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La ingeniería ferroviaria es una disciplina relativamente moderna que se ocupa del diseño, construcción y puesta en marcha de todo tipo de sistemas ferroviarios. Debido a las múltiples facetas de un tren, la ingeniería ferroviaria se nutre de otras ramas, a saber: ingeniería civil (o de caminos), eléctrica, informática y mecánica.
¿Te imaginas cómo sería la vida sin trenes? La invención del ferrocarril, la electrificación del tren y el transporte de mercancías se lo debemos a la ingeniería ferroviaria y a aquellos que decidieron y deciden dedicar su vida a mejorar la vida de las personas utilizando esta ciencia. Esta disciplina no es crucial hoy día solamente por su relevancia en el turismo, sino también por ser una vía rápida y segura de abastecer de productos alimentarios a la población.
Podríamos decir que la ingeniería ferroviaria adquirió un estatus autónomo dentro del campo de las ingenierías cuando se creó el primer ferrocarril, por lo que es una ciencia bastante joven. Sin embargo, no podemos ignorar algunas invenciones precedentes que se fueron concatenando a lo largo de la historia hasta culminar con la gran revolución del ferrocarril.
Para identificar el primer amago de transporte padre del ferrocarril, hemos de retrotraernos hasta el año 600 A.C. en la Antigua Grecia. Con el único fin de transportar embarcaciones pequeñas y mercancías, se construyó una calzada de 6 a 8 km de largo y se trazaron dos hendiduras en la tierra. Por encima de ellas, rodaba una especie de vagones rudimentarios de los que tiraban esclavos o animales.
Este ingenioso y simple invento fascinó al mundo romano, que también aprovechó para implementarlo. Este precedente marcó el principio del concepto de vías de transporte.
2000 años más tarde, en el siglo XVI, se inventó un funicular en Salzburgo con el fin de transportar pasajeros y bienes al Castillo de Hohensalzburg, deslizándolos por una pronunciada pendiente, sirviéndose de caballos a través de unos raíles de madera. Es el funicular más antiguo que existe, todavía en funcionamiento bajo el nombre de Reisszug.
A partir de este hallazgo y a semejanza del diolkos, se empezó a emplear las vías para el transporte de vagones, especialmente para trasladar materiales entre galerías de mina.
Probablemente una de las invenciones más revolucionarias y geniales de la historia de la humanidad. En 1765, el ingeniero James Watt presentó la primera máquina de vapor jamás concebida. No obstante, no fue hasta el siglo XVIII que se integró en los ferrocarriles, convirtiéndolos en locomotoras de vapor.
Por otra parte, el desarrollo en la industria metalúrgica trajo consigo un incremento en la producción de acero. Se empezaron a fabricar vías de acero, relegando a la madera. Estas dos evoluciones independientes se combinaron para idear la primera vía ferroviaria operativa en 1804. Cabe aclarar que, en un principio, el ferrocarril se contempló casi exclusivamente para el transporte de mercancía, y no de personas. En cualquier caso, la locomotora de vapor modernizó y agilizó los transportes en toda Europa y, posteriormente, en el mundo entero.
No sería hasta 1807 que el trayecto ferroviario entre Mumbles y Swansea en Gales pasó a dedicarse únicamente al transporte de viajeros, lo que sentaría las bases para los viajes y el turismo en ferrocarril.
Es en este momento que se puede anunciar el nacimiento de la ingeniería ferroviaria como disciplina académica y técnica.
La última etapa del desarrollo del ferrocarril empezó en la electrificación de las vías. El pionero que se atrevió a implementar baterías en una locomotora fue un farmacéutico llamado Robert Davidson, que la nombró “Galvani”. Por desgracia, fue destruida. Pero este hecho no evitó que su idea se difundiera por doquier. De esta forma, el ingeniero Werner von Siemens, presentó la primera locomotora eléctrica en 1879 en la Exposición Comercial de Berlín.
Como podemos observar, la ingeniería ferrocarril avanzaba a pasos agigantados. Otro salto más hacia delante lo dieron unos ingenieros suizos al idear el primer ferrocarril de diesel. Casi 60 años más tarde, Japón pondría en marcha el primer sistema ferroviario de alta velocidad del mundo. La línea Shinkansen, que conectaba Tokio y Osaka, sirvió de modelo para todo el mundo. Son muchos los países que reprodujeron el tren de alta velocidad, entre ellos, Reino Unido, China y Francia.
Debido a la creciente preocupación por el medioambiente, el tren de alta velocidad es más respetuoso con la naturaleza que otros medios de transporte privados como el coche. Es por ello que la ingeniería ferroviaria es un campo de estudio en auge, impaciente de generar nuevas ideas y de inventar mejoras impredecibles e innovadoras.
Si te fascina el mundo de los trenes y el transporte, la ingeniería ferroviaria es una salida profesional con perspectivas halagüeñas. Su incorporación en la esfera formativa es muy reciente, propiciada por el terrible accidente ferroviario de Once, en Argentina. Fue a partir de esta tragedia que replanteó la necesidad de formar a especialistas en ingeniería ferroviaria.
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