Postgrado en Diseño 3D, Modelado y Animación con 3D Studio Max + Sketchup + V-Ray (Triple Titulación + 10 Créditos ECTS)
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La arquitectura, a lo largo de la historia, ha sido más que simplemente la construcción de estructuras físicas para albergar actividades humanas. Ha evolucionado para convertirse en un medio artístico, donde la forma, el diseño y la funcionalidad convergen para crear obras maestras que trascienden su utilidad práctica.
Para entender mejor el punto, veremos las edificaciones más extraordinarias alrededor del mundo, destacando ejemplos contemporáneos y clásicos que han capturado la atención y la admiración global.
Comenzamos nuestra travesía en el mundo de la arquitectura como arte con una figura pionera en la escena contemporánea: Zaha Hadid. La arquitecta iraquí-británica dejó una marca indeleble con sus diseños revolucionarios que desafían la gravedad y las convenciones arquitectónicas.
Su punto de vista ha llevado a la creación de edificaciones que son verdaderamente únicas en su forma y estructura, como el Centro Acuático de Londres, una joya arquitectónica que fusiona la elegancia con la audacia.
Hadid no solo diseñó edificaciones, sino que creó esculturas habitables. Sus obras rompieron barreras y redefinieron el panorama arquitectónico contemporáneo, llevando consigo una visión que va más allá de lo funcional, convirtiendo cada proyecto en una obra de arte tridimensional.
Saltamos en el tiempo para explorar la obra de Leon Battista Alberti, un polímata del Renacimiento italiano. Alberti, conocido por sus contribuciones en diversas disciplinas, dejó un legado duradero en la arquitectura. Su tratado "De re aedificatoria" es una obra maestra literaria que influyó en generaciones posteriores de arquitectos.
Alberti abogó por la importancia de la proporción, la simetría y la armonía en la arquitectura clásica. Sus diseños, como la Basílica de Santa Maria Novella en Florencia, reflejan una comprensión profunda de la relación entre la estructura y la belleza estética.
Nuestro viaje nos lleva a México, donde el arquitecto Luis Barragán dejó un impacto significativo en la arquitectura del siglo XX. Barragán, conocido por su visión minimalista y su habilidad para crear espacios poéticos, es un exponente del modernismo mexicano.
Sus obras, como la Casa Gilardi y la Capilla de las Capuchinas, son ejemplos de cómo la arquitectura puede ser una forma de expresión artística que evoca emociones y contemplación. Barragán utilizó el color, la luz y la geometría de manera magistral, creando entornos que trascienden la mera función práctica para convertirse en experiencias sensoriales y estéticas.
El siglo XX fue testigo de un cambio radical en la arquitectura, con el surgimiento del movimiento moderno y la influencia de figuras como Ludwig Mies van der Rohe. Este arquitecto alemán, asociado al Movimiento Bauhaus, abogó por la simplicidad y la funcionalidad en el diseño arquitectónico.
Mies van der Rohe es famoso por su lema "menos es más", que encapsula la esencia del modernismo. La Casa Farnsworth y el Pabellón Alemán en la Exposición Internacional de Barcelona son ejemplos icónicos de su enfoque minimalista y su maestría en la creación de espacios elegantes y eficientes.
En la exploración de la arquitectura como arte, es crucial abordar la dimensión social de esta disciplina. La arquitectura no solo es la creación de estructuras físicas, sino la construcción de espacios que influyen en la forma en que las personas viven, trabajan y se relacionan entre sí.
El arquitecto no solo es un diseñador, sino un visionario que debe considerar el impacto social de sus creaciones. Los principios de la arquitectura social resaltan la necesidad de diseñar entornos que promuevan la inclusión, la sostenibilidad y la calidad de vida para todas las comunidades.
El prestigioso Premio Pritzker se erige como un faro que ilumina la excelencia en la arquitectura. Instituido en 1979, este galardón ha honrado a arquitectos visionarios cuyas contribuciones han dejado una marca duradera en el mundo construido.
Figuras como Frank Gehry, Zaha Hadid y Renzo Piano han recibido este reconocimiento, destacando la diversidad de enfoques y estilos que definen la arquitectura contemporánea.
El Premio Pritzker no solo celebra la habilidad técnica, sino también la capacidad de los arquitectos para capturar la esencia de su tiempo y lugar. Cada laureado ha contribuido a la evolución de la arquitectura como arte, mostrando cómo la creatividad y la innovación pueden trascender las limitaciones de la función práctica.
El siglo XIX marcó un período de transformación arquitectónica significativa, impulsada por la Revolución Industrial y los avances tecnológicos. La arquitectura gótica fue reemplazada por estilos más eclécticos, como el neogótico y el neorrománico.
La introducción de nuevos materiales, como el hierro y el acero, permitió la construcción de estructuras más grandes y audaces, como la Torre Eiffel en París.
La arquitectura del siglo XIX refleja la tensión entre la tradición y la modernidad, con arquitectos como Gustave Eiffel y Joseph Paxton liderando el camino hacia nuevas formas y estilos. La relación entre la arquitectura y la sociedad se volvió más compleja, anticipando las discusiones contemporáneas sobre la responsabilidad social de los arquitectos.
A medida que exploramos las diversas corrientes y estilos arquitectónicos, surge la pregunta de si la arquitectura puede desligarse completamente de un fin social. ¿Es posible considerar una obra arquitectónica como una escultura, una creación puramente estética sin preocupaciones funcionales?
Contrario a la tradición que aboga por la conexión intrínseca entre arquitectura y función social, algunos arquitectos contemporáneos han desafiado esta noción, explorando la posibilidad de edificaciones que son puramente expresiones artísticas.
Este debate plantea cuestiones fundamentales sobre el propósito y la responsabilidad de la arquitectura en la sociedad contemporánea.
La arquitectura, en su esencia, es la creación de objetos tridimensionales que definen el entorno construido. Desde las pirámides del antiguo Egipto hasta los rascacielos modernos, la arquitectura ha sido una forma de dar forma al espacio y al tiempo.
La creación de objetos arquitectónicos implica una fusión única de creatividad, ingeniería y función, donde cada edificación se convierte en una declaración visual y conceptual.
La creación de objetos arquitectónicos no solo se trata de erigir estructuras físicas, sino de dejar una marca indeleble en el paisaje cultural y social. Los arquitectos, al dar forma al entorno construido, se convierten en narradores de historias que trascienden generaciones, dejando un legado que perdura mucho más allá de su propia existencia.
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