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Nunca subestimes un buen libro, una película, una serie o un teatro, la industria de la cultura del entretenimiento mueve miles de millones de dólares al año y cada vez crece más gracias a las nuevas tecnologías.
Todos los días consumimos entretenimiento, no solo cuando nos paramos a ver una serie el final del día, también cuando vemos vídeos en redes sociales, escuchamos música mientras vamos por la calle, leemos en el metro o vemos una revista en alguna sala de espera. El contenido destinado a la diversión está por todas partes, y tiene varias funciones muy importantes para las empresas, como servir de canal publicitario o conseguir datos sobre su público objetivo.
¿Quieres saber cómo funciona la industria de la cultura del entretenimiento? ¡En este post te desvelamos sus secretos!
Se podría decir, que la antigua Grecia y Roma fueron las propulsoras del ocio tal y como hoy lo conocemos. Los circos romanos, el teatro griego o el gusto por la gastronomía y las fiestas vienen de tiempos inmemorables, incluso de antes de estas sociedades, cuando aún convivían las culturas paganas.
No fue hasta el siglo XIX, con la primera revolución tecnológica, la alfabetización del pueblo y la aparición del cine, cuando la industria audiovisual marcó un hito en el panorama cultural. Una vez que aprendimos a entender el lenguaje de la imagen y el sonido, las personas descubrimos una manera evadirnos de la realidad y vivir nuevas aventuras.
Internet ha cambiado por completo el modo de consumir entretenimiento, cultura e información. Hay diferencias clave que han impulsado el crecimiento de las plataformas digitales hasta desbancar a la televisión, al cine, a la radio o a la prensa escrita; y las principales son: La amplia oferta de contenidos, que somos nosotros quienes accedemos al contenido y quienes lo elegimos en base a nuestras preferencias. Prueba clara de este crecimiento es que los ingresos publicitarios han superado su inversión en plataformas online, mientras que la publicidad en medios offline ha disminuido notablemente desde 2017.
En los últimos años, la industria del entretenimiento ha sufrido une evolución y crecimiento sin precedentes. Los espectadores somos quiénes demandamos ese contenido y las empresas saben darnos una experiencia personalizada, concepto clave para que mantener al público satisfecho y con un alto nivel de engagement. El vídeo de distribución libre por internet (OTT), los videojuegos, los e-sport y la publicidad digital serán las áreas que apuntan a mayor crecimiento.
¿Cómo se logrará alcanzar tan altos objetivos?
Una vez más, los datos intervienen como “posibilitadores” del cambio. Gracias a la huella digital que los usuarios dejamos con cada actividad que desarrollamos en internet, las empresas pueden analizar nuestro perfil y elaborar los productos que queremos. Esto, junto a algoritmos basados en inteligencia artificial, permite individualizar la experiencia de usuario.
Se definen así tres grandes fuentes de ingresos en la industria del entretenimiento: las suscripciones clásicas, la implementación de contenidos publicitarios o el tráfico de datos. Plataformas a las que estamos muy acostumbrados acudir, como Youtube o Spotify, tienen diferentes modelos de afiliación, pero no olvides que, si no pagas por un producto, el producto eres tú.
La cultura y el entretenimiento también cumplen con una visión de futuro y retos a los que afrontar, entre ellos, la división cultural de los contenidos, el auge de nuevos competidores, la constante innovación tecnológica o la brecha digital. Estas son las tendencias que marcarán el desarrollo de la cultura y el entretenimiento.
Aunque, claramente, el crecimiento de la cultura y el entretenimiento se encuentre en mayor medida ubicado en internet, el público sigue viendo como eventos culturales, donde se disfruta de una experiencia real y enriquecedora, al cine, al teatro y a los museos.
Mientras que acudimos a series y películas in streaming como medio de distracción del día a día, percibimos a los eventos físicos como algo especial, para lo que sí estamos dispuestos a pagar un precio más alto de forma puntual. Tras la pandemia, hemos aprendido a disfrutar de la magia del espectáculo en vivo y en directo, y hay muchas estrategias que los productores de este campo pueden desarrollar para que su nicho de mercado no sea desbancado por las plataformas digitales.
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Cristina Polo Calvo
COPYWRITER
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