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La música tiene un poder en las personas innegable, llegando a influir en nuestro estado de salud, física y mental. Por ello, es importante prestarle atención a una serie de factores esenciales en este entorno y de técnicas que te ayudarán a ser un profesional altamente cualificado y a realizar un trabajo eficiente como terapeuta. ¡Descubre la historia de la Musicoterapia!
Si algo está presente en nuestra sociedad desde el comienzo de nuestra propia historia, es la música. Es un elemento universal de todos. Pero, además, se ha demostrado cómo puede impactar en las emociones de las personas, teniendo efectos en nuestras funciones cognitivas y promoviendo la cohesión social. Así, la música ayuda a curar diversas enfermedades de los seres humanos, estimula la resistencia al dolor e interviene en el tratamiento de diversos trastornos. Si quieres estudiar musicoterapia online, ¡estás en el lugar indicado!
Hablamos del uso de la música como terapia para restaurar o mejorar la salud de la persona satisfaciendo sus necesidades. Y es que, a través de esta técnica, ayudamos al paciente a lograr cambios de conducta y así lograr un mejor entendimiento de sí mismo y del mundo que le rodea. Eso sí, atendiendo siempre a la evaluación del bienestar emocional y físico, el funcionamiento social, la destreza en comunicación y las habilidades cognitivas mediante las respuestas musicales.
Actualmente, se ha demostrado que la música puede beneficiar en muchos aspectos, ya que tiene la capacidad de activar todas las áreas cerebrales simultáneamente. Obedeciendo a las necesidades del paciente se establecerá un procedimiento, adaptado a sus condiciones, utilizando la música y sus componentes. Además, también se encargará de la evaluación continua de la persona y un seguimiento para comprobar los resultados.
¿Cuándo y cómo empezó? Entre 1900 y 1950, Émile Jaques-Dalcroze impulsó la Musicoterapia como tal, siguiendo su teoría de la relación de las actividades musicales con respuestas fisiológicas, psicológicas y socioculturales. Aunque, ya había sido estudiado por religiosos, filósofos y científicos anteriormente a lo largo de los años, como veremos a continuación.
La utilización de la música como terapia tiene sus raíces en la prehistoria, puesto que se sabe que la música estuvo presente en los ritos mágicos, religiosos y de curación de aquella época. Sin embargo, los primeros escritos que aluden a la influencia de la música sobre el cuerpo humano son los papiros egipcios, dónde ya se racionaliza la utilización de la música como un agente capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma. Eso sí, fue en la antigua Grecia dónde se plantearon los fundamentos científicos de la Musicoterapia.
Los griegos proporcionaron un empleo razonable y lógico a la música, sin etiquetas mágicas religiosas. La utilizaban como prevención y curación de las enfermedades mentales y físicas. Por un lado, Platón recomendaba la música con danzas para aliviar las fobias y mitigar los terrores. Y luego, Aristóteles, le daba un valor médico a la existencia de la música.
En definitiva, la línea temporal de la historia de la Musicoterapia se divide en:
Destaca la idea de que la música calma las pasiones del espíritu. Además, se empieza a tomar conciencia de la música como un potente instrumento educativo y sus efectos benéficos o maléficos se explican en función de los modos que se utilizan.
Uno de los teóricos más importantes es el flamenco Joannes Tinctoris, que escribió respecto a los efectos que causa la música sobre el sujeto que la percibe. En España, durante el Renacimiento, el teórico más importante en torno a la influencia de la música en el hombre es Bartolomé Ramos de Pareja.
Surge un nuevo estilo musical: la ópera. Y, con ella, se diseña un cuadro sistemático de los efectos que produce en el hombre cada tipo de música.
Se empiezan a estudiar los efectos de la música sobre el organismo desde un punto de vista científico. Un médico descubrió que cantar perjudicaba en cualquier trastorno inflamatorio de los pulmones, pero defendía su uso en los enfermos de asma crónica (si cantaban los ataques se espaciaban más en el tiempo). Además, se descubrió cómo eran los efectos que provocaba la música en las fibras del organismo, considerándola como calmante, armonizables e incitante.
El psiquiatra francés Esquirol ensayó cómo la música puede curar a pacientes con enfermedades mentales. Por otro lado, el médico suizo Tissot, llegó a diferenciar la música iniciativa y calmante, y encontró que la música no le beneficiaba a quienes tenían epilepsia.
Aquí, en esta época, ya es evidente la aplicación científica de la música como terapia y se contrata a músicos para tocar en los hospitales de combatientes americanos de la Primera Guerra Mundial. Aquí surge el concepto como terapia creada por Émile Jaques-Dalcroze quien sostenía que el organismo humano es susceptible a moldearse, siendo impulsado por la música.
Como venimos diciendo, a lo largo de la historia de la Musicoterapia se ha visto que las personas que se benefician principalmente de dicha terapia son pacientes con necesidades de salud mental (como el Alzheimer) discapacidad en el desarrollo y aprendizaje, enfermedades vinculadas al envejecimiento, lesiones cerebrales, discapacidad física o dolores agudos. ¡Imagina la cantidad de personas que puedes ayudar gracias a esta terapia y tu formación!
Los efectos neuroquímicos y terapéuticos de la Musicoterapia se pueden dividir en:
La meta principal de la musicoterapia es buscar de mejorar la calidad de vida de los pacientes, así como la salud física, social, comunicativa, emocional o intelectual, en este sentido, muchas son las personas que buscan que enfermedades se pueden curar con la musicoterapia, algunas de estas pueden ser:
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