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Seguro que, sin querer, lo de crear vida en un laboratorio te lleva a pensar en el famoso Frankestein, pero lo de fabricar seres humanos por medios poco naturales, como si de un robot se tratara, no viene de la época romántica, en realidad, ya en la antigua Grecia se fantaseaba con ello.
¿Conoces el Mito de Prometeo? Cuenta la leyenda, que este titán, amigo de los mortales, robó el fuego de los dioses para dárselo a los humanos. Zeus se enfadó tanto que acabó castigándolo, de forma que una anguila comiera todos los días parte de su hígado.
Prometeo jugó a ser Dios, intentando controlar fuerzas superiores y robando atributos a los dioses para su gran creación: el hombre. Prometeo utilizó barro para crear a los humanos, por eso, en la mitología griega se le conoce como el padre de la humanidad. El titán les concedió una gran inteligencia y algunas habilidades que los diferenciaban del resto de los animales, como la de caminar erguidos, hablar, construir herramientas o casas, domesticar animales salvajes y cultivar alimentos.
Pero este no es el único mito que intenta dar explicación al misterio de la vida humana, si nos fijamos, todas las religiones, de todos tipos y todas las partes del mundo, tienen su propia historia sobre el origen de la humanidad. La ciencia no iba a ser menos y va más allá preguntándose si se puede crear vida en un laboratorio o con cualquier otro método que no sea el convencional.
Trabajar en un laboratorio puede ser fascinante, cada día aprendes y descubres algo nuevo. Fórmate para ello y consigue el puesto en la ciencia que siempre has soñado
¿Te atreverías a formar parte de los grandes avances de la humanidad? Muchos de ellos han surgido en laboratorios casi por casualidad, así que todo es posible. Pero ahora, sigamos indagando en si es posible la generación de personas en un laboratorio.
Para saber si sería posible crear vida humana de forma artificial, antes habría que averiguar exactamente qué creo la vida en la Tierra. Científicos de todo el mundo siguen trabajando en ello, pero, una de las hipótesis más extendidas es que hace más de 4.000 millones de años, se formaron moléculas de ARN (vitales para las funciones celulares), posiblemente, gracias a la interacción entre proteínas y otras moléculas biológicas que comenzaron a autorreplicarse y desarrollar diversas moléculas complejas. Miles de millones de años después, este cambio terminaría desembocando en el surgimiento de la vida que hoy conocemos: bacterias, plantas, animales… a partir de ahí, la especie humana a la que pertenecemos ,apareció por medio de la evolución, cruce de genes y la conocida selección natural de Darwin.
En un reciente estudio publicado en Nature Communications, dos investigadores de la Universidad de Tokio, han conseguidor desarrollar en el laboratorio un experimento de replicación de ARN en el que se presenció la transición de un sistema químico hacia uno biológico mucho más complejo. Esto es similar al proceso que se dio de forma natural hace millones de años cuando surgió la vida en la Tierra.
El hito que marca este nuevo avance es que, en comparación con experimentos anteriores, es que se ha utilizado un sistema de replicación de ARN único que puede sufrir una evolución continua basada en mutaciones y selección natural.
Aunque aún queda mucho por investigar y miles de variables a tener en cuenta, en palabras del científico Mizuuchi, investigador de la Universidad de Tokio, "los resultados podrían ser una pista para resolver la última pregunta de si los seres humanos se han estado haciendo durante miles de años".
Cada vez estamos más cerca de la creación de vida humana en los laboratorios. Uno de los últimos avances consiste en la creación de un embrión artificial a partir de células madre humanas reproducidas en el laboratorio. Con ellas se ha simulado por primera vez el momento en el que el embrión toca el útero de la madre y comienza a hacerse sitio para dar lugar al bebé.
Ese primer contacto se llama implantación y, hasta ahora, apenas se ha podido estudiar, lo que supone un obstáculo para entender por qué los humanos somos unas de las especies que más nos cuesta reproducirnos en términos de cantidad y frecuencia. Como explica el biólogo y director de este estudio, Nicolas Rivron, solo la mitad de los óvulos fecundados por un espermatozoide acaban teniendo éxito y dando lugar a una nueva persona.
El equipo de Rivron no se da por vencido y ha ideado una forma de simular lo que ocurre en el vientre materno usando células madre cultivadas en un laboratorio. Haciendo tres modificaciones moleculares, las células madre se reprograman y comienzan a formar esferas muy similares a un embrión de unos siete días de edad, también conocido como blastocisto. En ese punto, el embrión ya tendría toda la información genética necesaria para formar un ser humano.
Luego, juntando esos pseudoembriones con células de endometrio y añadiendo estrógeno y progesterona, las hormonas que segregan las mujeres embarazadas, los pseudoembriones se pegaban a las células del útero y conseguía “anidar”.
No obstante, una de las incógnitas que se tienen que despejar antes de poder crear vida humana por un proceso artificial y fuera del útero materno, es de qué depende que un embrión “cuaje”, o no, en el útero de la madre. Por el momento, nadie lo sabe.
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