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Para sacar adelante cualquier empresa o negocio es vital que tengamos metas y objetivos claros. Todos sabemos que no basta con tener las intenciones de prosperar, es necesario tomar cartas en el asunto e involucrar todos los procesos que puedan darnos la ventaja o la delantera como lo es el análisis de estrategias.
La práctica del análisis estratégico engloba la minuciosa exploración de los elementos que conforman tanto el ámbito interno como externo de una organización, con el objetivo de evaluar sus componentes actuales y anticipar los que puedan surgir en el futuro.
A partir de este análisis, se puede desarrollar una estrategia fundamentada científicamente para alcanzar metas específicas, como el crecimiento en el mercado, el aumento de las ventas mediante Inside Sales, la reducción de costos con publicidad, entre otros.
Para realizar un análisis efectivo, la empresa debe definir claramente su identidad y lo que representa, así como sus objetivos a través de conceptos como misión, visión y valores. La misión refleja el propósito fundamental de la empresa, la visión expresa lo que aspira alcanzar en un futuro cercano, y los valores representan los principios éticos y morales que se compromete a seguir.
Con estos componentes claramente definidos, se presentan diversos métodos de análisis capaces de evaluar la dirección actual de la empresa y señalar alternativas potenciales. Aquí, ahondaremos en estos análisis luego de examinar el modelo estructural común que en todo el proceso.
Ahora, llegamos a un punto muy importante, que es la estructura que debe tener el análisis para que pueda considerarse efectivo. Por ejemplo:
Adentrarse en la configuración estratégica de una empresa se compara con una evaluación médica. En este proceso, el primer paso implica examinar minuciosamente los factores internos y externos que ejercen su influencia directa sobre la vitalidad del negocio.
Por otro lado, los factores externos abarcan variables como tendencias políticas y económicas, modificaciones en los hábitos de los consumidores y la introducción de nuevos actores competidores en el mercado.
Una vez identificadas las condiciones internas y externas, es el momento de analizar cómo están impactando el progreso de la empresa. En este punto, resulta imprescindible determinar la eficacia de la estrategia que se usa. Esto se logra cuando el analista se plantea interrogantes como:
¿Está siendo exitoso nuestro enfoque actual? ¿Se lograrán las metas establecidas?
Si las respuestas a las interrogantes planteadas en el último apartado son negativas, esto sugiere que es necesario explorar opciones alternativas. Es el momento de reconocer y ejecutar las modificaciones más viables y con mayor capacidad para generar un impacto positivo.
Posteriormente, el ciclo se reinicia. La práctica del análisis estratégico es un proceso ininterrumpido, ya que busca de manera constante identificar deficiencias y brechas que puedan convertirse en oportunidades para implementar mejora.
A pesar de que tus objetivos y métodos de operación puedan ser similares, cada categoría presenta singularidades específicas, siendo más adecuada para ciertos contextos que otras. Para simplificar la comprensión, detallaremos cinco tipos distintos.
El Análisis FODA se centra en cuatro elementos: Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas.
Este análisis evalúa tanto los aspectos positivos como negativos de la operación empresarial, tanto en el ámbito interno como externo. Se divide en cuatro categorías:
La ejecución simplificada lo posiciona como una opción idónea para empresas de menor envergadura o con recursos financieros más limitados, aunque también se implementa en el ámbito de grandes corporativos. Permite a la gerencia anticipar eventos que puedan afectar el futuro de la empresa, corregir errores internos y prepararse para los desafíos en un entorno de transformación digital.
El Análisis PESTEL, centrado en factores externos, evalúa el entorno macroeconómico de una empresa a través de seis categorías: Políticos, Económicos, Sociales, Tecnológicos, Ambientales y Legales.
Examina aspectos gubernamentales, económicos, sociales y tecnológicos, además de considerar recientemente aspectos ambientales y legales. Este análisis proporciona una comprensión completa de los factores externos que pueden influir en el desempeño y la posición de la empresa en el mercado.
Las 5 Fuerzas de Porter, desarrolladas por el académico Michael Eugene Porter, representan una influyente teoría de análisis estratégico ampliamente utilizada en todo el mundo. El propósito de esta herramienta radica en identificar la fuerza competitiva primordial en un mercado, posibilitando así la formulación de estrategias destinadas a mejorar la competitividad de un negocio.
Explorando las dinámicas del análisis de las cinco fuerzas competitivas según Porter, se destacan elementos cruciales como la rivalidad entre competidores, el poder de negociación de proveedores y clientes, así como la amenaza de nuevos competidores y productos o servicios.
Su acrónimo traducido significa Fuerzas, Oportunidades, Aspiraciones y Resultados. Se torna particularmente atractivo realizar este análisis cuando una organización ya ha establecido un plan estratégico, pero busca enfocar sus esfuerzos de manera específica en una determinada área.
Este enfoque permite una dedicación más precisa y eficiente de recursos para potenciar aspectos clave de la estrategia general de la empresa
Aunque su enfoque puede ser similar al del análisis FODA, existe una diferencia clave: SOAR no presta atención a las debilidades y prefiere centrarse en la construcción de fortalezas. Este modelo se utiliza para redirigir esfuerzos y recursos hacia áreas consideradas como puntos fuertes, con el objetivo de fortalecerlos y aumentar su eficiencia.
creada por Igor Ansoff en los años 50, busca incrementar las ventas mediante cuatro enfoques: penetración de mercado, desarrollo de productos, desarrollo de mercados y diversificación.
Este permite definir estrategias para aumentar los ingresos, ya sea expandiendo la presencia en mercados existentes o explorando nuevos productos y mercados. Las decisiones, como crear nuevos productos o aprovechar los existentes, y buscar espacio en el mercado actual o explorar nichos, son cruciales para el éxito empresarial.
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