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Las técnicas de mindfulness brindan la oportunidad de enfocarse y aprovechar el presente a través de la atención plena. Partiendo de la premisa de vivir el "aquí y ahora", ofrecen la posibilidad de tener experiencias mucho más genuinas y constructivas, incluso en actividades comúnmente asociadas a grupos. Un ejemplo de esto es, desde luego, ir al cine solo. Aunque se suele vincular al cine con la compañía, es importante normalizar la posibilidad de asistir a él sin más acompañamiento que uno mismo. Como se ve a continuación, esto puede representar grandes beneficios para quien decide hacerlo.
Muchas actividades de ocio pueden realizarse en soledad, como la pintura, la escritura creativa, la ejecución de instrumentos musicales, entre otros. Sin embargo, en este campo de posibilidades, es poco usual que se incluya al cine, ya que se asume que la asistencia a este siempre debe ser en compañía de otra o más personas. Como consecuencia de esta creencia, muchas personas pueden tener dificultades o reparos en asistir a la proyección de películas sin ningún acompañante. Las sensaciones y sentimientos ante esta posibilidad pueden estar relacionadas con la incomodidad o la vergüenza. Sin embargo, enfrentar este tipo de temores y, en su caso, prejuicios puede ser un ejercicio tremendamente fortalecedor para la autoestima. Pero ¿cómo influye esto en la autoestima?
Uno de los principales beneficios de ir al cine solo es, sin lugar a dudas, la sensación de independencia. Para que esta pueda tener lugar, es necesario contar no solo con iniciativa para la realización de actividades como esta, sino también poseer la capacidad de tomar decisiones para así superar temores. De ahí que, en este ejercicio, junto con pensar qué película ver o en qué lugar, se llega a tomar consciencia de las posibilidades individuales, que va más allá de disfrutar la película. En otras palabras, se adquiere agencia para disfrutar del cine de manera individual sin pensar en el qué dirán, por nombrar un ejemplo. Con el tiempo, estos factores pueden traducirse en una autoestima más alta, ya que la persona se siente más segura y capaz de tomar decisiones en otros aspectos de su vida.
Ahora bien, considerando lo anterior, ir al cine solo puede incluirse dentro de lo que se conoce como “actividades hedónicas”, las cuales se contrapones a las “actividades utilitarias” como el trabajo. Reciben la denominación de hedónicas porque, en efecto, se centran en el disfrute y aprovechamiento del tiempo en actividades que generar satisfacción. Aunque haya una extensa lista de actividades grupales que también permiten disfrutar el tiempo libre –como el deporte en equipo o las salidas con amigos–, pasar tiempo con uno mismo es una experiencia cada vez más importante en una época en la que el trabajo y otras responsabilidades pueden restan espacio parar estar a solas.
Entonces, al ir al cine solo, se conecta con las preferencias, expectativas y pensamientos individuales sin que haya la interferencia de conversaciones, opiniones o la simple presencia de otros, aunque estos sean amigos o conocidos. Este espacio de conexión con uno mismo favorece la reflexión, incrementa la satisfacción de la experiencia cinematográfica y la hace, en definitiva, más personal. Si hay una compañía que es constante es, sin lugar a dudas, uno mismo, por lo que es importante comprender las propias necesidades, expectativas y pensamientos, más aún si se trata de una actividad tan valorada y disfrutada como asistir al cine.
Una de las ventajas más importantes de ir al cine solo es elegir con total libertad cuándo, dónde y qué película ver. Cuando se asiste al cine en compañía, es necesario llegar a un consenso, ya que todos los participantes tienen gustos diferentes. Aunque esto no es en esencia negativo, elegir por uno mismo puede contribuir con una mayor satisfacción, puesto que se elige y actúa en correspondencia con los gustos personales.
En este sentido, en tanto se ejecuta la libertad de elección, la experiencia en el cine puede llegar a ser más enriquecedora y, por lo tanto, alcanzar un mayor nivel de aprovechamiento. Como bien se sabe, la experiencia en el cine no tiene nada que ver con ver una película en casa desde una televisión, una tableta o, incluso, el celular. Por ejemplo, pensando en las últimas tendencias del cine, no es lo mismo ver una película en formato IMAX que, como se dijo, en otros dispositivos electrónicos. Incluso, para los amantes del cine independiente o las salas de cine vintage, ir al cine solo puede significar la posibilidad de disfrutar plenamente de estos gustos.
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