trastorno de conducta?

Los trastornos de la conducta son los distintos problemas conductuales y emocionales que presentan las personas. Pueden desembocar en comportamientos desafiantes o impulsivos en aquellas personas que lo padecen.

El trastorno de la conducta en niños y adolescentes suele aparecer por déficit de atención e hiperactividad que afectarán al proceso de aprendizaje, entre otros aspectos. Trastornos negativistas desafiantes llevan a tener actitudes que buscan el desacato de las autoridades a las que se enfrentan. Además, aparece un trastorno disocial que lleva a quien lo sufre al aislamiento y falta de capacidad comunicativa con el entorno que le rodea.

¿Cómo podemos prevenir los trastornos de conducta?

Existen distintas formas de ayudar a la educación y al desarrollo cognitivo de los niños y adolescentes para intentar fortalecer el desarrollo de conductas adecuadas a sus edades. A continuación, destacamos algunas de las estrategias que debemos seguir para llevar a cabo un desarrollo cognitivo saludable.

• Definir reglas: Conversar con los niños es importante. Esto nos permitirá saber como se sienten y cuáles son sus mayores miedos y preocupaciones. Una buena comunicación nos llevará a que acepten las normas después de entenderlas. Así nos verán como una figura de autoridad a la que pueden acudir, en vez de una figura autoritaria que les impone limitaciones.

• Organizar la rutina: Cada cosa tiene su momento. Es importante que desde edades tempranas se establezca unas actividades rutinarias que seguir para poder establecer un equilibrio en la mente del niño.

¿Cuántos tipos de estilos parentales hay?

A continuación, se describen las características principales de los cuatro estilos parentales considerados (autoritativo, permisivo, negligente y autoritario):

• Estilo permisivo: Falta de control de impulsos, aunque más habilidades sociales. Riesgos de mayor descripción y más dominantes en el grupo de iguales.
• Estilo democrático: Más equilibrios y cooperativos socialmente, Buen autocontrol y mejor nivel académico. Aceptados y valorados en el grupo de clase.
• Estilo autoritario:Más retraídos y tímidos. Sobrecontrolados. Más dificultades para relacionarse socialmente. Riesgos de exclusión en el grupo.

Pautas para optimizar el estilo parental

La ceducación familiar los/as hijos/as deben tener garantizadas tres condiciones básicas, de las que depende su calidad de vida y que contribuyen a prevenir cualquier tipo de violencia:

• Una relación afectiva cálida, que proporcione seguridad sin proteger en exceso. La inseguridad puede producirse tanto por falta de protección como por una protección excesiva, que trasmita miedo e indefensión.
• Un cuidado atento, adecuado a las cambiantes necesidades de seguridad y autonomía que se producen con la edad.
• Una disciplina consistente, sin caer en el autoritarismo ni en la negligencia, que ayude a respetar ciertos límites y aprender a establecer relaciones basadas en el respeto mutuo, la antítesis de la violencia y del modelo de dominio-sumisión en el que se basa. Para proporcionar estas tres condiciones, los padres y las madres necesitan aprender a interpretar qué necesita su hijo o hija en cada momento, cómo proporcionárselo y cómo comunicarse con él o con ella; características que se relacionan mayoritariamente con el estilo parental democrático.

La dificultad de la familia para proporcionar las tres condiciones anteriormente expuestas puede incrementar el riesgo de que los/as niños/as y adolescentes participen como acosadores/as o víctimas en la escuela. Los estudios más recientes llevan a destacar, sobre todo, tanto la excesiva permisividad como el autoritarismo, así como la mezcla de ambos.

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