Máster MBA en Dirección y Gestión de Clínicas de Fertilidad + Titulación Universitaria
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La educación sexual es un proceso de enseñanza y aprendizaje que aborda los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y éticos de la sexualidad humana. Su objetivo es brindar a las personas información veraz y científica sobre los métodos anticonceptivos, que son las formas de prevenir los embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual. La educación sexual contribuye a que las personas ejerzan su derecho a decidir libre y responsablemente sobre su vida sexual y reproductiva, respetando la diversidad y la igualdad de género.
Por ello, en el ámbito de la salud sexual y la planificación familiar, los anticonceptivos desempeñan un papel muy importante. Estos métodos nos permiten tomar decisiones informadas sobre cuándo y cómo deseamos concebir. En este blog, conoceremos la definición de anticonceptivo, los diferentes métodos existentes, así como los métodos anticonceptivos de emergencia. ¡Adentrémonos en este viaje hacia el conocimiento y la autonomía en la toma de decisiones sobre nuestra salud reproductiva!
Los anticonceptivos son sustancias o dispositivos diseñados para prevenir el embarazo al interferir con los procesos naturales de reproducción. Su función principal es controlar la fertilidad al evitar el ciclo de ovulación, modificar el moco cervical para dificultar el paso de los espermatozoides o impedir la implantación de un óvulo fertilizado.
Estos métodos permiten a las personas tomar decisiones conscientes sobre cuándo desean concebir y cuándo prefieren evitar la gestación. Existen muchos tipos de anticonceptivos, que se pueden clasificar según su mecanismo de acción, su duración, su forma de uso y su efectividad. Desde píldoras hormonales hasta dispositivos intrauterinos, los anticonceptivos ofrecen una amplia gama de opciones para adaptarse a las necesidades y preferencias individuales, brindando a las personas el poder de planificar su futuro reproductivo de manera informada y segura.
Son aquellos que contienen hormonas sintéticas que imitan las hormonas naturales que regulan el ciclo menstrual. Estas hormonas pueden ser estrógenos, progesterona o una combinación de ambas. Los métodos anticonceptivos hormonales actúan principalmente inhibiendo la ovulación, pero también pueden espesar el moco cervical (dificultando el paso de los espermatozoides) y adelgazar el endometrio (dificultando la implantación).
Algunos métodos anticonceptivos hormonales son:
Son comprimidos que se toman diariamente por vía oral, siguiendo un ciclo de 21 o 28 días. Pueden ser combinadas (contienen estrógeno y progesterona) o solo de progesterona (también llamadas minipíldoras o píldoras POP). Las píldoras anticonceptivas tienen una efectividad del 99% si se usan correctamente, pero pueden disminuir si se olvida alguna toma, se tienen vómitos o diarreas, o se toman algunos medicamentos que interfieren con su absorción. Las píldoras anticonceptivas pueden tener algunos efectos secundarios, como cambios de humor, sangrados irregulares, dolor de cabeza, aumento de peso, acné o sensibilidad mamaria. Sin embargo, también pueden tener algunos beneficios, como regular el ciclo menstrual, aliviar los síntomas premenstruales, reducir el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio, y mejorar el acné o el hirsutismo. Las píldoras anticonceptivas no protegen contra las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Es una inyección que se aplica cada uno, dos o tres meses, dependiendo del tipo, en el brazo o en la pierna. Contiene solo progesterona o una combinación de estrógeno y progesterona. La inyección anticonceptiva tiene una efectividad del 99% si se aplica en el tiempo indicado, pero puede disminuir si se retrasa la aplicación, si se está enfermo con vómitos o indigestiones, o se toman algunos medicamentos que interfieren con su absorción. La inyección anticonceptiva puede tener algunos efectos secundarios, como cambios de humor, sangrados irregulares, dolor de cabeza, aumento de peso, acné o sensibilidad mamaria. Sin embargo, también puede tener algunos beneficios, como regular el ciclo menstrual, aliviar los síntomas premenstruales, reducir el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio, y mejorar el acné o el hirsutismo. La inyección anticonceptiva tampoco protege contra las ITS.
Son parches adhesivos que se pegan en la piel, en el brazo, el abdomen, la espalda o la nalga, y que se cambian cada semana durante tres semanas, seguidas de una semana de descanso. Contienen estrógeno y progesterona, que se absorben a través de la piel. Los parches anticonceptivos tienen una efectividad del 99% si se usan correctamente, pero pueden disminuir si se despegan, o si se toman algunos medicamentos que interfieren con su absorción. Los parches anticonceptivos pueden tener algunos efectos secundarios. Sin embargo, también tienen algunos beneficios, como regular el ciclo menstrual, aliviar los síntomas premenstruales, reducir el riesgo de cáncer de ovario y de endometrio. Este tipo de método, al igual que los anteriores, no protege contra las ITS.
Es un anillo flexible de plástico que se coloca en la vagina y que se cambia cada mes. Contiene estrógeno y progesterona, que se liberan lentamente en el flujo sanguíneo. El anillo vaginal tiene una efectividad del 99% si se usa correctamente, pero puede disminuir si se sale de la vagina o se toman ciertos medicamentos. Al igual que los anteriores, el anillo vaginal tiene efectos secundarios, pero también ciertas ventajas y no protege contra las ITS.
Es un pequeño bastón de plástico que se inserta bajo la piel del brazo, mediante una pequeña incisión, y que libera progesterona de forma continua durante tres o cinco años, dependiendo del tipo. El implante anticonceptivo tiene una efectividad del 99% y no requiere ningún cuidado especial, salvo revisar que no se mueva o se salga. El implante anticonceptivo puede tener algunos efectos secundarios, como cambios de humor, sangrados irregulares, dolor de cabeza, aumento de peso, acné o sensibilidad mamaria. El implante anticonceptivo no protege contra las ITS.
Es un pequeño dispositivo de plástico o metal que se coloca dentro del útero, mediante un procedimiento médico, y que puede durar entre tres y diez años, dependiendo del tipo. Existen dos tipos de DIU: el DIU de cobre y el DIU hormonal. El DIU de cobre actúa como un espermicida, impidiendo que los espermatozoides lleguen al óvulo, y también dificulta la implantación. El DIU hormonal libera progesterona, que espesa el moco cervical, adelgaza el endometrio e inhibe la ovulación. El DIU tiene una efectividad del 99% y tampoco requiere ningún cuidado especial, salvo revisar que no se mueva o se salga. El DIU puede tener algunos efectos secundarios, como dolor, sangrado o infección durante la inserción, sangrados irregulares, cólicos, dolor pélvico o expulsión espontánea del mismo.
Los métodos anticonceptivos de barrera son una opción para aquellas personas que quieren evitar un embarazo sin usar hormonas. Estos métodos funcionan creando una barrera física que bloquea el acceso de los espermatozoides al óvulo, impidiendo así la fecundación. Además, algunos de estos métodos también ofrecen protección contra las infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, el VPH, la gonorrea o la sífilis.
Los principales métodos anticonceptivos de barrera son:
Es una funda fina y elástica que se coloca sobre el pene erecto o en la vagina antes de la penetración. Evita que el semen entre en contacto con el cuello del útero y con las paredes vaginales. Es el único método que protege de todas las ITS, siempre que se use correctamente y de forma consistente. Existen preservativos de látex, que son los más seguros y resistentes, y preservativos de otros materiales, como el poliuretano, el poliisopreno o la piel de cordero, que pueden ser una alternativa para las personas alérgicas al látex, pero que son más frágiles y menos eficaces. Los preservativos tienen una efectividad del 98% si se usan perfectamente y del 85% si se usan de forma habitual.
Es crucial seguir cuidadosamente las instrucciones para garantizar la eficacia de los preservativos como método anticonceptivo y de prevención de enfermedades de transmisión sexual. Antes de abrir el envoltorio, verifica la fecha de caducidad y su estado. Ábrelo con precaución, sin utilizar dientes ni uñas, y evita objetos punzantes. Recuerda utilizar un preservativo nuevo en cada encuentro sexual y evitar combinarlo con otros métodos de barrera para prevenir posibles rupturas.
Es una copa flexible de silicona o látex que se coloca en la vagina y que cubre el cuello del útero, impidiendo que los espermatozoides lo atraviesen. Se debe usar junto con un espermicida, que es una sustancia que mata o inmoviliza a los espermatozoides. El diafragma tiene una efectividad del 94% si se usa perfectamente y del 88% si se usa de forma habitual. Algunos consejos para usarlo bien son que es esencial recibir orientación de un médico o ginecólogo para determinar el tamaño y la forma adecuados del diafragma, así como aprender la técnica precisa de colocación y retirada. Antes de su inserción, aplica una pequeña cantidad de espermicida en el borde y la parte cóncava. Es fundamental realizar revisiones periódicas en busca de posibles roturas o agujeros, reemplazándolo anualmente o tras cambios de peso, partos o cirugías pélvicas. Si la actividad sexual ocurre más de 2 horas después de su colocación o en caso de infección vaginal, se recomienda usar un método anticonceptivo de respaldo, como el preservativo, ya que el espermicida puede irritar la mucosa y aumentar el riesgo de transmisión de infecciones de transmisión sexual.
El capuchón cervical
Es un dispositivo similar al diafragma, pero más pequeño y rígido, que se coloca en el cuello del útero y que también se debe usar con un espermicida. El capuchón cervical tiene una efectividad del 91% si se usa perfectamente y del 84% si se usa de forma habitual. Algunos consejos para usarlo bien son los mismos que para el diafragma, con la diferencia de que el capuchón cervical se puede dejar puesto hasta 48 horas después de la última relación sexual.
Es una esponja suave y redonda que se humedece con agua y se introduce en la vagina, cubriendo el cuello del útero. La esponja contiene un espermicida que impide el paso de los espermatozoides. La esponja anticonceptiva tiene una efectividad del 91% si se usa perfectamente y del 76% si se usa de forma habitual. Para utilizar la esponja anticonceptiva de manera efectiva, es crucial humedecerla con agua antes de colocarla, activando así el espermicida y generando espuma. Es esencial utilizar una esponja nueva en cada encuentro sexual y no combinarla con otros métodos de barrera, como el preservativo o el diafragma, para evitar posibles desplazamientos o roturas.
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