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Para padres y maestros es de sumo interés conocer ¿qué es un ritmo de aprendizaje?, no solamente para mantener la tranquilidad, sino para saber cómo ayudar a los niños y canalizar las dificultades.
Se observa que, en el sistema educativo tradicional, el proceso de enseñanza y aprendizaje deja en evidencia necesidades individuales que son poco comprendidas por los docentes e, incluso, quedan desatendidas. Por ello, es necesario analizar profundamente qué es un ritmo de aprendizaje y las inteligencias múltiples para conducir de manera más asertiva al alumno.
De forma particular, cada individuo tiene una capacidad distinta para adquirir conocimientos; es decir, el tiempo que una persona tarda en aprender puede ser rápido, moderado o lento. A esto nos referimos cuando hablamos de qué es un ritmo de aprendizaje.
Se trata de un conjunto de particularidades pedagógicas y cognitivas que se asumen cuando una persona afronta el aprendizaje; en este sentido, cada sujeto emprende su propio método para procesar la información.
Se pueden realizar tests de Kolb, los cuales permiten elaborar un informe psicopedagógico del alumno para conocer mejor sus características, desarrollar estrategias didácticas y fortalecer las enseñanzas más adecuadas para cada necesidad de los estudiantes.
Por consiguiente, es notorio que no existen estilos puros de aprendizaje: cada quien desarrolla su propio estilo, aunque suele predominar uno.
Los estilos de aprendizaje consisten en los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que se usan para medir cómo los alumnos perciben y responden al entorno de aprendizaje. Para ello existen varios modelos:
Modelo de los cuadrantes cerebrales de Herrmann.
Modelo de Felder y Silverman.
Modelo de Kolb.
Modelo de programación neurolingüística de Bandler y Grinder.
Modelo de los hemisferios cerebrales.
Modelo de las inteligencias múltiples de Gardner.
Estos son los principales aspectos que influyen en los ritmos de aprendizaje:
La edad.
La madurez psicológica.
La motivación.
El estado nutricional.
Las habilidades cognitivas.
Habiendo aclarado qué es un ritmo de aprendizaje, corresponde determinar la clase de ritmo de aprendizaje. Según el psicólogo Luis Bravo Baldivieso, el aprendizaje se agrupa en tres ritmos: lento, moderado y rápido.
Comprende a aquellas personas que se caracterizan por una progresión paulatina. En esta forma de adquirir conocimientos surgen dificultades para retener y reproducir lo aprendido.
Cuando los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria tardan en pasar al siguiente nivel de la educación, se pueden identificar colectivamente las dificultades del alumno que requiere atención especial, ya que su ritmo de aprendizaje es diferente al esperado muchas veces por el docente.
Estas son sus características:
Bajo nivel de memoria.
Dificultad para la concentración.
Falta de atención.
Escasa capacidad para razonar.
Estos inconvenientes pueden entenderse, en ciertos casos, como normales y alejados de problemas del desarrollo; más bien puede considerarse la edad como un factor que explica la condición de ritmo lento.
La mayoría de los estudiantes presenta un ritmo promedio, considerado normal; poseen la habilidad para concentrarse y desenvolverse con un ritmo adecuado.
Por otra parte, pueden existir diferencias entre unos y otros: algunos realizan más actividades y adquieren los saberes en un tiempo habitual, lo que suele traducirse en buenos resultados.
Veamos sus características:
Ritmo de aprendizaje moderado.
Habilidad para cumplir objetivos.
Se adapta al trabajo en equipo e integración.
Capacidad para memorizar diversa información.
Corresponde a personas que se mantienen concentradas y procesan una mayor cantidad de actividades; sin embargo, esto puede variar según la tarea u ocupación. ¿Cuáles son sus características? Veamos:
Aprende a la primera distintos tipos de información.
Puede seguir el ritmo de aprendizaje que se le imponga.
Está habitualmente motivado.
Mantiene buena autoestima.
Suele responder a interrogantes de manera rápida y asertiva.
Ya está claro qué es un ritmo de aprendizaje: representa el tiempo que cada persona necesita para asimilar un nuevo conocimiento, y cada uno de nuestros alumnos tiene un ritmo distinto. Por ello, es necesario comprender que cada persona es auténtica y ser respetuosos y pacientes con sus procesos.
Es importante respetar los ritmos de aprendizaje de los alumnos, pues esto les brinda armonía, los aleja del estrés y favorece un ambiente adecuado para el proceso. Además, ofrece al estudiante la posibilidad de convertir el tiempo de aprender en un tiempo de placer.
Asimismo, cuando comprendes cómo son los ritmos de tus alumnos potencias tus capacidades y, en cierta forma, evitas que atraviesen procesos como baja autoestima, ansiedad, frustración, inseguridad, indecisión, entre otros. Entonces, sea lento, moderado o rápido, lo importante es que el maestro garantice un aprendizaje significativo en los alumnos y logre que sea gratificante y asertivo.
Jean Piaget dedicó parte de su trabajo a estudiar las diferencias existentes entre individuos en cuanto a la velocidad para asumir un aprendizaje. Asimismo, asocia qué es un ritmo de aprendizaje a los procesos cognitivos básicos que tienen los niños al modificar sus conocimientos del entorno.
Según expone, los individuos aumentan sus conocimientos a través de:
Asimilación: cuando el individuo recibe una nueva información, la primera acción es asimilarla y acomodarla a esquemas mentales preexistentes. Solo funciona cuando lo asimilado no se contrapone a los conocimientos previos.
Acomodación: es un proceso que, en cierto modo, se opone a la asimilación; se produce cuando la información recibida contradice los conocimientos previos. Entonces se da un proceso conocido como «disonancia cognitiva», que, si es profundo, obliga a modificar los conocimientos y pensamientos preexistentes para adaptarse a lo nuevo.
Equilibración: consigue un equilibrio entre asimilación y acomodación; el individuo mantiene los esquemas mentales preexistentes el mayor tiempo posible y trata de comprender los nuevos conocimientos sin renunciar a la asimilación.
La equilibración influye en los ritmos de aprendizaje: algunos individuos mantienen sus estructuras mentales más tiempo, lo que provoca un ritmo de aprendizaje lento, mientras que otros buscan la acomodación con mayor rapidez. En consecuencia, cuanto menor sea la necesidad de equilibrio cognitivo, por lo general, más sencillo les resultará aprender.
Se pueden aplicar las siguientes medidas:
implementar pruebas diasgnósticas y observación sistemática
realizar adaptaciones curriculares y pedagógicas
aplicar métodos de evaluación formativa y retroalimentación continua
promover la autorregulación en el proceso de aprendizaje
fomentar la metacognición para incrementar el rendimiento
aplicar estategias y herramientas multimodales (proyectos, imágenes, etc.)
fomentar la motivación intrínseca y la motivación extrínseca
establecer agrupamientos estratégicos entre estudiantes
cambiar las intervenciones en el aula según las necesidades de los estudiantes
Aunque la teoría de los ritmos de aprendizaje no se ha desarrollado ampliamente, a través de los tests de inteligencia tradicionales se puede determinar el ritmo de aprendizaje de una persona. Los tests de inteligencia miden la inteligencia general y la inteligencia cristalizada; sin embargo, la mayoría de los especialistas coincide en que los tests orientados a medir la inteligencia fluida o general son los más precisos para evaluar el ritmo de aprendizaje.
Existen múltiples tests de inteligencia general o fluida; estos se componen de ejercicios y pruebas utilizadas para medir el CI. Las actividades que los integran evalúan la comprensión verbal, la memoria de cifras, el pensamiento lógico-matemático, el ensamblaje de objetos, la resolución de complementos gráficos, las asociaciones y las semejanzas, entre otras.
Para concluir, el CI (cociente intelectual) tiene una relación directa con la capacidad del individuo para asimilar nuevos conocimientos: cuanto más bajo es el CI, más lento suele ser el ritmo de aprendizaje del individuo.
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Cristina Polo Calvo
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