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Las telecomunicaciones han experimentado, en las últimas décadas, una evolución insospechada. Las innovaciones tecnológicas han impulsado, en efecto, nuevas infraestructuras de red, dispositivos electrónicos más eficientes y más aparatos con conexión a internet. Como consecuencia, los especialistas en este campo se encuentran trabajando en la mejora no solo de las redes, como el 5G, sino también en el diseño de nuevas soluciones tecnológicas para llevar la conectividad a más personas. Así, el futuro de las telecomunicaciones se encuentra en integrar cada vez más innovaciones para cumplir este cometido.
La creciente necesidad de una conexión de velocidad superior es el centro de las innovaciones tecnológicas de las telecomunicaciones. La quinta generación de tecnologías móviles –conocida como redes 5G– ha marcado, precisamente, el inicio de una era de conexiones ultrarrápidas, con velocidades que pueden alcanzar hasta 10 gigabits por segundo.
Sin embargo, las expectativas ya se dirigen hacia la eventual llegada del 6G hacia 2030. Mientras que el 5G ha centrado sus avances en ofrecer velocidades antes insospechadas y una mayor capacidad para dispositivos conectados, el 6G podría enfocarse en la integración total de la red, lo que derivaría en conectar más aspectos de la vida cotidiana a la red.
Ahora bien, un claro desafío ante esto es, sin lugar a dudas, la obsolescencia de dispositivos antiguos, los cuales no estarán preparados para aprovechar estas altas velocidades. Así, se prevé un cambio de paradigma en el diseño y producción de dispositivos.
Por su parte, las soluciones de TI también estarán centradas en la navegación inalámbrica y la conexión satelital, especialmente para garantizar que las áreas rurales y remotas no queden atrás en esta revolución de la conectividad. Esto es muy importante en América Latina, donde la geografía dificulta la instalación de infraestructura, sobre todo en los Andes y la Amazonía.
El internet de las cosas (IoT, Internet of Things) ha revolucionado el concepto tradicional de conectividad. Se estima que, para 2030, habrá más de 3.300 millones de dispositivos conectados entre sí, desde electrodomésticos hasta vehículos autónomos. Por esta razón, estos dispositivos requieren una latencia extremadamente baja, es decir, el tiempo que tarda un paquete de datos en viajar de un punto a otro.
La latencia del 5G puede ser tan baja como un milisegundo, lo que permite una comunicación casi instantánea entre dispositivos. No obstante, la verdadera hazaña será garantizar esta baja latencia incluso cuando miles de millones de dispositivos se conecten a internet al mismo tiempo. En este sentido, los operadores móviles deberán adaptar y expandir su infraestructura para mantener tiempos de respuesta óptimos, todo mientras gestionan la creciente demanda y mantienen los costos en niveles competitivos.
Podría decirse que son datos son el oro y el petróleo del siglo XXI. Cada interacción digital, cada búsqueda, cada mensaje, entre otros, envía rastros de datos que, cuando se agrupan y analizan, pueden ofrecer perspectivas valiosas para el mejoramiento de diferentes funcionalidades. En el contexto de las telecomunicaciones, el big data tiene el potencial de revolucionar la forma en que las redes operan y cómo se ofrecen los servicios.
Por ejemplo, al analizar patrones de uso y tráfico, las empresas pueden prever cuándo y dónde se producirán picos de demanda, y, en consecuencia, ajustar sus recursos. Estos análisis también pueden ayudar a identificar áreas de infraestructura que necesitan mejoras o expansión. Todo esto será potenciado con la introducción de la inteligencia artificial (incluidos el machine learning y deep learning) para optimizar análisis de datos, lo que, en definitiva, impactará en la creación de soluciones tecnológicas más rápidas y adaptadas a las necesidades de los usuarios y dispositivos.
La noción de centralización de datos –donde la información se almacena y procesa en grandes centros de datos remotos– ha sido durante mucho tiempo la norma en la tecnología de la información. Sin embargo, con el auge del IoT y la creciente necesidad de tiempos de respuesta rápidos, surge la tendencia del edge computing. ¿Qué quiere decir esto? En lugar de enviar datos a un centro remoto para su procesamiento, el edge computing permite que los datos se procesen más cerca de donde se generan, es decir, en el borde de la red.
Este enfoque tiene beneficios que impactan en diferentes dimensiones. Por un lado, reduce la latencia al eliminar la necesidad de enviar datos de ida y vuelta a grandes distancias. Por otro lado, permite una distribución más eficiente del tráfico web, lo que alivia la carga en los centros de datos centrales y reduce la probabilidad de cuellos de botella.
Las redes 5G son especialmente compatibles con el edge computing, ya que su estructura permite segmentar y priorizar el tráfico de datos de manera más eficiente. Además, el procesamiento local de datos significa que menos información personal viaja a través de la red, lo que refuerza la privacidad y seguridad del usuario.
La transformación digital es mucho más que un simple cambio tecnológico; es un cambio cultural que impulsa a las empresas a evolucionar constantemente en respuesta a un entorno que cambia vertiginosamente. En el sector de telecomunicaciones, por ejemplo, esta transformación se manifiesta de múltiples formas.
Las empresas de telecomunicaciones han reconocido que ya no pueden limitarse a proporcionar canales de comunicación en su cartera de productos y servicios. En su lugar, se están convirtiendo en facilitadores de soluciones tecnológicas integrales. Estos servicios van más allá de la banda ancha y la conectividad, y se adentran en áreas como el almacenamiento en la nube, soluciones de TI empresariales y plataformas de colaboración en tiempo real.
Asimismo, se está produciendo una reinvención de modelos de negocio. Con el advenimiento de soluciones de telecomunicaciones como servicio, las empresas están buscando monetizar sus ofertas de maneras nuevas y flexibles. Por ejemplo, en lugar de cobrar simplemente por el acceso y el uso de datos, se están desarrollando paquetes y servicios personalizados para atender a nichos específicos de mercado.
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