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Como fenómeno social la delincuencia ha existido desde el principio de los tiempos. Se define a los delincuentes, como personas que cometen actos ilegales y ponen en riesgo la seguridad de la comunidad. Hay varios tipos de delincuentes. ¿Quieres saber cuáles son?
Desafortunadamente, la delincuencia es un fenómeno común para todos los países, así sea en mayor o menor grado. El caso es que existen diferentes tipos de delincuentes y aunque mucho se habla del tema, no siempre son fáciles de identificar y a menudo todo esto lo confunden con términos más propios de la criminología. A continuación, te contamos cuáles son los tipos de delincuentes más comunes y sus principales características:
La delincuencia común se refiere a delitos de poca complejidad, los cuales pueden ser realizados por un individuo cualquiera sin ninguna preparación específica para ello o una estructura muy detallada para ser llevados a cabo.
Es uno de los tipos más conocidos. No suele participar regularmente en actividades delictivas, pero sí se ven involucrado en hechos fuera de la ley de vez en cuando. Este delincuente comete delito por una circunstancia puntual, ya sea por necesidad o en un momento de ira o dolor.
Jóvenes que se involucran desde temprana edad en actividades delictivas, ya sea por problemas en su entorno social, principalmente familiar, o por falta de oportunidades y abuso de sustancias psicoactivas, como drogas y alcohol.
Son los que se organizan en grupos de manera estructurada para realizar actividades ilícitas. Incluso trabajan por jerarquías y operan de manera sistemática y ordenada. Suelen tener problemas con otras bandas o grupos similares a ellos, ya sea por control de mercancía o por control de territorio.
Este tipo de delincuentes se dedican a realizar actividades al margen de ley en todo lo relacionado con las finanzas. Es decir, comenten fraudes, estafas, causando daño al sistema o círculo financiero, por lo general son profesionales, empleados que aprovechan su posición para robar y dejan una gran herida en la confianza.
Se caracterizan por usar la fuerza o amenaza en sus delitos, pueden incorporar armas en sus actividades y además atentar contra la identidad física de las personas.
Son los que aprovechan las nuevas tecnologías de la información para acceder a cuentas e identidades que les permite robar, estafar o sacar beneficio con imágenes ajenas. Actualmente, es uno de los tipos de delincuentes más estudiados y pese a eso, más difíciles de rastrear.
El perfil psicológico del delincuente es un recurso crucial en la criminología moderna, permitiendo a los investigadores entender y prever comportamientos delictivos. Establecer este perfil implica un proceso meticuloso que abarca varios pasos fundamentales.
El primer paso para crear un perfil psicológico es reunir toda la información disponible sobre el delito. Esto incluye detalles de la escena del crimen, declaraciones de testigos, informes forenses y cualquier otra evidencia relevante. La recopilación exhaustiva de datos es esencial para formar una base sólida sobre la cual construir el perfil.
Una vez recolectada la información, los expertos analizan la escena del crimen en detalle. Este análisis ayuda a identificar patrones de comportamiento y a entender la naturaleza del delito. Aspectos como la elección de la víctima, los métodos utilizados y cualquier comportamiento peculiar del delincuente son considerados.
Los criminólogos estudian los comportamientos específicos del delincuente durante la comisión del delito. Este análisis puede revelar detalles sobre la personalidad, las motivaciones y las posibles vulnerabilidades del delincuente. Se examinan factores como la planificación del crimen, el nivel de violencia empleado y la interacción con la víctima.
En esta etapa, los psicólogos criminales aplican teorías y métodos de la psicología para interpretar los datos recopilados. Utilizan modelos de comportamiento y teorías de personalidad para inferir las características psicológicas del delincuente. Esto incluye identificar posibles trastornos mentales, motivaciones subyacentes y patrones de pensamiento.
Los profesionales integran toda la información obtenida para construir un perfil coherente y detallado. Este perfil incluye una descripción de las características psicológicas del delincuente, sus posibles antecedentes, y las motivaciones que lo llevaron a cometer el delito. Además, se pueden inferir aspectos demográficos como la edad, el género y el nivel socioeconómico.
Finalmente, el perfil se valida y refina a medida que se obtiene más información. Los investigadores comparan el perfil con otros casos similares y ajustan sus hipótesis según sea necesario. Este proceso iterativo asegura que el perfil sea lo más preciso y útil posible para las autoridades encargadas de la investigación.
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