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La Antropología criminal es una rama de la Criminología, aunque también de la Antropología general. Y es que, estudia los factores antropológicos con relación a la actividad criminal de ciertas personas. ¿Te interesa la Antropología criminal? No dudes en formarte con Euroinnova Formación y especializar tu profesión para una mayor oferta laboral. ¡A por ello!
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La disciplina de Antropología criminal es una ciencia con muchas investigaciones detrás y con interesantes aplicaciones a la Criminología de hoy día. De esta manera, es posible atrapar a numerosos delincuentes y discernir las circunstancias de muchísimos crímenes. ¿Te interesa la Antropología criminal? No dudes en formarte con los Estudios de Antropología criminal de Euroinnova y especializar tu profesión para una mayor oferta laboral. ¡A por ello!
La Antropología criminal, como venimos diciendo, es una rama de la criminología y la antropología. Es la disciplina que estudia la relación entre las actividades criminales y los factores antropológicos. Por tanto, su objeto de estudio son los rasgos físicos, psíquicos y morfológicos de los criminales. De esta manera, se intenta conocer el comportamiento y la personalidad de los individuos u organizaciones que cometen delitos.
Para ello, utiliza la misma metodología que la Antropología general cuando analiza al ser humano. Con la diferencia, de que estudia la personalidad, el comportamiento y las organizaciones criminales a partir de los rasgos morfológicos y físico-psíquicos de las personas.
Lo cierto, es que en su origen, esta rama de la Antropología se centró únicamente en las características físicas de los individuos que cometían delitos- Y es que, seguía la creencia de que existen aspectos en el físico que solo tenían los criminales.
Por otro lado, debes saber que el italiano Cesare Lombroso es considerado como el creador de la Antropología criminal. De hecho, fue este criminólogo y médico quien estudió en el siglo XIX las características físicas de los criminales, llegando a la conclusión de que tenían una fisiología diferente al de las personas comunes e inocentes.
¡Conoce a todos los precursores de la Antropología criminal!
Antes de que esta ciencia despertara, el criminal era considerado como un ser anormal. Sí, sí... Un ser que sufría una desviación de base biológica que conducía a una regresión a estados primitivos del ser humano y que se podía catalogar como una patología.
Sin embargo, surge una revolución a nivel metodológico importante: según datos obtenidos de una manera sistemática de los criminales, se evidencia la correlación entre el elemento somático y el psíquico. Lo cual, contribuye a perfilar una tipología humana relacionada con el fenómeno delictivo.
Por otro lado, se empieza a tener en cuenta el lado psicológico del criminal, determinando que existe una anomalía moral por falta de conciencia y remordimiento. Gracias a esto, surge la necesidad de otorgar a la pena el carácter de tratamiento moral.
En la actualidad, la Antropología criminal ya cuenta dentro de su objeto de estudio como aspectos como la psicología del sujeto, la influencia del ambiente y las circunstancias personales de los criminales. Esto, ha hecho posible realizar investigaciones basadas más en lo social que en lo biológico.
Y es que, gracias a esta ciencia es posible encontrar patrones comunes que expliquen el hecho delictivo, es decir conocer la causa por la que se cometen delitos. Por ello, esta ciencia también está presente en los estudios de la psicología social y psicología forense. Además, las teorías de Lombroso se encuentran también en los estudios de la respuesta galvánica de la piel y el síndrome del superhombre (cromosoma XYY).
¡El padre de la Antropología criminal!
Es un médico italiano, que creyó encontrar en el siglo XIX una relación entre la locura y los delitos. Según su teoría del delincuente nato, los criminales pertenecerían a una subespecie humana menos evolucionada con unas características físicas únicas: grandes mandíbulas y los senos frontales pronunciados, entre otros rasgos físicos.
Aspectos como la pereza, la falta de sensibilidad moral, la no existencia de remordimientos o el gusto por los placeres sexuales, también son rasgos definitorios de esta subespecie.
De esta manera, se podría identificar a los criminales antes de que cometieran un crimen.
Afirmaba que la responsabilidad moral no debía ser considerada a la hora de analizar un delito, sino la responsabilidad social. Es decir, creía importante estudiar aspectos como la escritura, la literatura y el arte como responsables de la creación de una personalidad criminal.
El psicólogo estadounidense destacó dentro de esta disciplina al crear la teoría de los somatipos.
Esta teoría vincula cada tipo de cuerpo a una forma de comportamiento, a la inteligencia, al papel que ocupaba el individuo en la sociedad y a su propensión para cometer crímenes. Según sus estudios, la mayoría de los criminales tienen un cuerpo mesomorfo: hombros anchos y musculatura amplia.
Este antropólogo estadounidense realizó un detallado estudio en el que comparaba a más de 10.000 presos con unas 3.000 personas no criminales. Estudio que le convirtió en uno de los precursores de la Antropología criminal.
Afirmó encontrar una inferioridad biológica en los delincuentes. Aunque descartó la idea de que existiera un tipo físico único para los criminales, sí mantuvo que algunos grupos tenían rasgos físicos peculiares.
El objeto de estudio de la Antropología general es el estudio del ser humano en el tiempo y en el espacio formando un todo con la naturaleza, pero a la vez distinguiéndose de ella, claro.
Esto, ha dado origen a las ciencias del hombre o la conocida Antropología general, la cual comprende las siguientes disciplinas científicas: la antropología arqueológica, la antropología social y cultural, la antropología lingüística, la antropología histórica y la Antropología física o biológica. Podríamos decir, que los Estudios de Antropología criminal pertenecen a la rama de esta última disciplina.
Además, la consolidación y el desarrollo de esta ciencia del hombre, ha provocado su vinculación con otras ciencias como es la economía, la política y las representaciones del mundo. Y es que, es la base de todo.
En definitiva, esta disciplina permite hacer más comprensible el fenómeno humano cada día y, la especialidad de Antropología criminal genera conocimiento en torno al delincuente.
No, su origen no ha sido aclarado aún en este artículo. Y es que, es muy distinto a las ideas de los precursores de la Antropología criminal, que más tarde abordarían esta ciencia. Por tanto, merece la pena hablar de estos comienzos.
Nos referimos, a finales del siglo XVI y a principios del siglo XVII. Entonces, ya aparecieron teorías acerca de un origen morfológico del comportamiento criminal en los seres humanos.
Fueron los científicos Franz Gall y Johann Spurzheim, quienes desarrollaron las primeras teorías craneológicas y frenológicas. Estas proponían que los delincuentes tenían cráneos con formas y tamaños diferentes a los del resto de la población.
A mediados del siglo XIX, estas ideas evolucionaron hasta dar lugar a la Antropología criminal de hoy con Cesare Lombroso.
La Antropología criminal es una ciencia multidisciplinar. Y es que, como ocurre con todas las ramas de la antropología, utiliza otras disciplinas para obtener sus resultados.
Son fundamentales la psicología, la genética o el derecho penal. Veamos:
Una de las disciplinas que más colabora con la Antropología criminal es esta, ya que tiene como objeto de estudio los restos humanos para descubrir las causas de una muerte y otros aspectos que giran en torno a ella.
Esta disciplina se dedica a estudiar las medidas de un ser humano. En el ámbito de la criminología, los expertos miden cada parte del cuerpo humano para obtener datos que puedan ser útiles para descubrir a los responsables del delito, así como para el juicio.
Por supuesto, es fundamental utilizar la Psicología, disciplina que se encarga de analizar el estado mental y anímico del delincuente. La Psicología es la responsable, por ejemplo, de determinar si este padece algún tipo de trastorno que esté relacionado con el delito cometido.
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